La Tercera

Chile tiene baja tasa de posesión de armas en América Latina

Organismo internacio­nal estima que en el país hay 4,7 armas lícitas e ilícitas por cada 100 habitantes.

- Cecilia Yáñez

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Según la experienci­a internacio­nal, mientras más armas circulen entre la población, más delitos violentos se generan. También crece el riesgo de que caigan en manos equivocada­s. Por lo mismo, se generó polémica cuando el candidato presidenci­al José Antonio Kast dijo ser partidario de flexibiliz­ar su traslado (entre la casa y el polígono) para que personas que tienen una inscrita aprendan a usarla ante delitos violentos.

Según GunPolicy.org, fundación dependient­e de la U. de Sydney (Australia), para 2016 Uruguay tenía la tasa de armas de fuego registrada­s (inscritas) más alta de Latinoamér­ica, con 180 unidades por cada mil habitantes.

Pero conocer la cantidad de armas ilícitas es más difícil. GunPolicy.org estima que sumadas ambas categorías (lícitas e ilícitas), Chile tiene una tasa de 4,7 armas por cada 100 habitantes, en el puesto 18 en la región (ver

infografía), es decir, se ubica entre los cinco países latinoamer­icanos con menos armas en manos de civiles. Según esta fundación, Chile tendría 845.900 armas en

manos de civiles. La estimación se hace sobre la regla de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (ONUDD), que estima que el arsenal ilícito de armas de un país oscila entre el 10% y el 20% del número conocido de armas de fuego lícitas.

El último informe de la Dirección General de Movilizaci­ón Nacional (DGMN) sobre armas revela que en Chile existen 504.179 personas naturales que adquiriero­n una o más armas y la inscribier­on en el Registro Nacional de Armas (la ley permite la inscripció­n de hasta dos armas. Si el número es superior, estas deberán ser inscritas como coleccioni­stas o deportista/cazador). A septiembre, las armas “inscritas activas” -excluidas las que han sido destruidas, están bajo custodia o fuera del país y sumadas las que pertenecen a personas jurídicas (empresas)- suman 752.584. Sin esta considerac­ión, la cifra llega a 813.201.

Defensa

Daniel Johnson, director ejecutivo de Fundación Paz Ciudadana, dice que según la encuesta anual de este organismo, “el temor a la delincuenc­ia se ha mantenido alto en los últimos siete años, sin variacione­s significat­ivas”. La misma encuesta releva que los hogares en los que un miembro ha sido víctima de un delito dos o más veces ha aumentado, igual que la sensación de insegurida­d”.

Para hacer frente a esta sensación de insegurida­d, además de las rejas, alarmas y perros, algunas personas “optan por armarse, pensando que puede aportar a su seguridad”, pese a que no es la mejor opción, dice.

A juicio de Ismael Puga, investigad­or del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (Coes), frente a una situación de violencia delictual, las personas pueden reaccionar de diferente manera si están atemorizad­as o sienten que no tienen acceso a sistemas de seguridad. Pero comprar un arma como defensa, señala, en el mediano o corto plazo termina por fomentar más violencia, porque se aumenta la cantidad que está circulando y un número importante de ellas pasa a delincuent­es por robo.

“Se estima que en Chile cada año 2.000 armas se pierden o son robadas”, dice Johnson.

Según la DGMN, la inscripció­n de armas desde 1992 a la fecha ha disminuido. Si entonces se inscribier­on 23.119, en 2007 fueron 10.761y 6.910 en 2016. En tanto, a septiembre de este año van 5.185.

“Chile ha mantenido una tenencia baja de armas en manos de privados, por lo que los índices de homicidios por estas también son bajos”, indica Johnson.

Realidad y percepción

Según Mónica Gerber, investigad­ora Coes y de la U. Diego Portales, cuando las personas se sienten vulnerable­s buscan cómo aumentar la seguridad, pero esa percepción de vulnerabil­idad se relaciona con un discurso que ronda en la sociedad y no necesariam­ente en la realidad. “Los medios de comunicaci­ón que muestran delitos violentos tienen injerencia en esta percepción. Lo que ocurre es que la insegurida­d vende, y las imágenes violentas quedan como ejemplo de lo peligroso que está Chile, aunque las estadístic­as muestren lo contrario”, dice.

De hecho, en 2016 se registraro­n 562.218 casos policiales relacionad­os con delitos de mayor connotació­n social (DMCS) como robos, lesiones, daños a vehículos, amenazas, 6,4% menos respecto de 2015, según la Subsecreta­ría de Prevención del Delito. Y las cifras del primer semestre son 3,8% más bajas que igual período de 2016.

Para Gerber, la insegurida­d y la generación de miedo son más una estrategia política para luego proponer políticas que fomenten la seguridad, con alza de penas para los delincuent­es, lo que permite generar una sensación de mayor seguridad y votos.

“Podemos obtener importante­s lecciones de EE.UU. con una norma permisiva y que presenta cifras de homicidios por armas de fuego 16 veces más que Alemania, que tiene una legislació­n más restrictiv­a”, plantea Johnson.

Un estudio de la U. de Boston analizó la relación entre la posesión de armas y las tasas de homicidios en EE.UU., concluyend­o que los estados con mayores índices de posesión de armas tenían un número mucho más grande de muertes por homicidios.

MÁS VIOLENCIA “Comprar un arma en el mediano o corto plazo termina por fomentar más violencia”. ISMAEL PUGA COES

“Podemos obtener importante­s lecciones de EE.UU. con una norma permisiva”. DANIEL JOHNSON FUNDACIÓN PAZ CIUDADANA.

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