INVERSIÓN EN I+D
SEÑOR DIRECTOR
Desde hace más de una década se escuchan términos que se transformaron en moda: “innovación”, “emprendimiento”, “ecosistema”, que terminaron dentro de las misiones de empresas para que años después, como el marketing requiere, se introdujeran términos como “Start Up”, “Co-Working”, “Labs”.
Sin embargo, al evaluar lo anterior cuantitativamente, recurriendo al conocido “gasto” (¿o inversión?) como porcentaje del PIB en I+D, incluyendo a la innovación, se encuentra que desde 2006 dicho gasto pasó de alrededor del 0,28% al estimativo del 0,38% a 2017. Es decir solo creció un escuálido 0,1% en prácticamente 10 años. En el reciente The Global Competitiveness Report 2016-2017 aparece que el décimo segundo pilar de la medición de cada país es la innovación (que nos sitúa en el puesto 63 a nivel mundial) y en donde los peores subpilares son “Capacity for innovation”: 89 del mundo, “Gov’t procurement of advanced tech. Products”: 118 del mundo (es decir la todavía escasa plata que pone el Estado no está enfocada) y por supuesto “Company spending on R&D”: 108 del mundo de 139 países.
Si este último subpilar fuera por el único que nos miden, estaríamos en el lugar de Gabón.
Luis Silva Chávez
Máster en Innovación Tecnológica