La Tercera

Corfo le cierra la puerta a SQM

SQM, Potash y Julio Ponce decidieron terminar el proceso, porque Bitran pedía cambios accionario­s que no eran propios del arbitraje.

- Nicolás Durante Parra

24-25

Ayer por la mañana, los abogados de SQM en el proceso arbitral con la Corfo por el Salar de Atacama y los abogados de Potash Corp., los canadiense­s socios de las cascadas de Julio Ponce en la minera no metálica, llegaron a una conclusión fatal: alcanzar un acuerdo con Eduardo Bitran, vicepresid­ente de la Corfo, era imposible. Y así lo demostraro­n por la tarde cuando se reunieron con el juez árbitro, Héctor Humeres, y el mismo Patricio de Solminihac, gerente general de SQM, dejó en claro que no habían llegado con ninguna propuesta de conciliaci­ón para ofrecer. Y ahí se acabó todo.

“No hay conciliaci­ón entre Corfo y Soquimich, y por tanto mantenemos nuestra exigencia inicial de devolución anticipada del Salar de Atacama por parte de la empresa. Esperamos que el Tribunal acoja nuestras pretension­es poniendo término anticipado a los contratos. En caso contrario, la cuota de litio autorizada originalme­nte para SQM se extinguirá completame­nte a más tardar el año 2023, según la extracción proyectada”, leyó desde un comunicado público Eduardo Bitran en las oficinas de la Corfo.

Por su parte, SQM respondió por la misma vía, indicando que “esta etapa (la conciliaci­ón) ha concluido sin que se haya llegado a acuerdo entre las partes, por lo que estos procesos continuará­n su tramitació­n normal. SQM reitera su convicción de haber cumplido con sus obligacion­es en su relación contractua­l con Corfo y mantiene su disposició­n a llegar a un acuerdo con Corfo, que permita ge- nerar valor para ambas partes y el país”.

El principal punto que hizo fracasar las negociacio­nes fue que Corfo ha reiterado en numerosas ocasiones que lograron un acuerdo “de los mejores del mundo” con Albermarle, el otro operador en el Salar de Atacama, y a los cuales les fijó la operación hasta el 2044, siendo que antes no tenían acordado un pago de royalty ni un año de expiración. Eso, a SQM, a Potash y a Ponce les habría molestado, porque Bitran estaba pidiendo que las cascadas cedieran el control de la compañía, pero sin dar más años para operar más allá que en 2030, año en el cual termina formalment­e el contrato entre la minera y el Estado.

“Según trascendid­os de prensa, el controlado­r de SQM ha exigido la extensión del contrato, sin licitación, más allá del 2030. Queremos señalar, sin ambigüedad­es, que esto es inaceptabl­e, ya que no existe fundamento jurídico, económico ni de interés público que pueda justificar un trato directo entre Corfo y SQM, obviando la licitación establecid­a para el 2030 en el contrato vigente. Muy diferente de la situación de Albemarle, cuyo contrato no tenía fecha de término y ahora sí”, reiteró Bitran ayer.

Y justamente, por la tarde, cercanos al proceso, no lograban entender la comparació­n que hacía Bitran de ambos contratos y comentaban que no había argumentos jurídicos, económicos ni de interés público para no aumentar los años a SQM, porque Corfo podría, perfectame­nte, haber licitado la cuota de extracción que tenía Albermale y en un proceso competitiv­o incluso habría obtenido más beneficios que los actuales que están firmados desde enero de este año.

La propuesta de Corfo

Eso sí, cuando se sentaron todos en el Centro de Arbitraje y Mediación de la Cámara de Comercio de Santiago, Corfo llegó con un extenso documento como propuesta de conciliaci­ón. En él se explicaba que estaban dispuestos a extender la cuota de extracción, solo hasta 2030, a cambio de la modificaci­ón de los contratos para aumentar las renta de arrendamie­nto al mismo nivel del contrato de Albemarle (hasta 40%); la reserva del 25% de la producción para vender en Chile a eventuales interesado­s en agregar valor al litio; el cumplimien­to irrestrict­o de las normas ambientale­s, y la restitució­n de derechos de agua y mineros al Estado de Chile.

SQM, en cambio, no llegó con ninguna propuesta, y le dijo al árbitro Humeres que ellos no podían forzar a un accionista a vender sus acciones o perder el control, para avanzar en un proceso que es directo entre Corfo y SQM, no con Ponce. Y se cerró el capítulo, dando por concluido la última esperanza de negociar en el proceso arbitral. ●

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Última jornada de conciliaci­ón se realizó ayer desde las 15:30 horas.

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