La Tercera

Chile pierde al menos $59 mil millones anuales por especies invasoras

Jabalí y visón están entre las analizadas, que impactan en los ecosistema­s y a nivel agrícola y ganadero.

- Cristina Espinoza

Algunas están tan incorporad­as a los ecosistema­s locales, que parecen haber estado en el país desde siempre, pero especies como el conejo y la zarzamora son exóticas, invasoras y tienen gran impacto en la biodiversi­dad, al intervenir hábitats de especies nativas, pero también causan grandes pérdidas económicas (ver infografía).

Un estudio realizado por la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservaci­ón de la Naturaleza de la U. de Chile -para el proyecto GEF Especies Invasoras, del PNUD y el Ministerio de Medio Ambientese­ñala que al año se pierden al menos 59 mil millones de pesos (US$ 86,5 millones) por la presencia de siete de las más de 1.119 especies exóticas invasoras detectadas en el país. Se trata del visón (Neovison vison), castor (Castor canadensis), jabalí (Sus scrofa), espinillo (Ulex europaeus), zarzamora (Rubus spp.), avispa chaqueta amarilla (Vespula germanica) y conejo (Oryctolagu­s cuniculus). De no hacer nada para controlarl­as, en 20 años Chile habrá perdido, en el escenario más favorable, más de 1.991 millones de dólares.

“Son especies que se entiende que son introducid­as, que no son dignas de protección, por lo que no actuar contra ellas significa la amenaza de especies que son endémicas y que están muchas veces en peligro de extinción”, indica el ministro de Medio Ambiente, Marcelo Mena.

Claudia Cerda, investigad­ora de la U. de Chile a cargo del estudio, señala que la estimación de la pérdida representa un piso mínimo, por lo que no puede usarse como un valor económico absoluto, pues se requieren otras evaluacion­es, tanto biológicas, como sociales, para crear políticas públicas. “Muchas veces la valoración económica no logra capturar bien todos los impactos a la biodiversi­dad, que son tremendame­nte intangible­s”, dice. “Necesitamo­s mirar el problema de una forma integrada, decidiendo a través de valores biológicos, económicos y también culturales. No podemos seguir tomando decisiones basándonos puramente en lógica económica, porque la biodiversi­dad es muy difícil valorarla, y sabemos que tenemos pérdida”, enfatiza.

Erradicar es la forma de atacar el problema, sin embargo, hay especies que están tan incorporad­as que se vuelve complejo. “A la sociedad, más que imponerle, tienes que dialogar con ella, porque nos hemos dado cuenta de que estamos con este discurso de nativo/invasor, bueno/malo, pero la sociedad a veces no distingue, no valora a las especies por ese discurso”, indica.

Veintiséis de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo están en Chile (como la avista chaqueta amarilla, el espinillo o la cabra), lo que tiene impacto principalm­ente en ecosistema­s únicos, como el de Juan Fernández, donde gran parte de las especies son endémicas. Allí, el proyecto GEF Especies Invasoras se coordinó con institucio­nes, ONG y la comunidad para remover 12 de las 24 especies que estaban afectando al archipiéla­go. ●

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