NUEVA EDUCACIÓN PÚBLICA
SEÑOR DIRECTOR
El posible congelamiento de recursos para la gratuidad encendió alarmas y puso cuesta arriba la Ley de Presupuesto. Esos dineros financiarán a los establecimientos más vulnerables, donde los cambios y la necesidad de avanzar hacia el nuevo modelo son urgentes.
Es razonable cuestionarse qué ocurrirá con la calidad de las escuelas. Los indicadores de la Agencia de Calidad no mienten: la mayoría de los establecimientos se distribuyen entre las categorías medio-bajo e insuficiente, y solo un pequeño grupo alcanza el nivel medio o alto.
La educación municipal está en crisis. Es incomprensible la gradualidad y extensión del proceso, en que algunos co- legios tendrán como plazo 2025 y aquellos con mejor rendimiento 2030. Falta mayor sentido de urgencia y oportunidad. En este punto surgen las dudas de si estos cambios estarán a la altura de las exigencias o abriremos la puerta a un nuevo proceso que aumenta la incertidumbre.
Es esencial abordar la calidad de los aprendizajes como eje de la desmunicipalización, pues los más perjudicados son las familias que no cuentan con los recursos para que sus hijos migren hacia el sistema privado.
Mientras no se subsanen estas incertidumbres, la Nueva Educación Pública estará plagada de dudas y hará más sinuoso el camino al nuevo modelo público de calidad que necesita Chile.
Ramón Jara Coordinador Educativo de Asesorías Pedagógicas Chile