La Tercera

Masacre en iglesia bautista de EE.UU. deja 26 muertos y autor fallece horas después

El atacante ingresó en plena misa al lugar, al que regularmen­te asisten 50 fieles. Luego huyó y fue encontrado muerto en su vehículo.

- F. Rojas y J P. Andrews

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Una nueva matanza golpea a Estados Unidos, después de que 26 personas falleciero­n ayer durante un tiroteo en la Primera Iglesia Bautista en Sutherland Springs, una pequeña localidad a 45 kilómetros al sureste de San Antonio, Texas. Las autoridade­s locales informaron también que 20 fieles resultaron heridos después de que un hombre irrumpiera alrededor de las 11.30 en el lugar, abriendo fuego contra los presentes, según indicó el sheriff del condado de Wilson, Larry Wiley.

El atacante habría entrado solo al templo en pleno servicio religioso dominical, al que usualmente asisten 50 fieles. Al ingresar al lugar comenzó a disparar aparenteme­nte con un rifle de asalto semiautomá­tico a todas las personas que se encontraba­n en el lugar.

Según France Presse, un funcionari­o de la policía de Texas describió al atacante como un “joven hombre blanco, vestido totalmente de negro” y que usaba un chaleco antibalas y un fusil de asalto.

El New York Post identificó al sujeto como Devin Patrick Kelley, de 26 años, residente de New Braunfels, un suburbio de San Antonio. Kelley habría servido en las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos.

Luego del tiroteo, el atacante fue reportado como muerto, aunque no existía completa certeza ni confirmaci­ón de parte de las autoridade­s si es que fue abatido por la policía o si se quitó la vida después de una breve persecució­n tras su escape de la iglesia al condado vecino de Guadalupe, según Robert Murphy, vocero de la Oficina del sheriff de Guadalupe.

Horas más tarde, un portavoz del comisionad­o de Guadalupe precisó que la policía no se había enfrentado con el atacante, señalando que “estaba en su vehículo” al momento de ser capturado.

Las autoridade­s locales confirmaro­n, eso sí, que el autor de los disparos fue una sola persona, catalogado como “un lobo solitario”.

El representa­nte demócrata de Texas, Vicente González, dijo a Univisión que el autor “no es de la comunidad”.

“Mi corazón está roto”, dijo Gámez. “Nunca pensamos dónde puede pasar, y sucede. No importa dónde se encuentre. En una comunidad pequeña, muy tranquila y de todo, y mire esto que puede pasar”, afirmó a CNN.

Entre los fallecidos figura la hija de 14 años del pastor de la iglesia, según la cadena ABC, mientras que uno de los heridos sería un niño de dos años, según el sitio web del diario Dallas Morning News.

El Centro Médico Connally Memorial del pueblo vecino, Floresvill­e, dijo que habían “aceptado numerosos pacientes después del tiroteo”, pero no confirmaro­n cifras.

Trump desde Japón

El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien se encuentra en plena gira asiática, escribió en su cuenta de Twitter desde Japón, pasadas las 5 de la madrugada. “Que Dios esté con la gente de Sutherland Springs, Texas. El FBI y la policía están en la escena. Estoy monitorean­do la situación desde Japón”, afirmó el mandatario republican­o. Más tarde, Trump calificó de “espeluznan­te” el tiroteo y dijo que sus “pensamient­os y oraciones están con las víctimas”.

Durante un discurso frente a líderes empresaria­les en la embajada de EEUU en Tokio, el presidente estadounid­ense dijo además que “los estadounid­enses harán lo que mejor saben hacer: nos uniremos y a través de las lágrimas y la tristeza permanecer­emos fuertes”.

La policía de Texas abrió una investigac­ión para determinar los motivos del ataque. A la escena del tiroteo llegaron los servicios de emergencia, incluidos un helicópter­o para transporta­r a los heridos, la agencia federal de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) y el FBI, según confirmó la vocera de esa agencia en San Antonio.

El gobernador de Texas, Greg Abbott, escribió en su cuenta de Twitter: “Nuestras oraciones están con todos los que fueron perjudicad­os por este acto malvado”.

La matanza ocurrió una semana después de que un ciudadano uzbeko atropellar­a con una camioneta a peatones y ciclistas en Manhattan, dejando ocho muertos, cinco de ellos argentinos. El Estado Islámico reivindicó a ese atacante como uno de sus “soldados” y Trump solicitó su envío a la base de Guantánamo, en Cuba.

Hace un mes, también ocurrió el peor tiroteo de la historia de Estados Unidos, que dejó un saldo de 58 fallecidos y más de 500 heridos en Las Vegas, Nevada, cuando un hombre de 64 años disparó contra una multitud que se encontraba en un recital de música country en esa ciudad.b

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► Funcionari­os policiales trabajan ayer en la escena del tiroteo, en la Primera Iglesia Bautista en Sutherland Springs, Texas.

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