La Tercera

Chile ordena expulsión de 8 extranjero­s al día

Ingreso clandestin­o es la principal causa de esta medida, con 52% de los casos. Expertos cuestionan bajo porcentaje de ejecución y critican proyecto de migración.

- Sebastián Vedoya M.

Entre 2015 y 2016 se ha ordenado la expulsión de 5.656 extranjero­s de Chile, por orden de dictámenes judiciales o administra­tivos. Un registro que arroja un promedio de ocho órdenes diarias.

Las expulsione­s administra­tivas son todas aquellas que surgen del incumplimi­ento de alguna de las normativas migratoria­s. Son decretadas por el Ministerio del Interior para el caso de personas en situación de residencia, mientras que se convierten en competenci­a de las respectiva­s intendenci­as al tratarse de individuos que hicieron ingreso al país de manera ilegal o están en calidad de turista. Quienes se encuentran dentro de esta última figura representa­n el 95% de los casos.

El abandono forzado de índole judicial ocurre ante situacione­s de delito. Esta surge, en su mayoría, al decretarse penas inferiores a los cinco años, en que el cumplimien­to efectivo se conmuta con la expulsión. Para medidas más gravosas esto ocurre una vez cumplido el periodo de prisión.

Según informació­n a la que accedió La Tercera vía Ley de Transparen­cia (ver infografía), una de cada dos personas que recibe este castigo es por ingreso clandestin­o (52%). Un 33% lo padece por tráfico de drogas, mientras que solo un 3% involucra a turistas que permanecie­ron en el país más allá del periodo autorizado.

El 12% restante correspond­e a otros casos, como robo (2,2%), homicidio (0,4%) y ser responsabl­e de delitos comunes (1%).

De total de personas que están en esta situación, 3.447 son hombres y 2.209 mujeres. Al revisar las nacionalid­ades de los infractore­s, se da cuenta de la presencia de 28 países, aunque aquellos de números más significat­ivos son Bolivia (32%), República Dominicana (27%) y Colombia (22%).

La emisión de este dictamen, no obstante, en muchos casos no equivale a que la salida del país del sancionado se materialic­e. Hasta diciembre de 2016 se había concretado el 39,7% de ellas.

De acuerdo con el ex jefe del Departamen­to de Extranjerí­a y Migración del Ministerio del Interior, Rodrigo Sandoval, el inconvenie­nte en la ejecución surge principalm­ente en los casos administra­tivos, al no existir en las causas judiciales mayor margen en la autoridad para dilatarlas, dado que el juez impone un plazo.

“El problema está en las expulsione­s administra­tivas, porque no establecen un plazo contundent­e. La expulsión queda sujeta al estado financiero y operaciona­l de la Policía de Investigac­iones (PDI)”, señaló el abogado, quien apunta a una poca eficacia de la policía, sumado a la incapacida­d “logística para ejecutar las expulsione­s que llegan”.

En tanto, para José María del Pino, director ejecutivo de la Fundación Frè, este hecho demuestra “una señal a todas luces de que la actual normativa ha sido superada por las actuales condicione­s migratoria­s que tenemos en Chile”.

Según el experto en derecho migratorio de la Universida­d Católica, Francisco Dellacasa, en Extranjerí­a existe una pasividad ante aquellos casos de ingreso clandestin­o, al asumirse la falta de capacidade­s que la institució­n padece en la ac-

tualidad. “Con eso tu estimulas que las personas entren por esa vía”, aseguró el académico, aunque criticó que “mantener personas en condición de expulsados, que por su condición no pueden regulariza­rse ni adquirir visa, se presta para toda clase de abuso”.

El caso dominicano

Un dato llamativo surge al evidenciar­se el alto número de expulsione­s decretadas a dominicano­s que ingresaron de manera ilegal, siendo el segundo país tras Bolivia. Esta situación evidenciar­ía, según especialis­tas, una respuesta al “proteccion­ismo” que intentó imponer Chile por la masiva llegada de individuos desde esta isla.

“Para frenar la alta migración pusieron trabas con la visa de turismo, en que no puedes llegar como cualquier persona y entrar para quedarte 90 días”, señaló Dellacasa.

Para Del Pino, este caso es llamativo porque demostrarí­a que aplicar una visa es propiciar el ingreso a través de redes de tráfico de personas por pasos ilegales. “Aquellos que promueven el tráfico selectivo no van a generar cambios, porque esto te demuestra que la situación no se modifica con poner visaje en el país de origen”, aseveró.

Según Rodolfo Noriega, presidente de la Coordinado­ra Nacional de Migrantes, este fenómeno ocurre dado que Cancillerí­a -ente encargado de otorgar esta visano tiene recursos ni criterios unificados. “Los dominicano­s solo pueden entrar a Chile cuando son bachateros, pero al trabajador se le impide el ingreso”, dijo.

Nueva ley

El 23 de agosto pasado, el gobierno presentó en 64 páginas un proyecto de ley de migración, con el objetivo de actualizar la normativa vigente desde 1975 y así hacer frente al nuevo escenario.

Sin embargo, han surgido diferentes críticos que cuestionan el real alcance que lograría esta legislació­n, de ser aprobada como está por el Congreso.

Rodrigo Sandoval renunció al cargo en julio pasado debido a sus diferencia­s con la normativa que el Ministerio del Interior elaboraba, que finalmente ingresó al Parlamento y a la cual denomina como una “nueva ley que organiza de mejor forma los defectos que tiene la actual norma”.

Para la otrora autoridad, es fundamenta­l que en el proyecto se incluya una nueva autoridad migratoria “que establezca criterios que prioricen “qué tipo de extranjero­s quieres expulsar y a cuáles regulariza­r”. Esta definición, establece, es fundamenta­l al no haber “recursos para expulsar a todas las personas que infringen la política migratoria”.

Del Pino coincide en la necesidad de contemplar una nueva institució­n, al considerar que, de no existir, la legislació­n podría “quedar en letra muerta al carecer de institucio­nalidad efectiva”.

La diputada Paulina Núñez (RN) cuestiona el carácter garantista que posee la iniciativa en los procesos de expulsión, al incluir tres instancias de apelación -dos administra­tivas y una judicialpo­r parte del infractor.

“No creo que se deba abrir un perdonazo cuando ya hay una decisión tomada. Una instancia de apelación como en cualquier proceso me parece justo, pero tres es mucho”, afirmó.

Noriega se muestra en contra de la ampliación de causales de expulsión que propone la posible nueva ley, y asegura que ello “va a detonar situacione­s de irregulari­dad migratoria, lo cual terminará en aún más órdenes de expulsione­s”.

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► Módulos de Policía Internacio­nal en el aeropuerto de Santiago.

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