MIGRANTES AUSENTES DEL DEBATE PRESIDENCIAL
SEÑOR DIRECTOR
Una de las características más duras de la exclusión que viven las personas migrantes es que las discriminaciones y arbitrariedades de las que son parte son justificadas de una u otra forma. Se justifica el no acceso a derechos fundamentales, los sesgos y las más distintas discriminaciones y abusos en razones como: “es justo porque no nacieron aquí”, “son distintos”, “no son chilenos”, entre otras. Invisibilizamos su diferencia vistiéndolos de huasos o poniéndoles una camiseta chilena. Sutilmente folclorizamos su diversidad, haciendo que su aporte sea únicamente comidas y bailes.
Los intentos vanos de justificar la injusticia, de homogeneizar la diversidad, de hacer pasar por pintorescos gestos culturales, son formas cotidianas pero no menos dolorosas de invisibilizar a los migrantes y su situación. Invisibilizaciones que son más o menos sutiles, como la total ausencia de esta temática en el debate presidencial. Parece increíble que entre ocho personas que pretenden dirigir los destinos de este territorio, no haya al menos una idea o un gesto en más de dos horas de conversación para esas 600 mil personas migrantes que hoy coexisten con nosotros. Son 270 mil, además, las personas migrantes habilitadas para votar: 270 mil que si quisieran podrían marcar diferencias significativas en la presidencial y en varios distritos. Llamamos a las personas migrantes a ejercer su derecho a voto el 19 de noviembre. Solo así serán visibles para esa clase política que les invisibiliza.
Olvidar que esos “otros” somos todos, como decía Octavio Paz, es un error grave que no debemos cometer. Un país inclusivo necesita tener su diversidad, la diversidad que conformamos todos.
Pablo Valenzuela
Director Nacional Servicio Jesuita a Migrantes