Cuestión de lucas
En Chile las polémicas se olvidan rápido. Les doy un ejemplo: las boletas de Jaime de Aguirre a SQM para que le pagaran el bono que tenía acordado en Chilevisión. El caso es muy similar al que se destapó esta semana respecto a la productora de eventos para la anterior campaña de Piñera, con la diferencia de que ya pocos lo recuerdan y a menos les importa.
Tan cierto es lo que planteo que, cuando se conoció la triangulación orquestada por el mismo team de Piñera (en esa época, propietario del canal de TV), se armó la gran trifulca y De Aguirre vio frustrado su por entonces evidente aterrizaje en TVN.
Obvio, resultaba demasiado impresentable que el cuestionado exdirector de Chilevisión asumiera un cargo en el canal público. Pero el presidente de esta organización (y fiel amigo del afectado), Ricardo Solari, solo debió dejar pasar el tiempo para que todo quedara en el olvido. Conclusión: hoy De Aguirre dirige las riendas de TVN y punto.
Así que no vengan ahora a rasgar vestiduras frente a la nueva boleta descubierta en el entorno de Piñera. Primero, porque ya no es ninguna novedad que los señores de SQM financiaron a diestra y siniestra y nadie le hizo asco por incluir entre sus controladores al ex yerno de Pinochet. Segundo, porque el caso De Aguirre confirma que el puritanismo solo se presenta cuando el afectado representa al bando político contrario.
Por lo mismo, no pretendo gastar ni una línea más de este espacio para referirme a un asunto tan mediocre como el señalado.
Más llama mi atención el reclamo de los señores candidatos porque los bancos no les quieren prestar plata. Atónito quedé al leer unas declaraciones donde un dirigente reclamaba porque el banco le está exigiendo algún patrimonio como garantía del crédito.
¡Bienvenido a la realidad, señor! Y, de paso, demos gracias por la prudencia bancaria que ha permitido a nuestro país contar con un sistema financiero sólido y merecedor de la confianza de los depositantes. Un lujo dentro de la región.
No me cabe en la cabeza que hasta la vocera de La Moneda esté reclamando la contribución de la banca privada. Sepa usted, señora, que los bancos administran los ahorros de sus clientes y que nosotros, los clientes, agradecemos que reserven sus colocaciones para mejores oportunidades.
Quisiera, además, recordar a los señores, señoras y señoritas políticos que fueron ustedes mismos los que fijaron los nuevos parámetros para el financiamiento de las campañas, echando mano –era que no- de nuestros recursos como contribuyentes.
Si algo les salió mal o fuera de sus planes, fíjense mejor en lo que legislan (o, por último, copien bien, que puede resultar más usual para ustedes).