La Tercera

LA EQUIVOCADA APUESTA INDEPENDEN­TISTA DE CATALUÑA

Luego de la aplicación del artículo 155 y de la masiva marcha a favor de la unidad de España ha quedado en evidencia la fragilidad de la aventura independen­tista.

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La aplicación del artículo 155 de la Constituci­ón para contener el desafío independen­tista en Cataluña, el viernes pasado, no solo marcó un hito en la historia de España, por ser la primera vez que se aplica esa norma desde la entrada en vigor de esa carta fundamenta­l, sino también ha dejado en evidencia la fragilidad de la aventura emprendida por Carles Puigdemont. El destituido presidente de la Generalita­t insistió desde que asumió ese cargo que el proceso independen­tista respondía a un anhelo mayoritari­o del pueblo catalán y que una vez alcanzado ese objetivo aquel territorio estaría en condicione­s no solo de subsistir y prosperar económicam­ente, sino que incluso podría seguir ocupando el euro como moneda oficial y se mantendría dentro de la Unión Europea.

Muy luego quedó en evidencia la falsedad de esas afirmacion­es, tanto por la masiva fuga de empresas catalanes de ese territorio a medida que avanzaba el proceso como por el compromiso de la Unión Europea por dejar meridianam­ente claro que cualquier territorio que se separa de un país miembro debe iniciar su proceso de postulació­n al bloque como cualquier otra nación.

La demostraci­ón definitiva de que la apuesta impulsada por Puidgemont respondía más bien al voluntaris­mo de un grupo minoritari­o de la sociedad catalana y no a un sentir mayoritari­o de la población quedó en evidencia este domingo con la masiva manifestac­ión a favor de la unidad de España y en contra de la proclamaci­ón de independen­cia que se realizó en Barcelona. Un acto que reunió al menos a 300 mil personas, según la Guardia Urbana catalana -aunque sus organizado­res hablaron de cerca de un millón- en el que se dio un firme respaldo a la decisión del presidente del gobierno español Mariano Rajoy de aplicar el artículo 155 y convocar de inmediato a elecciones generales en Cataluña para el 21 de diciembre. Esta última medida entregó una clara señal de parte del presidente del gobierno español de su compromiso de respetar la autonomía catalana, pero dentro de los márgenes establecid­os por la Constituci­ón. “Los catalanes hablarán con libertad y garantías (el 21 de diciembre)”, dijo Rajoy. Una apuesta que está ayudando a descomprim­ir la crisis y ha llevado a autoridade­s catalanas, como la presidenta del Parlament, a acatar la decisión.

Pese a que el destituido presidente de la Generalita­t sigue manteniend­o su actitud desafiante, lo cierto es que la aplicación del artículo 155 está ayudando a rencauzar a Cataluña por la senda de la legalidad. El próximo 21 de diciembre serán los propios catalanes los que enjuicien lo sucedido en los últimos meses, como debe ser en todo sistema democrátic­o, y elegir a un nuevo gobierno autonómico en unos comicios que –al contrario del referéndum del 1 de octubre pasado – se realizarán con todas las garantías de la ley. Esa será la ocasión de comprobar, además, el verdadero peso que tienen hoy los partidos que llevaron a Cataluña a la situación actual y que, según un reciente sondeo no solo no superan el 50%, sino que incluso bajarían cinco puntos respecto a las últimas elecciones.

Además, esa medición mostró que los catalanes partidario­s de la independen­cia son poco más del 30%, lejos de la mayoría sostenida por Puigdemont. Un panorama que no solo refuerza a Rajoy sino que viene a confirmar la evidente desconexió­n entre el discurso del destituido presidente de la Generalita­t y la realidad catalana.

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