BALACERA EN LA LEGUA
SEÑOR DIRECTOR
Una balacera que todos debemos oír , aunque vivamos lejos o muy lejos de la Legua . Los vecinos de ese histórico barrio de la comuna de San Joaquín , la semana recién pasada hicieron público su hastío de vivir intimidados por bandas delictivas que arreglan o intentan ajustar sus cuentas, a punta de balazos. Desconozco que si como resultado de esta legítima protesta vecinal o producto de una investigación previa, los organismos policiales incautaron una cantidad de armas y municiones en poder de individuos que no tienen amparo legal para esa posesión .
Lo que sucede en ese barrio de nuestra ciudad, no parece ser una excepción respecto de lo que ocurre en otros; bandas delictivas, dedicadas al tráfico de drogas, se apoderan de calles y de entornos para intentar imponer un modo de vida, que pasa por amedrentar a aquellos vecinos que no son parte de esa lógica brutal. Autoridades de gobierno han señalado que no existen zonas ajenas al estado de derecho. Es posible que en su extremo ello sea efectivo; a modo de ejemplo, no existen en nuestra ciudad posibilidades que un homicidio quede sin investigación y hay una muy alta probabilidad de sanción, pero convengamos que va en aumento la sensación de impunidad y de imperio del poder de fuego de los delincuentes. El testimonio de quienes conocen esa realidad avala dicha sensación ( Iglesia Católica , alcaldes que llevan años denunciando y trabajando el tema, como el de San Joaquín) .
Frente a este fenómeno urbano, lo primero es que todos oigamos los balazos, y no hacer como que no se oyen, lo segundo es más Estado, más presencia en la contención social del delito, en la punición del mismo. En estos días hemos conocido lo que el Estado, bajo la coordinación del Intendente Orrego, ha hecho y está por hacer en Bajos de Mena; ahí hay un buen camino aunque sea largo.