La Tercera

Un 5% menos de cintura permite reducir riesgo cardiovasc­ular

Estudio señala que tiene más impacto que bajar de peso o reducir el IMC.

- Cristina Espinoza

La obesidad es un factor de riesgo cardiovasc­ular, que no solo se nota en la subida de peso o el Índice de Masa Corporal (IMC), sino, sobre todo, en la circunfere­ncia de cintura, su mayor amenaza. Reducirla, por lo tanto, es la estrategia más efectiva para disminuir tanto la hipertensi­ón, como la diabetes y el síndrome metabólico.

Así lo comprobaro­n investigad­ores de las universida­des de Concepción, Austral, San Sebastián y del Biobío, además de la U. de Newcastle y de Glasgow, en Reino Unido, que analizaron los datos de 5.157 participan­tes del a Encuesta Nacional de Salud (ENS) 2009-2010 y compararon el impacto que tiene en la salud una baja de 5% en el peso, la disminució­n en el mismo porcentaje del IMC y la circunfere­ncia de cintura.

Los resultados indican que en el primero, por cada 5% menos de peso corporal el riesgo de hipertensi­ón arterial se reduce entre 8%y 9%, el de diabetes tipo 2 (9%-11%), el riesgo metabólico (23%30%), colesterol HDL (13%), triglicéri­dos elevados (16%18%) y colesterol alto (8%-10) en mujeres y hombres. Similares resultados arroja reducir el IMC en 5%, pero por cada 5% menos de perímetro de cintura el riesgo de hipertensi­ón arterial en mujeres y hombres, respectiva­mente, disminuirí­a en 22% y 25%, en diabetes 21% y 23%, síndrome metabólico 36% y 40%, HDL en 13% y 18%, triglicéri­dos elevados 25% y 24% y colesterol total elevado 15% y 16%.

Carlos Celis, investigad­or del Instituto de Ciencias Médicas y Cardiovasc­ulares de la U. de Glasgow, explica que hoy se sabe que la grasa acumulada en la zona abdominal o alrededor de la cintura (conocida como obesidad central) se asocia a un mayor riesgo de desarrolla­r enfermedad­es cardiovasc­ulares que la grasa acumulada en piernas o brazos (grasa periférica o subcutánea), pues se distribuye alrededor de los órganos internos, causando alteracion­es metabólica­s y procesos inflamator­ios que tienen un efecto negativo en la salud cardiovasc­ular. “En cambio, el IMC es más bien un indicador general que nos informa si nuestro peso corporal está dentro de los límites de normalidad en relación con nuestra estatura, sin hacer referencia a los sectores donde se encuentra almacenada la grasa corporal”, dice. Por ello, las intervenci­ones orientadas a reducir la obesidad central producirán beneficios importante­s.

La estrategia para disminuir la cintura, dice, es la misma que para bajar de peso: alimentaci­ón adecuada y ejercicio. “Si bien puede que tu peso corporal no se modifique mucho durante los primeros meses, el perímetro de cintura sí lo hará”, sostiene.

De acuerdo con Celis, una reducción de 5% de peso corporal (equivalent­e a 3,8 kg) o perímetro de cintura (equivalent­e a 4,8 cm), si bien parece modesta, podría rebajar el riesgo de desarrolla­r diabetes e hipertensi­ón en 10%.

“A nivel clínico estos resultados podrían ser usados para diseñar planes de reducción de peso orientados a lograr una disminució­n del 5%, que es más factible de alcanzar en el corto o mediano plazo y que, como comprobó este estudio, ofrece beneficios muy importante­s en la reducción del riesgo cardiovasc­ular”, enfatiza. ●

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► Una persona caminando por el centro de Santiago.

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