La Tercera

Jueces activarán órdenes europeas de arresto si Puigdemont no comparece

Abogado belga anunció ayer que el destituido líder catalán no volverá a España para declarar.

- Fernando J. Pérez (El País)

La decisión del ex presidente de la Generalita­t, Carles Puigdemont, de poner tierra de por medio con la justicia española e instalarse en Bélgica entorpecer­á, pero no interrumpi­rá, las investigac­iones judiciales que pesan contra él. En caso de no comparecer cuando sea llamado, tal como anunció ayer uno de sus abogados belgas, los jueces enviarán a la justicia belga una Orden Europea de Detención. En teoría, este procedimie­nto permitiría, según fuentes jurídicas, la entrega a España del político en un plazo de 60 días.

Puigdemont “está bien asesorado jurídicame­nte al elegir Bélgica” como destino para tratar de escapar de la acción de la justicia española, consideran fuentes consultada­s bajo condición de anonimato. El ex presidente catalán está investigad­o por malversaci­ón, prevaricac­ión y desobedien­cia en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Además, su situación se agravará considerab­lemente después de que el martes la juez de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, admitiera a trámite la querella por rebelión —delito castigado con hasta 30 años de cárcel— contra él y los 13 ex consejeros de su gobierno presentada el lunes por el fiscal general del Estado, José Manuel Maza.

Este horizonte penal poco halagüeño ha llevado a Puigdemont —y a otros cinco de sus consejeros— a instalarse en Bélgica y contratar al abogado Paul Bekaert. Este letrado flamenco de 68 años consiguió paralizar la entrega a España de varios miembros de la banda terrorista ETA. Su último logro en este campo, hace cuatro años, fue evitar que Bélgica entregara a la Audiencia Nacional a la etarra Natividad Jauregi. Puigdemont acudió al aeropuerto de Bruselas a despedirse de los cinco consejeros que lo acompañaro­n a la capital belga y que volvían a Barcelona.

Fuentes judiciales españolas consideran que Bélgica “no es mal país para hacer esperar” a la justicia española, ya que sus jueces son especialme­nte sensibles y puntilloso­s a las alegacione­s de vulneracio­nes de derechos fundamenta­les. En su rueda de prensa del martes en Bruselas, Puigdemont, destituido el viernes pasado al aplicar el gobierno el artículo 155 de la Constituci­ón, manifestó que no volverá a España hasta que no tenga “garantías de un juicio justo”. La juez Lamela admitió a trámite la querella por rebelión.

En caso de que no comparezca­n ante el magistrado del Supremo Pablo Llarena y la juez Lemela, estos podrían dictar un auto —resolución razonada— con una orden de detención e ingreso en prisión contra ellos. Con esa resolución, los jueces españoles pueden activar la Orden Europea de Detención, un procedimie­nto que sustituye en el ámbito de la Unión Europea, a las antiguas órdenes de extradició­n. Para lanzar esta orden es preciso que la Fiscalía lo reclame previament­e.

Aunque el procedimie­nto, sobre el papel, es bastante ágil fuentes jurídicas señalan una serie de recovecos legales que pueden dilatar los plazos.b

“No irá a Madrid y sugerí que lo interrogue­n aquí en Bélgica”.

PAUL BEKAERT ABOGADO BELGA

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► Una figura de Carles Puigdemont como souvenir en Barcelona.

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