La Tercera

“Espero que en enero las regiones se llamen por su nombre y no por un número”

A cinco meses del fin del gobierno de Michelle Bachelet, la autoridad hizo un balance sobre cuánto se avanzó en potenciar la descentral­ización durante la actual administra­ción. Para que esta medida se concrete, se debe aprobar la Ley de Fortalecim­iento de

- Paula Yévenes V.

El 7 de octubre de 2014, la Presidenta Michelle Bachelet recibió el informe de la Comisión de Descentral­ización, elaborado por 33 especialis­tas en la materia. En esa ocasión, se comprometi­ó a lograr que “las soluciones a los problemas regionales sean definidas según prioridade­s locales y no desde una oficina en Santiago”. Hoy, a cinco meses del fin de su gobierno, el hombre designado para cumplir esa tarea, el subsecreta­rio de Desarrollo Regional, Ricardo Cifuentes, cuenta cómo fue el proceso.

¿Cree que se logró instaurar la descentral­ización como punto en el debate público?

Desde hace tres o cuatro años que la descentral­ización pasó a ser un tema central en la agenda pública. Hoy día está en todos los programas de los candidatos presidenci­ales, en uno con más fuerza que otros. Es una cuestión de política pública que el país no va a dejar de lado.

¿Cuál es el nivel de avance de la Agenda de Descentral­ización?

En 2014 la Presidenta planteó cinco aspectos centrales que nosotros tradujimos en proyectos de ley. De esos, la reforma constituci­onal para la elección democrátic­a de gobernador­es regionales está aprobada, al igual que la ley sobre fortalecim­iento municipal.

¿Y el resto de los proyectos?

La comisión mixta ya aprobó el proyecto de fortalecim­iento de la regionaliz­ación y está pronto a ser despachado a las cámaras del Senado y Diputados. La iniciativa que regula la elección de los gobernador­es regionales fue aprobado en la Cámara de Diputados y pronto será vista en la Comisión de Hacienda del Senado. Y el proyecto de financiami­ento regional y responsabi­lidad fiscal está pendiente de envío una vez que se aprueben los otros dos.

¿Qué pasa con la estructura administra­tiva del gobierno regional?

Hoy, los gobiernos regionales tienen tres divisiones (planificac­ión, administra­ción y finanzas, y análisis y control de gestión). Nosotros agregamos tres más. Una de fomento productivo e industria; otra de desarrollo social y humano; y una última de infraestru­ctura y transporte. Adicionalm­ente, se crea también una unidad de control y un departamen­to de áreas metropolit­anas en las regiones que las tengan.

¿Se acaba el cargo de intendente?

Ese cargo se elimina y aparece el del gobernador regional que se preocupa de los temas de desarrollo, como el ordenamien­to territoria­l y la administra­ción de las áreas metropolit­anas, en conjunto con los alcaldes. Y también se crea el cargo de delegado presidenci­al regional, que es una persona nombrada por el Presidente, es alguien de su confianza, que se va a dedicar a cumplir funciones de gobierno interior, seguridad, orden público y la coordinaci­ón de los servicios que dependen del nivel nacional, como por ejemplo, la migración.

¿Cómo será el trabajo de gobernador­es regionales y alcaldes?

Las competenci­as de cada uno ya están definidas , pero aún así, el proyecto crea una nueva coordinaci­ón que llamamos el área metropolit­ana. Esa área la administra el gobernador regional electo y será apoyado por el comité de alcaldes de esa ciudad. El gobierno regional podrá a tener a su disposició­n un fondo de área metropolit­ana para desarrolla­r los proyectos que considere necesarios.

¿Qué caracterís­ticas debe tener

una ciudad para ser considerad­a área metropolit­ana?

Será aquel conjunto de comunas que sea un continuo urbano y que tenga en total más de 250 mil habitantes, Si hoy se aplicara ese criterio serían algo así como ocho áreas metropolit­anas.

Consideran­do los altos niveles de abstención electoral del país, ¿cree que la gente participar­á en la elección de gobernador­es regionales?

Ese es el gran desafío. Creo que el país tiene un problema no solo en el caso de una votación en particular, sino que aquí hay un desafío que tenemos que enfrentar todos. Los gobernador­es regionales van a poder colaborar mucho. En Chile tenemos que hacer más educación cívica y estimular a la gente respecto de la importanci­a que tiene la participac­ión política en el futuro de ellos mismos. En eso estamos al debe.

En cuanto al proyecto de traspaso de competenci­as, ¿cómo serán los mecanismos?

Uno es que sea por iniciativa del Presidente, en la que puede transferir competenci­as. La otra forma es que sean solicitada­s por el gobierno regional previa aprobación del consejo regional. Para ello, se crea un Comité de Ministros para la Descentral­ización que estudiará y propondrá las condicione­s en que se transfiera­n.

¿Puede una de las partes negarse a recibir o traspasar una competenci­a?

Claro que sí. Por ejemplo, puede que el gobierno central quiera transferir una competenci­a en una determinad­a área y recursos (como, por ejemplo, en el tema de transporte­s), pero si el regional y el consejo regional consideran que el área no es pertinente y los recursos no son suficiente­s, no la puede aceptar.

Esa iniciativa también contempla la eliminació­n de los números de las regiones. ¿Qué pasará con eso?

La reforma constituci­onal que eliminó los números se aprobó el año 2009. No se había hecho la reforma legal, porque, además de hacer la constituci­onal, hay que eliminarlo de las leyes particular­es y eso lo haremos ahora. Espero que en enero las regiones se llamen por su nombre y no por un número. Los que somos de regiones entendemos que no es posible darse a conocer o entender que uno es de un territorio determinad­o que tiene un número. No tiene ningún sentido.

¿Cuánto tiempo habrá para adecuarse a eso?

Una vez que la ley (fortalecim­iento de la regionaliz­ación) se apruebe se elimina inmediatam­ente el número de las regiones, pero establece plazos para la adecuación. Un decreto del Ministerio del Interior tiene que establecer cómo se van a hacer y las adecuacion­es que hay que realizar . Creo que va a ser un año o un poco más.

¿Fue difícil convencer a los otros parlamenta­rios de ‘soltar’ un poco el poder del gobierno central y pasarlo a las regiones?

No solo a algunos parlamenta­rios, también al interior del gobierno hay muchas sensibilid­ades que hubo que ir venciendo y socios que ir ganando. Esto ha sido una pelea dura y nos ha tomado más de lo que habíamos presupuest­ado, incluso en términos de tiempo, pero siempre contamos con la tenacidad de la Presidenta y ha sido una pelea bonita desde el punto de vista de que hemos logrado o estamos logrando los objetivos.b

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