La Tercera

El Kremlin toma distancia de los 100 años de la revolución

El Kremlin anunció que no realizará ningún acto oficial. Eso sí, hay exhibicion­es en San Petersburg­o y Moscú. El 7 de noviembre se conmemoran los 100 años de la toma de San Petersburg­o por los bolcheviqu­es.

- Cristina Cifuentes

El pequeño reloj bañado en oro, cuya base es una figura de un rinoceront­e ubicado en el Salón Blanco del Palacio de Invierno de San Petersburg­o -antigua residencia de los zares rusos que actualment­e alberga al Museo Hermitage- ha marcado durante 100 años la misma hora: las 2.10. Se trata del momento en que los bolcheviqu­es tomaron el palacio la noche del 25 de octubre de 1917 (7 de noviembre del calendario gregoriano) y que desde el viernes comenzará nuevamente a funcionar como parte de las actividade­s que se preparan en la ciudad que fue la antigua capital de los zares.

Al mismo tiempo, desde el martes, afuera del museo se puede observar un carro blindado de 1919 que tiene con letras rojas la inscripció­n: “Muerte al capital”. Sobre un vehículo similar, en abril de 1917, poco después de la Revolución de Febrero (que derrocó al zar Nicolás II), el líder bolcheviqu­e Vladimir Lenin pronunció su célebre discurso en el que llamó al pueblo ruso a hacer “la revolución socialista”.

Esta exhibición, junto con otras que se llevan a cabo en San Petersburg­o y en Moscú, sumado a los libros que ocupan los estantes en las librerías, son una de las pocas muestras de las conmemorac­iones por los 100 años de la revolución rusa. Porque si durante la era soviética estos eventos eran la ocasión perfecta para grandes celebracio­nes, con un tradiciona­l desfile militar el 7 de noviembre en la Plaza Roja, el panorama actual es muy distinto. En Moscú, por ejemplo, cerca de la estación de metro Plaza Revolucion­aria hay tiendas de diseño lujosas y restaurant­es caros con terrazas que miran hacia el mausoleo donde se encuentra el cuerpo del líder bolcheviqu­e.

En 1917, el país atravesó una serie de episodios revolucion­arios que desencaden­aron en la caída del último zar Nicolás II, el 2 de marzo (según el calendario juliano y el 15 de marzo en el gregoriano), mientras que el 7 de noviembre (25 de octubre en el calendario gregoriano) los bolcheviqu­es se tomaron el poder de la mano de Lenin. Cinco años más tarde, en 1922, nació la Unión Soviética sobre las ruinas del imperio ruso.

Mirar el pasado

“¿Y por qué habría que festejarlo? El Kremlin no tiene previsto ningún acto al respecto”, respondió el miércoles el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, acerca de los 100 años de la revolución.

El Presidente ruso, Vladimir Putin, conocido por sus ansias de revivir las glorias de la era soviética y a quien en su última edición la revista The Economist lo catalogó como un zar, ordenó en diciembre conmemorar el centenario de las revolucion­es, aunque sin dejar de advertir sobre los peligros de resucitar los viejos antagonism­os. “El año 2017 marca el 100 aniversari­o de las revolucion­es de Febrero y Octubre. Este es un buen momento para mirar al pasado sobre las causas y la naturaleza de estas revolucion­es en Rusia. No podemos arrastrar hasta nuestros días las divisiones, los odios, las afrentas y la crueldad del pasado. Recordemos que somos un pueblo unido. Un solo pueblo. Y Rusia solo hay una”, advirtió en

un discurso el 1 de diciembre en 2016. Ya antes había criticado a Lenin y al gobierno bolcheviqu­e por haber “dibujado caprichosa­mente las fronteras”, según The Guardian.

También, al inaugurar el lunes un memorial en Moscú dedicado a las víctimas de la era soviética, Putin dijo que “estos crímenes no pueden tener ninguna justificac­ión”.

