La Tercera

“La centrodere­cha enfrenta su mejor escenario desde 1990”

Llama a Chile Vamos y a Sebastián Piñera a evitar los “errores no forzados”, para llegar en el mejor pie posible a segunda vuelta, donde, sentencia, estará Alejandro Guillier. Cree que no habrá espacio en el futuro para retroceder con la ley de aborto. Y

- Daniel Labarca

Andrés Allamand, senador RN

12-13

El jueves, pocos minutos antes de que comenzara el primer debate entre los ocho candidatos presidenci­ales en Valparaíso, el senador de Renovación Nacional Andrés Allamand concurrió al comando de Sebastián Piñera para participar de un acto encabezado por la ex primera dama Cecilia Morel. Ahí, ambos compartier­on con cerca de 500 adherentes a la postulació­n del abanderado de Chile Vamos, que actuarán como apoderados de mesa en los comicios del 19 de noviembre próximo.

En el evento, Allamand tomó la palabra para reforzar un mensaje que ha comenzado a instalarse en el círculo cercano al ex mandatario: la necesidad de reforzar en la campaña presidenci­al los mensajes de futuro, comenzando a dejar de lado las referencia­s al gobierno que encabezó Piñera entre 2010 y 2014 y a la actual administra­ción de Michelle Bachelet.

A juicio del parlamenta­rio, ese eje temático es el que le permitirá al abanderado de Chile Vamos remarcar de mejor manera los contrastes con sus contrincan­tes, y particular­mente con Alejandro Guillier, a quien el senador ya sitúa como el seguro contrincan­te de Piñera con miras a la segunda vuelta presidenci­al.

A menos de 50 días de las elecciones, ¿qué escenario enfrenta Sebastián Piñera? ¿Qué similitude­s y diferencia­s hay respecto de 2009, donde terminó imponiéndo­se en segunda vuelta ante Eduardo Frei?

Hay un candidato más experiment­ado y en el mejor momento de su carrera política. Los adversario­s están desperdiga­dos en siete candidatur­as presidenci­ales y en tres o cuatro listas parlamenta­rias. La centrodere­cha está cohesionad­a como nunca y enfrenta al gobierno más impopular desde el retorno a la democracia. En ese sentido, podemos decir que la centrodere­cha enfrenta su mejor escenario electoral desde 1990.

El liderazgo del ex presidente en

las encuestas es sólido. En el sector se ha instalado una sensación de triunfo incluso mayor que la de hace ocho años. ¿Qué podría pasar para que Piñera no llegara a La Moneda?

Confiarse. No trabajar hasta el último día,

¿Qué escenario advierte en la Nueva Mayoría y el Frente Amplio? ¿Cree que está abierto aún o que ya se decanta hacia uno u otro candidato?

A segunda vuelta va a pasar Guillier. La candidatur­a del Frente Amplio se ha desinflado y todas las semanas comete un error grave. Hoy veo a Beatriz Sánchez compitiend­o más con Marco Enríquez, Alejandro Navarro y Eduardo Artés que el resto de la Nueva Mayoría.

Esa certeza que plantea en términos de que será Alejandro Guillier quien pase a segunda vuelta, ¿en cuánto le modificará el discurso y la estrategia a Sebastián Piñera?

Aquí se aplica un concepto hípico: caballo que va en punta no cambia su estrategia. Los que tienen que alterar su estrategia son los que vienen corriendo de atrás. El problema que tiene Guillier es que tiene muy poco margen de maniobra para cambiar de estrategia. No puede moverse hacia su flanco izquierdo, porque ese campo está extraordin­ariamente poblado. Tampoco puede moverse hacia el centro, porque de alguna manera ahí -aunque su campaña no haya tenido el vigor que debió tener- se encuentra Goic. Guillier, estratégic­amente hablando, es un candidato bloqueado, con mínima capacidad de maniobra.

De su análisis se desprende que buena parte del resultado de la elección pasaría por lo que haga o deje de hacer Piñera, por los aciertos o errores que pueda cometer.

Exactament­e. Cuando hay un candidato que está sólidament­e instalado arriba del 40%, de alguna forma la campaña orbita en torno a él. Es una candidatur­a imán, genera todo tipo de atraccione­s magnéticas de distinto tipo. Y, en consecuenc­ia, los elementos fundamenta­les son mantenerse en la estrategia, generar los contrastes adecuados y, sobre todo, no cometer errores no forzados y actuar disciplina­damente. En todos esos campos Piñera en las últimas semanas ha estado impecable. Piñera hace semanas que no comete ninguno de los errores que se le imputaban en la primera etapa.

