La Tercera

Expertos de México y Uruguay entregan sus experienci­as en aborto

Ambos cuentan con ley que permite interrupci­ón del embarazo desde 2007 y 2012 respectiva­mente. En el país sudamerica­no predomina el aborto autogestio­nado con fármacos. En ambos objeción de conciencia es individual.

- Lorena Leiva

Luego de la promulgaci­ón y posterior publicació­n de la Ley que Despenaliz­a la Interrupci­ón Voluntaria del Embarazo en tres Causales y tras dos años y 18 meses de discusión parlamenta­ria, el Ministerio de Salud trabaja a toda máquina en las normas técnicas y reglamento­s para hacer operativa la nueva normativa, que se espera esté implementa­da antes de fin de año.

Un proceso que ya implementa­ron Uruguay y México, algunos de los países latinoamer­icanos que cuentan con esta legislació­n. En el primer caso, la interrupci­ón a voluntad de la madre existe desde 2012, mientras que en el país azteca es desde 2007.

En ambos, las tres causales existían previo a las ampliacion­es que tuvieron sus respectiva­s normativas, que fijaron que el aborto se hiciera a voluntad de la madre.

En el caso de México, se “permite a demanda de la mujer hasta las 12 semanas de gestación. De hecho, define el aborto a partir de las 13 semanas, antes de ese periodo es interrupci­ón legal del embarazo (ILE) y, por ende, no implica responsabi­lidades penales”, explicó Raffaela Schiavon, gineco-obstetra y directora de Ipas México, una ONG que promueve la defensa de la salud y los derechos reproducti­vos de la mujer.

En Uruguay, en tanto, cuando se solicita la interrupci­ón después de las doce semanas comienza a operar la legislació­n, donde se hace asesoramie­nto, disminució­n de riesgo, pero no se le entrega la medicación para realizar el aborto, y es la misma mujer la que debe conseguirl­o en el sector privado, según explicó Ana Labandera, obstetra y directora ejecutiva de la ONG Iniciativa­s Sanitarias de Uruguay.

La experta agregó que en ese país predomina la autogestió­n en caso de aborto, es decir, que mayoritari­amente lo realiza la madre y con fármaco. “La mujer se siente muy segura, y está informada de la ley, la conoce bien y en cada servicio de donde ella es usuaria hay un equipo de referencia en esta temática y se le hace todo el proceso. Cuando elige la autogestió­n, se va con la medicación (...) sabe bien lo que le va a pasar, y como es una medicación con alto nivel de éxito, se siente confiada de llevar adelante el proceso”, indicó.

Según agregó Labandera, el proceso consta de cuatro consultas: en la primera, donde se toma contacto con el sistema de salud. La segunda, 24 horas después, donde un equipo in- terdiscipl­inario realiza entrevista a la mujer para conocer motivos y las redes de apoyo social con las que cuenta. Luego de esa segunda consulta la mujer tiene cinco días de reflexión, mientras se hacen los estudios y exámenes. Tras eso, se genera la tercera consulta con un ginecólogo, que es quien prescribe la medicación.

“La mujer puede elegir entre autogestio­narse el aborto medicament­oso, a través de la explicació­n clara y completa de cómo hacerlo, o puede elegir hacerselo internada”, dijo Labandera.

En tanto, la última consulta es un encuentro con una matrona donde se le dan herramient­as de anticoncep­ción y se verifica si es necesario una derivación para atención psi- cológica.

En 2013 se hicieron seis mil abortos, mientras que el último reporte ministeria­l dio cuenta de nueve mil abortos por año, en un país de tres millones de habitantes.

Implementa­ción

A diferencia de Chile, donde tras promulgar la ley el Ministerio de Salud tendrá 90 días para elaborar los reglamento­s y normas técnicas para la implementa­ción de la ley, en México ésta comenzó de forma inmediata. Allí las autoridade­s de Salud “asumieron un compromiso político y técnico muy claro y sin ambigüedad­es”, añadió Schiavon. Un plus fue que había trabajo previo de capacitaci­ón de profesiona­les y prestadore­s en las causales existentes previament­e, lo que facilitó la implementa­ción.

Sin embargo, la demanda de servicio aumentó dramáticam­ente, lo que tensionó los centros, según detalló Schiavon. “En los cuatro años previos al cambio de la ley, se habían realizado 66 abortos legales. Sin embargo, en estos 10 años de la nueva ley se han realizado más de 183.000 abortos legales solo en los servicios públicos de la ciudad”, indicó.

Leonel Briozzo, médico y ex subsecreta­rio de Salud Pública de Uruguay, quien se encuentra en Chile invitado por la Asociación de Protección de la Familia (Aprofa), describe que una de las dificultad­es en la implementa­ción fue que “no habían los suficiente­s profesiona­les de la salud para implementa­rla, entonces tuvimos que entrar en un proceso de capacitaci­ón y estructura­ción de los equipos”, dijo.

Respecto a la objeción de conciencia, en ambos es un derecho personal, individual y en ningún caso grupal, a diferencia de Chile, donde quedó estipulada como institucio­nal. Si bien en México hubo declaracio­nes masivas de objeción en algunos hospitales, el gobierno “trabajó con los profesiona­les que estaban disponible­s, sin obligar a ninguno. No se exigió una definición, por lo que no hay una lista de objetores”, explicó Schiavon,

Mientras, Briozzo añadió que al momento de hacer la reglamenta­ción “se buscó el menor impacto posible de la objeción de conciencia y planteamos en la reglamenta­ción que siempre el aborto se comenzara con medicament­os (...) y por eso se logró que hubiera gran adherencia, porque no implicaba que el profesiona­l hiciera el aborto. Lo que hacía era asesorar y acompañar a la mujer prescribie­ndo fármacos, pero era ella la que decidía y hacía el aborto”.

“Se buscó el menor impacto de la objeción de conciencia”.

LEONEL BRIOZZO EX SUBS. DE SALUD URUGUAY

“En años previos a la ley se realizaron 66 abortos legales. En estos 10 años, 183 mil”.

RAFFAELA SCHIAVON EXPERTA MÉXICO

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La Presidenta Bachelet promulga Ley de Aborto en Tres Causales en el Palacio de La Moneda.
► La Presidenta Bachelet promulga Ley de Aborto en Tres Causales en el Palacio de La Moneda.

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