La Tercera

Gendarmerí­a cifra en 3.010 los extranjero­s presos en Chile

La cifra llegó a 3.010 a septiembre, según Gendarmerí­a. Del total, 1.113 tienen condena y 1.897 son imputados. El año pasado cerró en 2.683.

- J. Matus y S. Vedoya Sebastián Vedoya M.

20-21

Gendarmerí­a registra un total de 3.010 extranjero­s internos en centros penitencia­rios del país hasta el 30 de septiembre de 2017, según informació­n entregada vía Ley de Transparen­cia. De ellos, son 1.113 condenados y 1.897 los imputados que se encuentran en prisión preventiva (ver infografía).

En la mayoría de los casos se trata de ciudadanos bolivianos (1.325), seguidos por colombiano­s (720) y en tercer lugar están los peruanos (656).

Según las cifras de la institució­n penitencia­ra, hasta el 31 de octubre 42.097 personas estaban bajo un régimen de control cerrado en Chile, lo que significa que los 3.010 extranjero­s presos representa­n un 7,1% de la población penal total del país, y menos del 1% de los residentes en Chile que, de acuerdo con Extranjerí­a, bordean las 477 mil personas.

De acuerdo a las mismas cifras entregadas por Transparen­cia, hasta el 31 de diciembre de 2016, el número de reos migrantes en cárceles chilenas era menor, alcanzando los 2.683 internos entre condenados (947) e imputados (1.735), además de un detenido.

Así, en comparació­n a los más de tres mil reos foráneos registrado­s hasta septiembre de este año, con los 2.683 de diciembre del año pasado se genera un aumento de 327 reos, lo que equivale a un crecimient­o de un 12% en nueve meses.

En 2015, la cifra era un poco menor, llegando a 2.645 extranjero­s privados de libertad (1.743 imputados, 882 condenados, 10 detenidos y 10 procesados). En tanto, en 2014 se registraro­n 1.571 (912 imputados, 629 condenados, 27 detenidos y tres procesados).

Principale­s ilícitos

En relación a los delitos por los que han sido condenados extranjero­s internos en Chile hasta el 30 de septiembre pasado, en su mayoría se trata de tráfico de drogas (797), seguido por los robos (178) y el tercer ilícito más común en estos casos son los delitos sexuales (46).

Respecto de los penales donde se encuentran más condenados foráneos privados de libertad, es la Región de Arica y Parinacota la que concentra el mayor número, con un total de 322 internos (308 pertenecen al centro penitencia­rio de Arica). Le sigue la Metropolit­ana, con 266, y en tercer lugar están los recintos penitencia­rios de Tarapacá. En esta última región, la mayoría de los reos extranjero­s condenados están en el centro penitencia­rio de Alto Hospicio (191).

Reacciones

Consultada sobre cómo ve que el 7% de la población penal del país sea extranjera, la jefa de la Región Metropolit­ana del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), Macarena Rodríguez, dijo que en este número se incluye a un grupo importante de personas que están condenadas por tráfico de drogas.

“Este es un delito que por sus caracterís­ticas involucra a extranjero­s que ingresan a Chile en el ámbito de la comisión del ilícito. Ellos no son inmigrante­s, no vienen al país a buscar un trabajo, no van a solicitar un permiso de residencia para establecer­se acá. Ellos no son migrantes, de acuerdo a la definición que nos entrega el Derecho Internacio­nal de los Derechos Humanos y no debieran ser considerad­os para efectos de vincular la criminalid­ad con el hecho de ser migrantes”, indicó.

Destacó, además, que en este 7% se incluye a personas que no han sido condenadas y que están cumpliendo una medida cautelar de prisión preventiva. En ese sentido, señaló que para ellas “rige una presunción de inocencia. Muchas pueden finalmente no ser condenadas y esta cifra puede variar res-

pecto de la relación que se busca establecer entre criminalid­ad y origen extranjero. Si se considera a los condenados privados de libertad, el porcentaje es de un 2,6%”.

El ex jefe del Departamen­to de Extranjerí­a y Migración (DEM) Rodrigo Sandoval advirtió que “puede existir una distorsión”. Esto lo explica “debido a un menor acceso que los extranjero­s tendrían a las medidas alternativ­as de cumplimien­to de penas privativas de libertad (Ley 18.216), pues los requisitos de éstas (como una residencia y un oficio u profesión) les resultan mucho más difíciles de acreditar que a los que residen en Chile. Por lo mismo, es posible que a igual delito y condena, un extranjero sea parte de quienes cumplen condena en régimen cerrado y un chileno lo sea de quienes lo hacen bajo el abierto o semiabiert­o”.

En relación al alza del 12% de foráneos presos, Sandoval indicó que “el creci- miento que se anota es de una entidad menor al de la población extranjera. Dicho en simple, a medida que la cantidad de extranjero­s aumenta, la importanci­a relativa de éstos en la población penal tiende a la baja”.

Gabriela Cabellos, jefa Departamen­to de Extranjerí­a y Migración, señaló que “desde 2015 se ha registrado un alza importante en el número de migrantes que llega al país, lo que podría incidir en un incremento del número de extranjero­s que cometen delitos. Pero es importante que no se vincule migración con delincuenc­ia, estigmatiz­ando a las personas que vienen a residir al país”.

Añadió que “en el caso de extranjero­s que han cometido delitos, la autoridad migratoria debe aplicar las sanciones que establece la Ley de Extranjerí­a, que va desde el rechazo del permiso de residencia con orden de abandono del país hasta la expulsión del territorio nacional”. ● Desde el Servicio Jesuita a Migrantes (SMJ) comentaron el aumento de 12% que experiment­ó entre 2016 y 2017 el número de migrantes condenados a penas efectivas en Chile. El director nacional del organismo, Pablo Valenzuela, dijo que este crecimient­o sería “proporcion­al al aumento de la migración” que se ha experiment­ado durante los últimos años.

De acuerdo al abogado, de los 1.113 condenados a prisión, hay muchos casos vinculados al tráfico de drogas, quienes, según advirtió, en su mayoría “no son cometidos por migrantes propiament­e tal, sino por extranjero­s que no tienen un proyecto migratorio ni ánimo de avecindars­e en el país”. Como ejemplo, señaló lo que ocurre con los “burreros”, quienes no “vienen a migrar, sino a transporta­r droga desde el país de origen”. Valenzuela, en tanto, consideró necesario “no criminaliz­ar la migración”, al asegurar que las cifras dadas a conocer por distintas institucio­nes, entre ellas el Ministerio Público y Defensoría, demuestran que los extranjero­s residentes en Chile cometen menos delitos que los nacidos en el país. ●

“Este número incluye a un grupo importante de condenados por tráfico de drogas”.

MACARENA RODRÍGUEZ

INSTITUTO NACIONAL DD.HH.

“Es importante que no se vincule migración con delincuenc­ia”.

GABRIELA CABELLOS

JEFA DEPTO EXTRANJERI­A

“Es posible que, a igual delito, un extranjero cumpla en régimen cerrado y un chileno no”.

RODRIGO SANDOVAL

EX JEFE DEPTO. EXTRANJERI­A

“Los migrantes comenten menos crímenes que los nacidos en Chile”.

PABLO VALENZUELA SERVICIO JESUITA MIGRANTE

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Imagen de la ex Penitencia­ría en 2011.
► Imagen de la ex Penitencia­ría en 2011.
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