Lecciones del tren Alameda-Nos
Aseis meses de su puesta en marcha, el tren que une Nos y Estación Central ha movilizado a cinco millones de pasajeros -quienes llegan en apenas 20 minutos a su destino-, lo que supone un promedio diario de unos 47 mil usuarios. Estas cifras dan cuenta de que el proyecto ha sido un acierto y debería ser replicado –por ahora es el único ferrocarril suburbano que está en rodaje en la ciudad-, aunque a la par ha estado acompañado de preocupantes atochamientos y largas filas, sobre todo en hora punta.
Esta situación parece ser reflejo de que aún no se han internalizado del todo las lecciones que ha dejado el Transantiago, donde los diseños no se hacen cargo apropiadamente de los flujos proyectados, afectando la calidad del servicio. Algunos expertos reconocen que el diseño de las estaciones siguió un criterio “minimalista”, lo que desde luego no permite canalizar bien un alto flujo de pasajeros.
Se ha advertido que este tren, parte del Sistema Integrado de Transporte Público, aún no está en su máxima capacidad, que podrá absorber una demanda mayor -hasta el momento cuenta con 12 trenes- y que se mejorará la frecuencia, de manera que se detendrán cada seis minutos en las estaciones en hora punta. Ello ayudará a descomprimir en parte las estaciones, pero es incierto si corregirá el problema de fondo. De este caso deberán extraerse valiosas lecciones para el futuro diseño de trenes suburbanos y el transporte público en general, porque en la medida que los pasajeros perciban un servicio eficiente –en tiempo y comodidad- será un incentivo para su uso, en desmedro del automóvil.