LECCIONES DEL TREN ALAMEDA-NOS
. 8
SEÑOR DIRECTOR
Lo que ha estado en juego estas semanas no es solo la vida y salud de los comuneros en huelga de hambre, sino algo mucho más de fondo: la paz que se juega en gestos, acciones políticas y relaciones concretas, como es la revisión a fondo del contenido y el uso de la Ley Antiterrorista.
La paz solo será posible si todos colaboramos por mayor justicia garantizando lo mínimo para una convivencia respetuosa: los derechos humanos de todos, por el solo hecho de ser personas. De lo contrario viviremos en la ley de la selva.
Las tensiones en la IX Región y los actos de fuerza de las comunidades no se buscan porque sí. Nadie los quiere, pero son fruto de la carencia de diálogo del Estado y de utilizar solo la lógica de la zanahoria y el garrote. Pero como no hemos atacado el fondo –esa violencia menos evidente, pero más profunda- solo hemos dejado que la violencia explícita sea el modo de solución del conflicto.
Creo profundamente que solo la justicia traerá paz. Jesús fue un hombre que desafió el orden establecido porque le parecía inhumano, injusto, poco cercano al sueño de Dios Padre. Eso fue muy violento para un grupo y una esperanza de libertad para muchos. Desde la fe podemos solidarizar con las búsquedas del pueblo mapuche de libertad y dignidad frente a un modelo opresor, poco democrático y excluyente. No es un horizonte solo para el pueblo mapuche sino para todos los oprimidos que desean lo mismo: una sociedad fraterna, construida desde abajo, desde el pueblo; donde todos podamos decidir el presente y futuro de nuestros territorios, y no solo los mismos pocos de siempre.
Carlos Bresciani
Superior Comunidad Jesuita en Tirúa