OLEADA DE REFORMAS EN ARABIA SAUDITA
Durante las últimas semanas, Arabia Saudita ha acaparado la atención internacional debido a una campaña anticorrupción que ha significado la detención y encarcelamiento de más de 200 personas, entre príncipes, ministros y exministros, por un supuesto fraude que sobrepasaría los 100 mil millones de dólares. Asimismo, se han implementado una serie de reformas internas, lideradas por Mohamed ben Salmán, quien fue nombrado por su padre, el rey Salmán ben Abdulaziz como príncipe heredero en junio pasado en sustitución de su primo Mohamed ben Nayef.
Este proceso de transformaciones profundas e inéditas para Arabia Saudita se dan en forma paralela a la creciente confrontación de fuerzas y la lucha de poder que se observa en Medio Oriente entre Arabia Saudita e Irán. Ambas potencias regionales encarnan a las dos tendencias dominantes del mundo musulmán: el islam sunita, representado por Riad, y el islam chiita, del cual Teherán es su principal exponente. Y en el último tiempo el régimen de los ayatolas ha venido ganando influencia en la zona, lo que ha elevado la inquietud de la monarquía saudita.
En ese sentido, la agenda modernizadora y la mayor agresividad en política exterior hacia Occidente mostrada por Mohamed ben Salmán parece claramente ligada a su aspiración por reforzar el liderazgo de Arabia Saudita en Medio Oriente y contrarrestar el avance iraní. Por ello, será clave mirar los próximos pasos que dé la monarquía saudita. El mayor peligro es que la estrategia seguida hasta ahora por Riad, además de impulsar cambios internos, termine generando una escalada de tensión con Irán que ponga en riesgo la ya frágil estabilidad de Medio Oriente.