Una carrera horneada a pulso

Bárbara Gatica es una de las tenistas chilenas de mayor proyección. Este año dio un salto importante e ingresó al grupo de las 450 mejores jugadoras del mundo. Conquistó su primer título y también fue parte importante del histórico triunfo sobre Argentina en la Fed Cup. De hecho, le dio a Chile el punto decisivo en dobles, junto a Daniela Seguel.

La carrera de la puentealtina ha sido a punta de esfuerzo. Sus padres instalaron una amasandería, que ha sido clave para financiar su carrera. “Gracias a la amasandería le pudimos pagar la carrera universitaria a mi hija mayor y a Bárbara sus giras. Han sido años de mucho sacrificio, pero valió la pena”, comentaba hace unos meses Alejandra Avilés, madre de la tenista.

Bajo el alero de los ex jugadores Jorge Aguilar y Camila Silva, quienes la entrenan en la academia Massú Tenis, Gatica ha conseguido mejoras sustanciales en su juego, que la permiten ilusionarse. De hecho, en la mayoría de los torneos ITF que ha disputado en la temporada no ha bajado de los cuartos de final en singles, mientras que en duplas también sus resultados han sido óptimos, pues suma dos títulos: uno en Argentina y otro en Turquía.

Fuera de la cancha, la tenista también afirma que lleva una vida bastante normal. “Tengo una vida bastante normal, una tenista está poco con la familia, no tienen vida amorosa, y yo tengo amigas de toda la vida y del tenis. Las tenistas son solitarias”, manifiesta la jugadora nacional.

Su meta es meterse lo antes posible dentro de las 200 mejores, para confirmar que es una de las mejores opciones del recambio tenístico nacional.