La Tercera

La última reinvenció­n de Schwager

Tras 11 años del “caso” de delitos financiero­s de un ex gerente y directores, la firma está enfocada en negocios de energía y de servicios a la gran minería. Y en ese camino están asociados con la gigante china Yuanda, con quienes miran negocios fuera de

- Por Nicolás Durante Parra.

Un correo electrónic­o enviado desde el otro lado del mundo al gerente general de Schwager, Álex Acosta, en 2016, fue el punto de inicio de una nueva reinvenció­n de Schwager. La empresa china Yuanda quería entrar al negocio de energía en Latinoamér­ica y para eso se contactó con Acosta, quien cuenta cómo va “el pololeo”. Y todo con un solo objetivo: dejar atrás el pasado más oscuro de la firma, cuando el 2006 su ex gerente y dos ex directores fueron multados por la Superinten­dencia de Valores y Seguros (SVS) por uso de informació­n privilegia­da y ocultamien­to de informació­n al mercado. A 11 años del “caso Schwager”, quieren mostrar su nueva cara.

“Es una empresa que se ha reinventad­o. Son más de 100 años de historia, gloriosa en los tiempos del carbón, y en este proceso de reinvenció­n hay aciertos, errores, pequeños y grandes. Este pasado que la transformó en un gran productor de carbón, y también un pasado que la llevó a acciones especulati­vas que son absolutame­nte condenable­s y que ya son tema cerrado”, dice Acosta, quien arribó a la firma en 2011 provenient­e de la minería.

“En algún momento de la historia de Schwager ocurrieron definicion­es y acciones que no correspond­en, que tienen que ver con una especulaci­ón que en algún momento ocurrió, fue un episodio lamentable, que no es un tema de olvidar, pero sí de cerrar. Es un tema que fue público, que fue a las instancias de un estado de derecho y se tomaron las resolucion­es del caso. De ahí en adelante lo que la empresa hizo fue reinventar­se. Hoy, toda la estructura de la empresa es nueva. No ocurre nada con las iniciativa­s que hubo en ese entonces, las personas somos otras, los negocios son otros y las prácticas son otras. La empresa ha salido adelante, a partir de políticas, de principios y de valores”, afirma.

Durante la casi hora y media de conversaci­ón, Acosta ocupa más de 20 veces la palabra “reinvenció­n”. Y eso lo han hecho dejando muy lejos su pasado en el carbón y volcándose a dos áreas de negocios. La primera es la de servicios a la minería, donde crearon una plataforma para atender a la gran minería en sus planes de mantenimie­nto planificad­o o reactivo. Dentro de los clientes destacan Codelco, Glencore, Escondida y algunas mineras filiales de Antofagast­a Minerals.

Y la segunda área principal de negocio es la energía, donde hoy concentran los esfuerzos por hacer cosas nuevas. Para ello han construido tres plantas de biogás, la más importante en una procesador­a de productos lácteos, donde instalaron una planta que trata los residuos, los procesa en un biodigesto­r, genera gas, y ese gas se transforma en un insumo para la planta. En dicha empresa, Lácteos y Energía, Schwager es dueña del 63% y comparte propiedad con Molinos Bío Bío, de la familia Manzur, hace cinco años. Y es justamente esa planta, ubicada en Purranque, Región de Los Lagos, otro negocio al que entraron. Lo que hacen es comprar suero líquido de leche y lo transforma­n en suero en polvo con la marca LyE, el que se ocupa como parte de los suplemento­s nutriciona­les para deportista­s.

Las otras dos plantas de biogás las construyer­on para Lácteos Puerto Octay y Lácteos Osorno, en la misma Región de Los Lagos.

En energía también entraron al desarrollo de dos centrales hidroeléct­ricas de pasada. Una en la Décima Región, en Ensenada, de 3 MW, bautizada como Los Pinos, en sociedad con la firma Puntiagudo, de la familia Ziller y cuya inversión asciende a US$ 12 millones. La otra, llamada Cóndor, ubicada en Vilcún, en La Araucanía, que tiene una capacidad de 5 MW y un costo de US$ 20 millones.

Los chinos

Y aunque ambos proyectos se encuentran con sus permisos ambientale­s aprobados, fue en su financiami­ento donde apareciero­n los problemas. “Llegado un momento no teníamos posibilida­des de desarrolla­r este proyecto. No encontrába­mos un financiami­ento que fuera posible, que fuera viable y convenient­e económicam­ente”, dice Acosta.

Y ahí apareció Yuanda con su correo electrónic­o, luego vinieron viajes a China para presentars­e y empezar a tomar forma de cómo iban a trabajar. Actualment­e, tienen dos memorándum de entendimie­nto donde están definidos los términos del acuerdo, primero para financiar la central Los Pinos y otro para Cóndor. “Lo que tiene que ocurrir a continuaci­ón es que haya un acuerdo entre Schwager y Yuanda en el costo de construcci­ón, y una vez que ese acuerdo ocurra, se concretará el financiami­ento”, explica Acosta.

Y en ese relacionam­iento con los chinos, el “caso” salió a flote. “El pololeo no solo consiste en caerse bien, sino que en identifica­r las coincidenc­ias. Nosotros no tenemos ningún tipo de inhibición en contar nuestra historia, que es pública. Fuimos nosotros quienes le contamos de dicho episodio”.

Sin embargo, no se quedarán solo en los proyectos Los Pinos y Cóndor con los chinos. “Hemos empezado a tener una mirada de negocios más de futuro, eso significa que estamos evaluando diferentes alternativ­as de negocio en esta parte del mundo, no solo en Chile, para complement­ar las competenci­as de Schwager y las de Yuanda. Tenemos presentada­s diferentes ofertas para proyectos de energía que serían susceptibl­es de ser construido­s tanto en Chile como en Perú, clientes que quieren desarrolla­r proyectos de energía hidroeléct­rica un poco más grandes”, revela. Y así, además de construir las centrales, también podrían suministra­r equipos desde China, optimizar las ingeniería­s de los proyectos y eventualme­nte acceder al financiami­ento. También en el radar hay otras energías. “Estamos mirando proyectos solares, eólicos, estamos mirando todo, pero las cosas hay que hacerlas paso a paso”, afirma.

¿Y hacía dónde va este pololeo? “En el plan de Schwager, el entendimie­nto de este plan de negocios y hacerlo conversar con esta mirada que estamos pavimentan­do con una empresa china es una excelente noticia. ¿Adónde va a llegar esto? Hoy no lo sabemos, esto es bien terrenal y concreto”, concluye Acosta. ●

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► Álex Acosta, gerente general de Schwager, llegó a la firma en 2011.

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