La Tercera

Ajustes internos y tensiones con la DC: la travesía del comando de Goic

Diferencia­s con la bancada y la directiva de la DC han marcado el rumbo de la campaña. Además, en los siete meses desde que fue proclamada, la senadora ha debido realizar una serie de modificaci­ones en su equipo.

- Nicolás Guzmán

Las oficinas del tercer piso de la sede de la DC en la Alameda fueron por semanas el lugar de encuentro de los incipiente­s equipos de trabajo que se iban sumando al comando de la candidata presidenci­al Carolina Goic, antes del 19 de junio.

Fue ese día que, acompañada de distintas figuras de su partido, la abanderada encabezó el lanzamient­o de la sede de su comando en la casona de calle Triana, en la comuna de Providenci­a.

La escena, sin embargo, no se repetiría muchas veces durante una campaña que prácticame­nte nació siendo criticada por algunos parlamenta­rios del partido, que hicieron un fuerte cuestionam­iento a la opción de llevar una candidatur­a presidenci­al a primera vuelta sin someterse a primarias dentro de la Nueva Mayoría.

Una tensión que se graficó en una serie de enfrentami­entos públicos ocurridos precisamen­te a comienzos de junio, entre la bancada de diputados con el jefe de campaña, Pablo Badenier, y la propia Goic, por la poca “coordinaci­ón” que existía según acusaron- con el trabajo de campaña y las actividade­s en terreno de los parlamenta­rios.

Fue por esos días que el consejero nacional y diputado Fuad Chahín acusó que la toma de decisiones al interior del comando se realizaban “por groupies y grupos de amigos” de la candidata, apuntando principalm­ente a personeros como la ex subdirecto­ra del Sernam María Luisa España o el médico Alberto Larraín, ambos integrante­s hoy del equipo de trabajo de la carta presidenci­al.

Goic intentó primero poner

paños fríos a la disputa y luego dio un golpe de timón con una reestructu­ración profunda del comando, concretada tras la renuncia de Badenier. Primero, cambió al ex ministro Jorge Burgos de su rol de administra­dor electoral a coordinado­r político de la campaña. Además, definió al académico Eduardo Saffirio como el nuevo coordinado­r programáti­co, relegando al ex vicepresid­ente DC Sergio Espejo. Y en lo territoria­l, convocó al ex diputado y presidente de partido Juan Carlos Latorre, buscando tender puentes con los diputados. Para captar al mundo independie­nte, se optó por la figura de Juan Pablo Hermosilla.

En paralelo, Goic reforzó su comité estratégic­o, incluyendo a figuras de las distintas facciones del partido. Aunque en un comienzo la lista de nombres era más amplia, en la práctica quienes hoy participan de estos encuentros son los históricos Gutenberg Martínez, Soledad Alvear y Belisario Velasco, la alcaldesa Carolina Leitao, los miembros de la mesa Isabel Flores y Gonzalo Duarte, ocasionalm­ente el diputado Víctor Torres y el propio Burgos.

La relación entre el comando y el partido, sin embargo, no tuvo mejoras significat­ivas en los meses siguientes. Azuzados por los magros números que marcaba la senadora en las encuestas, varios diputados incrementa­ron sus críticas públicas contra la candidatur­a DC. Algunos, incluso, deslizaron la opción de que Goic finalmente declinara su opción para favorecer un acuerdo parlamenta­rio con la Nueva Mayoría.

Así, se llegó a la junta nacional del 29 de julio, donde se abrió un nuevo flanco de conflicto para la candidata, luego de que la instancia decidiera respaldar la repostulac­ión del entonces candidato a diputado Ricardo Rincón, pese a que había sido la propia Goic quien se había encargado de mostrar su negativa ante tal posibilida­d, dada la vinculació­n del parlamenta­rio con un caso de violencia intrafamil­iar. Tras el traspié, la candidata se mantuvo recluida por cinco días antes de anunciar que se mantendría en la carrera presidenci­al.

Aunque desde su entorno coinciden en que el episodio abrió una “nueva etapa” en la candidatur­a -donde incluso ejerció su poder de veto sobre la candidatur­a de Rincón-, lo cierto fue que por esos mismos días se ratificó el pacto electoral de la DC con dos movimiento­s de izquierda, MAS e Izquierda Ciudadana. Una decisión que recrudeció la tensión entre el partido y el comando. Antes las constantes críticas de miembros del comando, el presidente (S) Matías Walker rayó la cancha. “Las decisiones que respectan al partido las tomamos en Alameda 1460, por parte de los órganos regulares democrátic­amente elegidos”, indicó.

Aunque en los meses siguientes la tensión entre ambos bandos cedió, los ajustes internos continuaro­n. Latorre presentó su renuncia para potenciar su campaña parlamenta­ria, por lo que asumió en su rol María Luisa España, además de la inclusión de Rogelio Zúñiga como administra­dor electoral y de Eugenio Ortega como secretario ejecutivo. En paralelo, comenzaba a surgir una nueva disputa que impactaría en la candidatur­a de Goic: las distintas visiones respecto a cómo encarar un escenario de segunda vuelta donde -a la luz de todas las encuestas- no estará la abanderada DC. ●

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► La fachada de la sede del comando de Carolina Goic (DC), ubicada en calle Triana 861, Providenci­a.
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