Visita del Papa a Myanmar
Si bien el pontífice pidió respeto para las minorías étnicas, ha sido criticado por no mencionar la palabra Rohingya en su discurso, pese a que se trata de una minoría perseguida y cuya crítica situación es insostenible.
The Guardian. J. Moorhead, R. Unido | 28.11.17
La Iglesia Católica tiene muchos puntos fuertes, incluso en su trabajo humanitario; después de todo, tiene representantes en todo el planeta (...). Pero también tiene debilidades, incluido el que su líder, si bien podría parecer un pacifista mundial, debe prestar especial atención a su propia gente. Y eso, al parecer, es lo que ha ocurrido aquí.
National Post. R. J. de Souza, Canadá | 28.11.17
Para complicar más las cosas, el liderazgo de la población católica local, una pequeña minoría, pidió públicamente al Papa Francisco que no use el término “Rohingya” mientras se encuentra en Myanmar. Su temor es que si el Papa se alía con la minoría Rohingya en la Iglesia Católica, los cañones militares -y la ira de la mayoría budista- pronto serán vistas por los católicos (...). Pero por supuesto no es necesario hablar explícitamente para aclarar un significado.
Los Angeles Times. EE.UU. | 29.11.17
Cualquier esfuerzo global por intervenir en Myanmar se complica en cuestiones de soberanía, relaciones comerciales y geopolítica (...). Pero a raíz de los crímenes contra la humanidad ocurridos en el planeta desde el siglo pasado, el mundo siempre ha reaccionado colectivamente con el mismo horror y ha prometido que nunca vuelva a suceder.