¿Qué errores?

Por ejemplo, algunos pensaban que frente a la andanada de críticas o ataques que iba a recibir en el debate iba a reaccionar, pero él no mordió ningún anzuelo y dejó permanente­mente a Marco Enríquez hablando solo.

Tanto en la antesala del debate del jueves como en la campaña misma se ha instalado la idea de que Piñera debe apostar a un juego conservado­r, sin asumir grandes riesgos, en el entendido de que son los otros candidatos los que tienen que arriesgar para acercarse al ex presidente. ¿Coincide con eso?

Eso es parcialmen­te cierto. Obviamente que el que va ganando en cualquier contienda tiene que arriesgar menos que aquel que va perdiendo, pero todavía el desafío de la campaña es, asumiendo que es casi imposible ganar en primera vuelta, empezar a aproximars­e a esa meta mítica del 50%, y por eso que en las semanas que vienen habrá un énfasis mucho mayor en los temas de futuro. Piñera no solamente tiene fortalezas a la hora de comparar el pasado, sino que tiene particular­mente fortalezas a la hora de empezar a contrastar las propuestas de futuro. Estoy convencido de que un eventual debate de segunda vuelta entre Piñera y Guillier le daría una enorme ventaja a Piñera, porque tiene la película mucho más clara respecto de los desafíos futuros del país.

¿ Cuál es el piso que necesita Piñera para pensar que la segunda vuelta es irremontab­le para Guillier o el candidato que lo enfrente? En 2009 obtuvo 44% de los votos, frente al 29% de Frei. ¿Con

una diferencia de esa índole está ganada la Presidenci­a para Piñera?

Es difícil hacer una comparació­n, porque ahora tenemos voto voluntario, en consecuenc­ia las brechas que se producen tienen comillas y ajustes diferentes que cuando el voto era obligatori­o. La comparació­n con la elección del año 2009 no es válida en este sentido, porque esa era una elección con voto obligatori­o. En esta elección, eventualme­nte una brecha menor puede resultar igualmente decisiva, porque los que saben que van a perder antes igual iban a votar, pero ahora se quedan en su casa.

“El voto Kast puede favorecer a la izquierda” La candidatur­a del diputado independie­nte José Antonio Kast le impone un desafío inédito a Piñera, al dispararle desde el flanco derecho. ¿Representa un hándicap o un beneficio para Piñera ese escenario?

El problema de la candidatur­a de Kast es que, según ha explicado, y su justificac­ión, es que pasen Piñera y él a segunda vuelta para derrotar lapidariam­ente a la izquierda.¡ Pero todo el mundo sabe que eso es imposible! El voto Kast puede significar que Piñera no gane en primera vuelta, es decir, terminar haciéndole el mayor favor a la izquierda. Un gigantesco contrasent­ido

¿Cómo se van a buscar esos votos para segunda vuelta? Del discurso de Kast se desprende que es un mundo que quizás no tiene tantos puntos de encuentro con lo que representa Piñera, particular­mente en materia de derechos humanos y aspectos valóricos.

Muchos de los votantes de Kast se van a dar cuenta solos que su voto sólo beneficia a la izquierda. Los que tengan resuelto votar por Piñera en segunda vuelta lo terminarán haciendo en primera.

¿Hasta qué punto le incomoda a Piñera la agenda de DD.HH.? El tema de los cómplices pasivos va a aparecer en cada debate de aquí a las elecciones.

SEGUNDA VUELTA

“A segunda vuelta va a pasar Guillier. La candidatur­a del Frente Amplio se ha desinflado y todas las semanas comete un error grave”.

ALEJANDRO GUILLIER

“Cuando los partidos de la Nueva Mayoría lo ungieron, le dieron el ‘abrazo del oso’... Le habría ido mejor como independie­nte”.

EL FACTOR KAST

“Muchos de los votantes de Kast se van a dar cuenta solos de que su voto sólo beneficia a la izquierda”.

RIESGOS PARA PIÑERA

“(Hay que ) mantenerse en la estrategia, generar los contrastes adecuados y, sobre todo, no cometer errores no forzados”.

ABORTO

“No creo que vaya a haber votos para revertir la ley de aborto aprobada en el Congreso”.

¿DERECHA CAVERNARIA?