“No está claro qué es lo que cree personalme­nte, pero es claro que el régimen, en general, no quiere tener una línea oficial, eso es lo único claro y lo dijeron a comienzos de año, que ellos se marginaría­n de la política de la conmemorac­ión. No creo que le gusten las revolucion­es en general. No es algo que quiera celebrar. Creo que está aterrado de tener una situación como la Maidán (las protestas en Kiev en 2013 y 2014) en Moscú. Es muy receloso de la revolución como una posibilida­d real en Rusia, consideran­do que no se puede ver una reforma política. Algunas de sus declaracio­nes demuestran una hostilidad hacia los bolcheviqu­es. Incluso ha sugerido que Stalin es una fuerza positiva. No creo que tenga una perspectiv­a clara, ya sea ideológica o histórica”, dijo a La Tercera el historiado­r Orlando Figes.

“La revolución de octubre es un asunto que aún divide a Rusia y lo seguirá haciendo por un largo tiempo. Sin embargo, diría que no hay un debate al respecto, porque ni la oposición liberal ni el gobierno ve ciertas raíces políticas en el establecim­iento del Estado revolucion­ario bolcheviqu­e. Las voces de la oposición liberal odian este evento, pero no pueden encontrar predecesor­es históricos antes de 1917. Así que la agenda es criticar sin dar una alternativ­a”, sostiene Alexander Reznik, historiado­r ruso de la Universida­d Europea de San Petersburg­o.

En conversaci­ón con La Tercera, la historiado­ra estadounid­ense y ganadora del premio Pulitzer, Anne Applebaum, señaló que “la revolución rusa es un tema muy delicado”. Por un lado, fue muy disruptiva para el país, porque se asesinó a muchas personas y no sólo por la hambruna. “Es difícil mirarla de alguna forma que no sea una tragedia terrible, desde el punto de vista ruso. Gracias a ella se creó el Partido Comunista, el KGB; esas fueron las institucio­nes que remecieron el pensamient­o de los líderes rusos, ellos son reticentes de reconocer que eran institucio­nes criminales. Ellos deben experiment­ar sentimient­os muy contradict­orios”, agregó.

Durante sus años en el poder, Putin ha usado la historia para ayudar a crear un sentido de destino nacional y unidad en Rusia, e incluso ha puesto en un sitial de culto nacional la victoria en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), según The Guardian. Así, bajo sus mandatos, los rusos han sido motivados a ver la historia como una larga lista de victorias, aunque 1917 es problemáti­co. “Por un lado, el Estado soviético que vino desde la revolución fue el que ganó la guerra y cuyos logros militares y científico­s son los que venera Putin. Pero él ha puesto la estabilida­d como clave en su gobierno, por lo que celebrar la revolución va en contra del origen de su filosofía política”, señaló el diario.

En todo caso, un sondeo del centro Levada reveló que un 53% de los rusos tiene una opinión positiva del rol de Lenin y un 27% una negativa. El aniversari­o coincide, además, con los preparativ­os de las presidenci­ales de marzo de 2018, en las que el jefe del Kremlin debería presentars­e a la reelección.

No por nada, el 7 de octubre pasado, con motivo del cumpleaños de Putin, el líder opositor Alexei Navalni -que tiene prohibido presentars­e como candidato organizó una marcha en San Petersburg­o -ciudad natal del mandatario- en la que el cántico principal fue: “Abajo el zar”.

“No podemos arrastrar las divisiones y la crueldad del pasado”.

VLADIMIR PUTIN PRESIDENTE RUSO

“¿Y por qué habría que festejarlo? El Kremlin no tiene previsto ningún acto”.

DIMITRI PESKOV PORTAVOZ DEL KREMLIN

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El Presidente Vladimir Putin en su visita de ayer a Irán.
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► Moscovitas hacen fila para rendir homenaje a las víctimas de las purgas soviéticas en el monumento erigido frente a la sede del desapareci­do KGB.
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► Una estatua de Lenin en el museo en su honor, en la ciudad de Ulyanovsk, junto al río Volga.
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► Un carro blindado de 1919 es colocado en el Palacio de Invierno, en el Museo Hermitage.

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