Bolsas, expectativas y crecimiento
Todos los años el London Business School, en colaboración con Credit Suisse, publica un reporte anual, que este 2017 trata de la contra-intuitiva tesis de que existiría nula relación entre el crecimiento del PIB per cápita de los países y los retornos de sus mercados accionarios. En varios estudios académicos los resultados arrojan una relación inversa o cercana a cero.
Al hacer el mismo ejercicio estadístico para América Latina entre 1999 y 2016, los resultados son similares, observándose relaciones levemente negativas. En el caso de Chile, la misma cifra resulta positiva, pero cercana a cero. Este fenómeno se puede aterrizar si miramos años específicos. En 2015, las bolsas cayeron, pero el mundo creció sobre 3%. En 2008, el crecimiento fue de 3%, pero los índices accionarios cayeron cerca de 50%; mientras que el 2009 ocurrió al revés.
Si en lugar de analizar la relación entre crecimiento económico y desempeño bursátil para el mismo año calendario, esta se calcula en base al retorno de las acciones latinoamericanas y chilenas con las tasas de crecimiento de los PIB respectivos del año siguiente, la relación aumenta considerablemente. Esto revela un fenómeno que para los especialistas es obvio, los mercados bursátiles le ponen precio a las acciones mirando al futuro, al que el mercado le aplica un descuento por el paso del tiempo y por el riesgo. Por ejemplo, a pesar que el PIB latinoamericano se contrajo 0,9% en 2016, las acciones de la región rentaron 28%.
Luego de un alza de 75% en un poco menos de dos años, una pregunta interesante es si las bolsas de la región subieron “demasiado” y si aún les queda atractivo. La respuesta corta es que parece que sí. Esta conclusión se basa en varios elementos, entre ellos, que las alzas han sido con flujos moderados, con entradas de nuevas inversiones cercanas a sólo el 10% del total de activos desde inicio del “rally”; que los inversionistas globales aún están subinvertidos en América Latina respecto del “peso” de estos mercados en los índices accionarios globales; que la mayoría de los países de la región se está inclinando hacia gobiernos que impulsan políticas pro crecimiento; que a tres y cinco años aún las acciones latinoamericanas registran retornos negativos y que las empresas en los recientes “años de vacas flacas” han logrado mejorar sus márgenes, vender más y fortalecer su posición financiera. A ello se suma que los precios de las materias primas se han estabilizado y que el mundo crece a tasas atractivas.
Por supuesto que hay cosas que pueden salir mal, ya que persisten riesgos a nivel global y local. Las tasas de interés en Estados Unidos debieran subir, pero ello sería gradual y la salud macro y micro en América Latina debiera hacer que ese proceso de alza de tasa no sea tan traumático como ha sido en el pasado. Los riesgos políticos y geopolíticos aparentemente se multiplican en el mundo, pero la mayor de las veces predomina la cordura.
En los ámbitos domésticos regionales, México presenta riesgos más significativos, ante la incertidumbre que generan los resultados de las elecciones del próximo año y el ruido de las renegociaciones de NAafta. En Argentina luego del apoyo contundente que recibió el gobierno actual en las elecciones parlamentarias de este año, las perspectivas son auspiciosas. En el caso de Brasil existe cierta incertidumbre asociada al resultado de las elecciones presidenciales el 2018, pero es poco probable que sea quien sea el elegido, se vuelvan a repetir los errores económicos del pasado. Colombia logró superar los negativos efectos del precio del petróleo y el Proceso de Paz está dando frutos constructivos. El Perú se recupera de la catástrofe climática y los escándalos de corrupción, además, que los ruidos políticos están dando paso a la liberación de obstáculos a proyectos de inversión importantes.
Chile es un pendiente en este repaso por los países latinoamericanos. La política y visión que adopte el gobierno entrante en marzo próximo definirá si el país se une o no a esta mayoría de positivas perspectivas de nuestros vecinos de la región.