Responsabilidad de planteles universitarios
Así como el lenguaje crea realidades, la regulación va moldeando las conductas de los entes que están sometidos a ella. En ese sentido, y en el contexto del complejo escenario por el que atraviesa la Universidad Iberoamericana, su rector manifestó que están en busca de un socio estratégico que los ayude a sortear las dificultades económicas que presenta la institución, pero que de no ser posible allegar nuevos recursos, “el Mineduc tendrá que resolver”.
Tal como se discutió durante la tramitación de la ley que creó la figura del administrador provisional -y como se desprende de las palabras del rector-, la legislación diluyó las responsabilidades y creó incentivos inadecuados.
De este modo, y a pesar de que nadie busca caer en una situación de insostenibilidad, los planteles de educación superior cuentan con un instrumento legal que hace menos costosa su eventual caída, dando mayor margen a malas decisiones por parte de sus autoridades. Al mismo tiempo, el Mineduc, en lugar de enfocar su labor en reubicar a los alumnos que sufren las consecuencias de estudiar en un proyecto con pocas probabilidades de sobrevivir en el mediano plazo, carga con la responsabilidad de hacer viables proyectos privados que enfrentan dificultades. Todo lo anterior con cargo a recursos públicos.
Es evidente que el Estado tiene una responsabilidad ante los estudiantes que eligen estudiar en instituciones que cuentan con reconocimiento y acreditación estatal, como es este caso. Sin embargo, ello no debiera significar un desconocimiento de responsabilidades ni un salvavidas estatal a instituciones privadas.