Colo Colo cae en Temuco y Unión Española es único líder
Los albos pierden por la mínima en Temuco, sufren las expulsiones de Berríos, Zaldivia y Paredes y a cuatro fechas del final ponen en peligro el sueño del título. El escándalo del segundo tiempo, protagonizado por jugadores y la banca del Cacique en cont
41-43
En Colo Colo ya se creen de punta a cabo que hay una persecución evidente en su contra. Que si ganan es porque son mejores, pero que si pierden o empatan es porque hay una mano negra que confabula contra el club más poderoso del país. No enfrentan al rival de turno, sino a la industria completa que no quiere ver la vuelta olímpica en el estadio Monumental.
Ayer, en la derrota del Cacique por 1-0 en casa de Temuco, volvieron a aparecer las denuncias de complot y la paranoia. Dan la mismo las opciones perdidas, especialmente en el primer tiempo, o la expulsión imperdonable de Berríos a los 51’ minutos. La banca reclama la primera amarilla, y pueden tener razón, pero la segunda se la ganó tontamente el juvenil por una entrada en plancha y muy a destiempo, en una zona sin importancia para el juego.
A Colo Colo lo quieren bajar. No es que Dalcio Giovagnoli haya planteado un partido de lucha o que en el segundo tiempo haya realizado una muy buena movida con la salida de Farfán y el ingreso de Donoso, para desestabilizar a la zaga rival. No, lo que le impidió sumar al cuadro popular fueron las mafias que dirigen al balompié nacional.
Lo cierto es que la roja a Berríos alteró todo el plan, el objetivo, el juego y, lo que es peor, la cabeza de los albos. El equipo de Guede perdió el foco y Temuco aprovechó el momento para amenazar en serio. Orión mantenía con vida a la visita. Antes de eso, los blancos tenían controlado el partido e incluso se veían mejor. Pese a la lesión temprana de Meza, Guede supo reordenar a su escuadra con la entrada de Araya y el retroceso de Baeza a la zaga.
Valdivia hacía de las suyas instalado a las espaldas de Cepeda y Riquero, y desde ahí armaba todo el juego. El segundo tiempo pudo ser similar, pero ya está dicho: la plancha de Berríos estropeó los deseos albos.
Aún así, Colo Colo aguantaba y se generaba alguna ocasión. Saltó a la cancha Pajarito Valdés, para acompañar a Valdivia. Arriba quedó solo Paredes, hasta que lo reemplazó Rivero. Pero el penal de Zaldivia desató el descontrol. Fue bien cobrada la mano del central y el árbitro César Deischler lo expulsó por doble amarilla.
Después vino la roja a Paredes, quien reclamaba desde el banco. Enredo total, porque en un comienzo el juez le mostró amarilla a Óscar Opazo, quien se debía ir porque también tenía tarjeta. Después Deischler notó que había amonestado al jugador equivocado y apuntó a Zaldivia. Como durante todo el partido, el colegiado se ponía la mano en la oreja del audífono y mirada al cuarto árbitro, Patricio Polic, el blanco de la furia visitante.
Largos minutos de tensión, mientras Cris Martínez esperaba en el punto penal. El paraguayo resolvió con frialdad y marcó el 1-0 definitivo. Después falló otro tiro desde los 12 pasos, por una tapada brillante de Orión en los descuentos, que sólo quedó para la estadística.
El líder se cayó. Su racha de minutos invicto (453), también. Guede perdió los estribos, Colo Colo los puntos y la cima de la tabla. Y para rematar la tarde negra, también perdió a cuatro jugadores para el siguiente partido, ante Unión Española. Los fantasmas que persiguen al Cacique están haciendo un trabajo perfecto.b