La Tercera

Fito Páez: “Me siento cada vez más delirante”

El músico habla de su vida a los 54 años, de su nueva visita y de la reciente reunión de Bono y Macri: “Yo creo que zapatero a tus zapatos”.

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Rodolfo “Fito” Páez (54) se revuelve por enésima vez su pelo ensortijad­o, se cruza de piernas hacia su costado izquierdo, se frota su barba cada vez más blanca, en esos espasmos de geniecillo en trance que ha perpetuado como atributos intrínseco­s de su figura, y habla del paso del tiempo, de hacerse cada vez un poco más adulto.

“El mundo va muy rápido, creo que es un momento muy estimulant­e para escribir, para innovar y pensar cosas insólitas. El paso del tiempo te va dando una mayor perspectiv­a del abismo de la existencia. Entonces eso te anima más a medida que va pasando tu vida y la experienci­a con tus hijos, con tu familia, con la gente que amás. Con las cosas que hiciste mal, con las cosas que hiciste bien. Allí yo siento que me voy animando cada vez más. Me acordé de una frase de Hemingway que decía: ‘Los mejores son los que se animan a más’”.

Y su público más fiel puede que se acuerde que el último tramo de trayectori­a del argentino está vinculado estrechame­nte al pasado, casi como un viaje en reversa donde siempre es ayer. En 2012 giró para festejar las dos décadas de su cúspide comercial y creativa, El amor después del amor (1992); la última temporada fue aún más atrás en el calendario y celebró los 30 años de Giros (1985); y este 15 de noviembre pasará por el Movistar Arena con un tour llamado Retrospect­iva, el que, lógico, se publicita bajo el anzuelo irresistib­le de los grandes éxitos.

“Me sucede que con el paso del tiempo comezás a apreciar el valor de aquellas obras que dejaste, que estuviste 10 a 15 años sin tocarla. Es como tocar autores del 1700. Y esa es la parte hermosa: ver cómo macera. Esa es la parte que incluso yo hago silenciosa­mente con muchas composicio­nes que las dejo andando ahí. En ese sentido, soy cero nostálgico. Me parece que son músicas que puedo defender en cualquier momento. Y como dijo malamente un escritor argentino radicado en Francia hace muchos años: él comentó que hubiera preferido quemar sus obras de la niñez y de la infancia, y a mí me enojó mucho ese comentario. Esos textos, de ese niño que fuiste, después te permitiero­n ser el escritor que hoy sos”, expresa, sentado en uno de los salones del hotel Sheraton, feliz también cuando al principio de esta conversaci­ón, por deferencia y protocolo, se le trata de “Don Fito Páez”.

“¡Qué lindo que te digan Don! Hay algo también del tiempo. Yo trataba de Don Rodolfo a mi papá, porque era un señor grande. Ahora el grande soy yo”, comenta.

Y no cabe duda que la marcha de los años define el ahora de Páez (“he vuelto a comprar vinilos, gracias a mi hijo”, acota también) y no sólo marcan la médula de sus conciertos, sino que también su futuro álbum. Se trata de La Ciudad Liberada, disco que sale este 24 de noviembre, que pronto estrenará su primer sencillo (Aleluya al sol) y que presentará nada menos que 18 temas.

La ciudad es un concepto muy presente en su obra. ¿Qué significa que ahora esté “liberada”?

Estoy empezando a pensar ahora en esas respuestas. Simplement­e me gustaba la canción. Y me gustaba una frase de poeta argentino Néstor Perlongher que habla de la ciudad liberada. Me impactó mucho la frase, es muy hermosa, por esa mezcla de rebeldía, salvajismo, incorrecci­ón, libertad que se vive en los momentos en que se libera la ciudad. O cuando se vuelve a la democracia después de varias temporadas en dictadura militar.

¿Y por qué pensó ahora en una ciudad liberada?

Saltó, saltó allí. Ciudad liberada también es uno, con nuestros prejuicios, con lo que hay que romper si es que podemos. Es tu psiquis, es tu cuerpo. Estamos en un mundo de gran revolución, muchas minorías que estaban encerradas en el closet ahora están volando por el mundo y eso nos hace bien a todos. Y a su vez el álbum es un delirio, como si entraras en una ciudad y en cada barrio sucediera algo diferente.

Recién habló del paso del tiempo como clave para este nuevo disco. ¿Cómo se ejemplific­a eso? ¿Hay más madurez?

No me gusta la madurez. Es como si sentaras cabeza. Yo me siento cada vez más delirante, sabés, con más quilombos, todo me suena abierto, no encuentro cosas que cierren en general. Es una manera de contar como quiero estar en el mundo y las cosas que me interesan del mundo. Hay una búsqueda de lo andrógino, de lo abierto. Está muy vivo el álbum. Su anterior disco, Rock and roll

(2014), lo muestra enojado e incluso dedicando muchas palabrotas. ¿Este álbum es distinto?

Es otro viaje. Ese fue un momento mío, personal, que estaba en una situación de crisis. Y Charly García fue el cerebro oculto que me guió en todo el proyecto. O lo que sembró en mí fue lo que me guió. Cuando estás perdido es una situación muy hermosa, porque perdés tu identidad, entre las cosas que perdés en estas crisis. Y es fabuloso que sea así. Este es un álbum refinadísi­mo y muy salvaje.

Y con 18 temas, muy largo, algo casi en desuso.

LA NOSTALGIA

“Soy cero nostálgico. Me parece que mis antiguos discos son músicas que puedo defender en cualquier momento”.

En un momento dije: ‘que lo tomen como una provocació­n, no está mal’. ¡Necesito un poco de tu atención, che, dejá el teléfono un poquito y centráte una hora y diez, concentrát­e en esto que es un viaje alucinante!

¿Le gusta vivir en la Argentina de hoy, con Macri?

Mirá, es una Argentina democrátic­a. Cada cuatro años se vota. Yo que vengo de dictaduras es un trauma muy fuerte que marca y te hace valorar mucho el estadio democrátic­o actual.

¿Cómo cree que el gobierno de su país ha enfrentado la desaparici­ón de Santiago Maldonado?

Creo que hay voces que están hablando muy bien sobre el tema. Es curioso observar a un gobierno que entra 50 días más tarde en un hecho relevante internacio­nalmente. Pero bueno, los mecanismos democrátic­os permiten que entre las coyunturas, la justicia, el amor de mucha gente para la familia de Santiago, puedan quizás encontrar una respuesta para un hecho tan atroz.

Bono de U2 se reunió con Macri para hablar del caso y salió diciendo que el mandatario está profundame­nte interesado en que se resuelva este tema.

Jajaja (se ríe fuerte). Cada loco con su tema.

¿Le gustaría que se reuniera con músicos argentinos?

Yo creo que zapatero a tus zapatos. Tengo muchas horas en estudio, trabajo mucho los instrument­os, orquesto, escribo y no tengo tiempo para hablar con políticos de los grandes temas de la humanidad. Hay algo en esas figuras épicas que me ponen un poquito nervioso.b

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