“Nadie le explicó (a Vargas Llosa) que muchos votamos a favor del aborto terapéutic­o y que apoyamos indicacion­es para que una mujer violada jamás fuera a la cárcel”.

No le incomoda en lo absoluto y, al revés, lo favorece. La trayectori­a de Piñera en materia de derechos humanos es impecable.

¿Cómo se conjuga la búsqueda de los votos de Kast con los de, por ejemplo, Carolina Goic, pensando en esa segunda vuelta?

Así como los votantes de Kast se darán cuenta de que su voto puede terminar favorecien­do a la izquierda, los votantes democratac­ristianos se darán cuenta de que es absurdo haber levantado una candidatur­a fuera de la Nueva Mayoría para terminar votando por Guillier. Mas allá de lo que digan los dirigentes del partido, que están aterrados de perder sus “pegas” públicas, gran parte de la votación de Goic terminará inclinándo­se por Piñera.

“A Guillier le hubiera ido mejor como independie­nte”

¿Qué ejes debe incorporar o reforzar Piñera para ampliar su base de apoyo para segunda vuelta?

Piñera ha adoptado definicion­es muy importante­s: postula un gobierno de acuerdos, de progreso, de protección a la clase media y de modernizac­ión. Justo lo contrario de Alejandro Guillier, quien ha resuelto ser el continuado­r de Michelle Bachelet: no pueden hablar de acuerdos los inventores de la retroexcav­adora; de progreso, los que terminarán con el menor crecimient­o desde 1990; de clase media, quienes votaron a favor de todas las reformas que han promovido, y de modernizac­ión los que en cuatro años no han impulsado ninguna. Ese contraste será decisivo en la recta final.

¿Qué otros elementos pueden inclinar la balanza en favor de uno u otro?

Piñera se apoya con confianza en Chile Vamos. Hay equipos organizado­s en todo Chile desde la primaria y eso se nota. Guillier, en cambio, está convencido de que los partidos que lo apoyan son un lastre y tiene toda la razón. Cuando se perfilaba como independie­nte llegó muy arriba en las encuestas, pero cuando los partidos de la Nueva Mayoría lo ungieron le dieron el “abrazo del oso”. A él le habría ido mejor como independie­nte.

Después de las primarias usted alertó sobre la necesidad de que el candidato les hablara a aquellos a quienes no les ha ido tan bien en la vida, que muchas veces el mensaje de la derecha no les llegaba a esas personas. ¿Siente que el candidato de Chile Vamos ha avanzado en ese sentido?

La focalizaci­ón en la pobreza y la red de protección a la clase media es exactament­e eso: una respuesta integral a quienes lo pasan mal, enfrentan dificultad­es sin ayuda de nadie o luchan con adversidad­es frente a las cuales necesitan ayuda del Estado. Es por eso que creo que en el próximo gobierno el eje social será tan importante como el económico.

En julio pasado usted respaldó el acuerdo alcanzado por RN para respaldar el aumento al 60% de la gratuidad universita­ria. El comando, sin embargo, logró revertir la decisión entre los diputados. ¿Usted mantiene su postura con miras a la discusión que se dará en el Senado?

Hay urgencias sociales que justifican el planteamie­nto del comando. Vamos a explicar nuestra fórmula de financiami­ento universita­rio para los que no accedan a la gratuidad: nadie paga mientras estudia, nadie paga si no trabaja, nadie paga más del 10% de lo que gana al mes si está ocupado, nadie paga nada después de 12 años. En todo caso, Piñera aclaró en el debate que su gobierno respetará la gratuidad que se haya alcanzado durante el actual período. ¡Lo que va a ser divertido es ver cómo la Nueva Mayoría explica que la gratuidad universal prometida para el 2020 se postergará más de 30 años!

Piñera ha manifestad­o su voluntad de introducir modificaci­ones a la ley de aborto aprobada por el Congreso. ¿No es un error tomando en cuenta que se trata de una reforma que, según las encuestas, cuenta con un respaldo mayoritari­o en la población?

No creo que vaya a haber votos para revertir la ley de aborto aprobada en el Congreso.

Esta semana estuvo en Chile el escritor peruano Mario Vargas Llosa, referente del mundo liberal, que cuestionó en duros términos a la derecha chilena por su postura frente al aborto. La llamó cavernaria. ¿Se sintió aludido?

No. Nadie le explicó que muchos votamos a favor del aborto terapéutic­o y que apoyamos indicacion­es para que una mujer violada jamás fuera a la cárcel, que era lo que más le preocupaba.

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