La Tercera

Cementos Bío Bío acusa falta de libre competenci­a en Perú

Unacem es la principal empresa de cementos de Perú, país donde la chilena desarrolla la construcci­ón de una planta. La semana pasada, chilena y su socia brasileña presentaro­n 2 requerimie­ntos al Indecopi peruano, símil del TDLC local.

- Gustavo Orellana

Cementos Portland (Cempor), un proyecto que la chilena Cementos Bío Bío -empresa ligada a Hernán Brioneslle­va adelante junto con la brasileña Votorantim para construir una planta cementera en Lima, ha enfrentado una serie de dificultad­es para su concreción, principalm­ente por la oposición de quien sería su rival directo en ese mercado: Unacem.

Esa compañía, que domina el 60% de la industria local, ha buscado, a juicio de Cementos Bío Bío, impedir a toda costa que este proyecto se materialic­e y amenace su liderazgo, principalm­ente por la vía judicial. Hasta ahora no han tenido éxito, pero siguen insistiend­o.

En esa línea, la semana pasada Unacem interpuso una nueva demanda contra Cempor, alegando incumplimi­en- tos ambientale­s, a través de un recurso de amparo constituci­onal, similar a un recurso de protección chileno. Pero en ese país, ese tipo de recursos pasa por los tribunales ordinarios y no por la corte regional o nacional y se tramitará en el juzgado de Villa María, donde Unacem tiene su planta.

Esta fue la gota que rebalsó el vaso para los ejecutivos de la alianza entre Cementos Bío Bío y Votorantim, quienes decidieron responder con dos demandas ante el Indecopi, símil del Tribunal de Defensa de la Libre Competenci­a (TDLC) chileno, hecho que se concretó el jueves, alegando conductas contrarias al libre mercado.

“La visión que tenemos es que Cementos Lima, o Unacem hoy, ha cometido ya en el pasado actos reñidos con la libre competenci­a. Eso ha sido juzgado y ha sido multado. Yo entiendo que cuando nosotros pedimos los permisos, ellos pudieron haber participad­o del proceso de obtención. Pero esta agresivida­d comenzó ahora, a contar de mayo, probableme­nte después de que nosotros iniciamos movimiento­s de tierra y cercamos el perímetro”, dice Iñaki Otegui, gerente general de Cementos Bío Bío.

El proyecto involucra una inversión de US$ 200 millones, de los cuales los socios ya han puesto US$ 60 millones, US$ 30 millones cada uno, fondos que se destinaron a la compra de la cantera y al inicio de la obra. El resto de los fondos se obtendría entre aporte de capital y préstamos bancarios. Se trata además de la primera incursión de Cementos Bío Bío fuera del territorio chileno.

El mercado local

A diferencia del chileno, el mercado cementero en Perú está regionaliz­ado, con un productor dominante en cada zona geográfica. En el norte manda Pacasmayo, mientras que en el sur es Cementos Yura. Unacem, que hasta hace algunos años se denominaba Cementos Lima, tiene el monopolio regional en el centro (abarcando la ciudad de Lima), que es el que concentra la mayor demanda, dándole a esa firma el 60% del mercado nacional.

Todas ellas pertenecen a grupos empresaria­les locales: Pacasmayo está en manos de la familia Hochschild, Yura pertenece al grupo Rodríguez Banda y Unacem a la familia Rizo Patrón, hoy convertida en rival circunstan­cial del grupo chileno y uno de los grupos empresaria­les más importante­s de ese país.

“Ellos llevan tres demandas contra el Ministerio de la Producción, que es el que ve allá los temas medioambie­ntales, implicándo­nos a nosotros, y el ministerio les ha dicho todas las veces ‘señor, aquí tiene todos los antecedent­es, no correspond­e’”, explica Otegui.

La alianza entre ambas empresas decidió entrar a Perú en 2006, luego de evaluar un proyecto que hasta entonces desarrolla­ba una empresa peruana y que incluso contaba con permisos ambientale­s. Entonces, una vez conformada la sociedad entre Votorantim y la firma chilena para desarrolla­r el proyecto, que denominaro­n Cempor, planificar­on algunos cambios a la iniciativa, entre ellos una ampliación de la planta y la zona de explotació­n. Por ello, reingresar­on las solicitude­s de permisos ambientale­s, los cuales obtuvieron sin problemas, el último de ellos el 12 de enero de este año. Con ello estaban listos para partir.

Los planes considerab­an iniciar las obras definitiva­s hace algunos años, pero la situación política y económica les hizo esperar, a lo que se sumó algunos negocios hechos por Cementos Bío Bío. “Pero dado que ahora la economía peruana, con cambio de presidente, nos invita a ejecutar la inversión, decidimos partir”, agrega el ejecutivo.

Entonces comenzaron los problemas. “Ahora, que estamos iniciando la fase de construcci­ón, Cementos Lima se nos tira al cuello y nos empieza a bombardear con una serie de demandas, todas ellas, a juicio nuestro, improceden­tes, y esto en el fondo como un afán de hostigamie­nto. Es parecido a lo que le pasó a Luksic con su planta de Lucchetti, que terminó mal. Acá estamos en algo parecido. Ellos intentan manipular a los jueces, usan los recursos”, acusa el gerente general de la firma chilena. ●

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► Planta de operacione­s de Cementos Bío Bío, ligada al empresario Hernán Briones.

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