La Tercera

Consulta indígena para definir nueva Constituci­ón entra en etapa decisiva

Delegados de nueve etnias debatirán con el gobierno los términos en que serán incluidos en el texto. Para poder presentar el proyecto constituci­onal, La Moneda necesita llegar a acuerdo.

- Sebastián Vedoya M.

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A partir de hoy y hasta el próximo jueves, 139 delegados de los nueve pueblos originario­s reconocido­s por el Estado (aimara, quechua, licán antai, colla, diaguita, rapanui, mapuche, kawésqar y yagán) se darán cita junto al gobierno en la última etapa de la Consulta Constituye­nte Indígena, con el objetivo de discutir las medidas que el Ejecutivo pretende ingresar al Congreso en el proyecto de nueva Constituci­ón. Estas son: reconocimi­ento constituci­onal y participac­ión política efectiva para las minorías étnicas.

Esta instancia fue anunciada por la Presidenta Michelle Bachelet en su última cuenta pública y pretende dar cumplimien­to al Convenio N° 169 de la Organizaci­ón Internacio­nal del Trabajo (OIT), que en su artículo 6 obliga a los países firmantes (Chile lo hizo en 2009) a consultar a los pueblos originario­s “cada vez que se prevean medidas legislativ­as o administra­tivas susceptibl­es de afectarlos directamen­te”.

A cinco meses de que culmine la actual administra­ción, en La Moneda reconocen que la consulta es la responsabl­e del retraso en la presentaci­ón del proyecto de reforma constituci­onal. La prisa por cerrar el capítulo indígena y permitir que la Mandataria anuncie uno de los pilares de su programa presidenci­al antes de que finalice 2017 ha obligado al Ministerio de Desarrollo Social, ente encargado de esta instancia, a realizar las cinco etapas de la consulta en sólo tres meses, pese a las críticas que se han formulado y que consideran insuficien­te el plazo (ver nota secundaria).

“Estamos trabajando con este grado de celeridad porque cuando se presente el proyecto de nueva Constituci­ón, necesariam­ente se requiere tener esta consulta resuelta”, asume el ministro de Desarrollo Social, Marcos Barraza (ver página 4).

Sin embargo, no sólo de la ejecución ministeria­l depende el avance del gobierno, dado que el éxito de la consulta está supeditado al pronunciam­iento que los pueblos indígenas realicen sobre las medidas, las cuales surgieron de las conclusion­es obtenidas en el Proceso Participat­ivo Constituye­nte Indígena, realizado entre mayo y diciembre de 2016.

En este sentido, toma relevancia lo que ocurrirá hoy en las instalacio­nes de la FAO en Santiago, lugar en que se espera una discusión marcada por el rechazo inicial a la propuesta tal como está, ya que, según grupos indígenas, existe una “desconfian­za histórica” con el Estado.

Un eventual fracaso del diálogo de esta semana obligaría a extender las negociacio­nes hasta encontrar acuerdo. Dependiend­o de los plazos que requieran las nuevas tratativas, la dilatación del proceso pondría a La Moneda frente a una encrucijad­a, debido a los tiempos políticos y legislativ­os considerad­os para la discusión constituci­onal. Avanzar e incorporar a los pueblos originario­s en el proyecto sin acuerdo previo, advierten desde el mundo indígena, sería considerad­o un duro revés para la ya compleja relación con los grupos étnicos.

“La desconfian­za de los pueblos ha sido histórica. Si (la consulta) no genera un

debate serio, va a provocar que el conflicto aumente”, aseveró Juan Carlos Reinao, presidente de la Asociación de Municipali­dades con Alcalde Mapuche.

Desde el gobierno muestran optimismo en lograr el objetivo y ven en la consulta un hito comparable al Acuerdo de Nueva Imperial, firmado en 1989 por el entonces Presidente electo Patricio Aylwin (DC). Hasta el momento, aseguran desde ambas partes, las expectativ­as han sido correspond­idas con la alta concurrenc­ia a las etapas participat­iva y de diálogo interno.

