Nobel de la Paz y la amenaza nuclear
En medio de la escalada de tensión por el creciente y grave desafío nuclear de Corea del Norte, el premio Nobel de la Paz recayó en la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (o ICAN, por sus siglas en inglés), organización que reúne diferentes ONGs de alrededor de 100 países. El comité del Nobel reconoció el trabajo de esta agrupación en especial por su esfuerzo de crear conciencia sobre las “catastróficas consecuencias del uso de armas nucleares”, y por “sus esfuerzos para lograr un tratado de prohibición de esas armas”.
Este reconocimiento constituye una señal valiosa, pues es un llamado de atención en momentos en que la amenaza nuclear se ha vuelto a posicionar como un tema de alta preocupación para toda la comunidad inter- nacional. Las tensiones entre Estados Unidos y Corea del Norte –que han proferido mutuas amenazas de ataque nuclear-, es la señal más evidente de este peligro; pero también podrían estar incubándose nuevas inestabilidades si es que la administración Trump desecha el acuerdo nuclear con Irán.
Labores como las que lleva a cabo ICAN han encontrado resistencias. A su alero se logró en la ONU un acuerdo para la prohibición de armas nucleares, pero que ha sido resistido por los países que las poseen, en particular ante la obstinación de Corea del Norte por continuar sus ensayos. Con ello, el acuerdo es, por ahora, más simbólico que práctico, pero ayuda a poner en perspectiva que el mundo está aún lejos de una desnuclearización, y que la existencia de unas 15 mil cabezas nucleares representa una dificultad mayor.