SERVICIO NACIONAL FORESTAL
SEÑOR DIRECTOR
La importancia de avanzar en la tramitación del proyecto de ley que crea el Servicio Nacional Forestal (Sernafor) se sustenta en gran parte en la anomalía jurídica que afecta a la Conaf, constituida como persona jurídica privada con atribuciones públicas, hecha patente en 2008 por un fallo del Tribunal Constitucional.
Ese proyecto de ley, a su vez, está vinculado al proyecto que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP), en primer trámite en el Senado, el cual tiene todavía que discutir una cantidad monumental de indicaciones. En conjunto, ambos proyectos forman un sistema mayor que velará por el cuidado de la biodiversidad, la administración de las áreas protegidas, el fomento forestal y la prevención de incendios.
Por tanto, el proyecto que crea el Ser- nafor requiere atención, primero porque no hay claridad de cuándo verá la luz el SBAP. Y en segundo lugar, en caso de avanzar ambos proyectos, porque, tal como están redactados partiendo por sus objetos, están predestinados a sobreponerse y entorpecer la acción estatal en pos de la conservación de la biodiversidad y el cuidado de los bosques, sean nativos o no.
La Ley Nº 20.417 que fundó la nueva institucionalidad ambiental que nos rige, asignó al futuro SBAP el manejo de nuestras áreas protegidas y al Ministerio de Medio Ambiente la proposición de políticas de protección de la biodiversidad.
Por las razones anteriores existe una necesidad imperativa de sacar adelante ambas iniciativas, pero debe tomarse en cuenta la necesaria coherencia que tiene que existir entre ambos proyectos, para evitar duplicidad de funciones entre el Sernafor y el SBAP, o entre éstos con otros organismos sectoriales, como el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG). Guillermo Ready Salamé Abogado Instituto Libertad