Según cifras de Desarrollo Social, en los encuentros participat­ivos indígenas de 2016 asistieron 17.016 personas. Cifra similar que acumulan las distintas fases de la consulta de los últimos tres meses, en la cual se ha depurado la convocator­ia al irse delegando la responsabi­lidad en los 139 representa­ntes que asistirán hoy: acudieron 10 mil personas en la etapa de deliberaci­ón, 6.008 a las reuniones informativ­as y 618 a los diálogos regionales que culminaron el pasado sábado.

“Esta consulta es la última oportunida­d que nos estamos dando para dialogar con el Estado”, aseguró Marcial Colín, presidente de la Comisión de Legislació­n del Consejo Nacional de la Corporació­n Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi).

No obstante, todas las etnias estarán representa­das en la discusión, el 67,6% de los delegados es mapuche. En tanto, el 11,5% restante es aimara y el 20,8% representa al resto de los pueblos (ver

infografía).

Para María Hueichaque­o, delegada presidenci­al en temas indígenas, que la mayoría sea mapuche no significa que la discusión será dominada por las peticiones de este grupo, y advirtió que la posición de los pueblos es bastante homogénea sobre lo que pretenden.

“Todos los pueblos están con una mirada muy clara respecto de la nueva Constituci­ón. Los nueve pueblos están por un país plurinacio­nal, por autonomía, autodeterm­inación y otros temas relevantes, como las lenguas y la participac­ión política”, sostuvo Hueichaque­o.

Reconocimi­ento

Pese a que el gobierno propone reconocer en una posible Constituci­ón la preexisten­cia de los pueblos indígenas, territorio­s especiales y de derechos lingüístic­os y culturales, para Marcial Colín se trata de “un reconocimi­ento con mucho énfasis en cuestiones culturales y no fundamenta­les”.

“La Constituci­ón debe decir que Chile es una comunidad de naciones que se organiza en un Estado plurinacio­nal, que sea a la vez democrátic­o, participat­ivo e intercultu­ral”, enfatizó.

Para Reinao tampoco es suficiente el “reconocimi­ento de la preexisten­cia de los pueblos” o la definición de “territorio­s especiales indígenas” que propone el gobierno. Según enfatiza, “sin un reconocimi­ento histórico (a la propiedad de las tierras) esto no sirve para la reconcilia­ción”. En tanto, consideró que pactar “tal como está la propuesta, sólo legitima el problema existente”.

En el caso de Isla de Pascua, las exigencias también apuntan a la restitució­n de tierras. Para los rapanui, cualquier apoyo estará condiciona­do al Acuerdo de Voluntades de 1888, el cual les otorgaría “control absoluto sobre el territorio, a través de la administra­ción de sus recursos naturales y culturales”.

“Todo el avance está allí”, señaló Erity Teave, vicepresid­enta del Parlamento Rapa Nui, quien resalta que existe disponibil­idad “a ser amigos de Chile, pero se debe volver al tratado”.

Participac­ión política

Entre las medidas propuestas, se contempla asegurar la representa­ción especial de los pueblos indígenas en el Congreso. Pese a que el mecanismo se establecer­ía en una nueva ley, Barraza no descarta que quede consignado en el diálogo.

Según Huechiaque­o, “hoy tenemos la gran posibilida­d de poder dialogar con el resto de los protagonis­tas de la política”.

En el caso de Rapa Nui, lo ven con más indiferenc­ia. Para Teave, la participac­ión no es un objetivo para la isla, y asegura que un puesto en el Senado “no va a solucionar los problemas de los pueblos originario­s”.b

“Si no genera un debate serio, va a provocar que el conflicto aumente”.

JUAN CARLOS REINAO

PDTE. ALCALDES MAPUCHES

“Es la última oportunida­d que nos estamos dando para dialogar ”.

MARCIAL COLÍN

CONSEJERO CONADI

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► En la Región de Los Lagos participar­on 821 personas en la fase de deliberaci­ón interna de la consulta indígena.
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