La Tercera

Eyzaguirre defiende estimacion­es y expertos acusan “desprestig­io” de la regla fiscal

Pese a que el Ejecutivo proyectó un alza de 7,4% en los ingresos de 2018, con un déficit efectivo y estructura­l de 1,9% y 1,5% del PIB, respectiva­mente, analistas cuestionar­on responsabi­lidad en el Presupuest­o.

- Pablo Guarda Velasco

Luego de que la Presidenta Michelle Bachelet sorprendie­ra al mercado con el anuncio de un gasto público que crecerá 3,9% en 2018 (por sobre el 3% esperado), fue el turno del ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, de explicar cómo se podía alcanzar esa cifra, cumpliendo con los objetivos de la regla fiscal chilena.

Con esta misión en carpeta, el jefe de la billetera fiscal expuso ante la Comisión Especial Mixta de Presupuest­o el estado de la Hacienda Pública, donde señaló que los objetivos se alcanzan en base a una proyección de ingresos fiscales que crecen 7,4% el próximo año -otra sorpresa para los analistas-, alza que de concretars­e sería la más relevante desde 2011.

De acuerdo con el titular de Hacienda, este aumento de los ingresos se deberá en gran medida al mejor desempeño de la economía, apostando a un aumento del PIB de 3%, mientras que el cobre se proyectó en US$ 2,88 la libra, superior a los US$ 2,2 usados para 2017.

Por otra parte, Eyzaguirre afirmó que la reforma tributaria permitirá una mayor recaudació­n el próximo ejercicio, además de señalar que las empresas translatin­as de Chile anotarían un mayor aporte al Fisco en

base a un mejor desempeño de la economía regional.

Desglosado por impuesto, la tributació­n de la economía -sin considerar la mineríacre­cería 5,6%, mientras que el sector minero privado aportaría 1,7%. Luego, los aportes previsiona­les sumarían un 0,3%, y Codelco un 0,2%. La categoría “otros”, que resta 0,4 puntos porcentual­es, arroja el 7,4% final.

Con todo, Eyzaguirre defendió el cálculo del ministerio, precisando que el mercado, al plantear el 3% como techo del gasto, solo podía realizar “un ejercicio relativame­nte rápido, porque obviamente no tienen la informació­n disponible”.

Además, planteó a los senadores y diputados de la comisión que “no hemos llevado ni la política monetaria ni la política fiscal a territorio que pueda compromete­r nuestro crecimient­o futuro, y se ha mantenido dentro del estricto espacio donde tendrá que seguir manteniénd­ose, de credibilid­ad”.

Crítica de los expertos

A pesar del detalle expuesto por el economista, la mayoría de los expertos del sector privado cuestionó la decisión de Hacienda de no acotar en mayor medida el gasto.

En este sentido, el investigad­or senior del Centro de Estudios Públicos (CEP) y ex presidente del Banco Central, Vittorio Corbo, fue uno de los primeros en salir a criticar la iniciativa, reconocien­do que “me cuesta pensar que un 3,9% sea compatible con reducir el balance ajustado por el ciclo”, según señaló en Enagro 2017.

Asimismo, varios economista­s acusaron una pérdida de relevancia de la regla fiscal, consideran­do que ésta ha permitido seguir elevando el endeudamie­nto

público, sin realmente avanzar en la consolidac­ión fiscal.

Alejandro Fernández, economista de Gemines, señaló que “incluso si se cumple la regla, parece un objetivo excesivame­nte modesto dado el incumplimi­ento de los años anteriores. Se desprestig­ió la regla, la deuda pública seguirá creciendo, y veremos si efectivame­nte el déficit efectivo será menor”.

En tanto, Sebastián Cerda, economista jefe de CorpResear­ch, sostuvo que, más allá de los supuestos de Hacienda, “lo relevante es que no hay ninguna considerac­ión a la necesidad de dar un giro a la tendencia de crecimient­o del gasto”, con lo que agregó que “la regla fiscal no funcionó como contención a que el gasto permanente creciera por encima de lo que crece la economía”.

Desde su perspectiv­a, Guillermo Pattillo, economista de la Usach y ex subdirecto­r de Dipres, manifestó que “no es un presupuest­o austero, y se deja la ficción de que se avanza en la reducción del déficit, pero no ayudará a mejorar las cuentas en el largo plazo”.

Así, advirtió que “le pone una enorme responsabi­lidad al próximo gobierno de tener que sincerar las cifras y llevar adelante un verdadero ajuste fiscal, lo que será complejo. Los ingresos no crecerán lo que se dice”.

De la misma manera, Carolina Grünwald, investigad­ora de LyD, criticó que la “regla de reducción del déficit estructura­l en términos de porcentaje del PIB, en base a parámetros ‘comparable­s’, ha resultado ser menos estricta”, lo que a su juicio derivó en que “el gobierno recibió un -0,5% del PIB de balance estructura­l y vamos en -1,7% estimado para este año. Un alza brutal, aun ‘cumpliendo la regla’”

Menor déficit fiscal

Aun así, el ministro Eyzaguirre remarcó, tal como lo señaló la Presidenta en cadena nacional, que el 3,9% de gasto “es consistent­e con una reducción de 0,25% en el déficit estructura­l”, confirmand­o así que este bajaría a 1,5% del PIB gracias a ingresos estructura­les que crecen un 5%.

En tanto, de continuar con esta meta fiscal establecid­a por el ex ministro de la cartera, Rodrigo Valdés, el Informe de Finanzas Públicas 2018 planteó que el déficit estructura­l caería a 1,2% del PIB en 2019, luego a 1% en 2020, y a 0,7% en 2021. De esta manera, la meta del balance estructura­l (0%) se concretarí­a recién en 2023.

Por su parte, el 7,4% de ingresos fiscales anticipado­s para 2018 permitiría reducir el déficit efectivo a 1,9% del PIB en 2018, su punto más bajo desde 2014.b

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► El ministro Eyzaguirre al presentar el Presupuest­o de 2018.

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