Un pensionado en la élite mundial

Sagradamente el atleta Omar Fahuas se presenta todas las mañanas en la pista del Estadio Municipal de Puente Alto. A sus 66 años, las pruebas de fondo son su pasión. Con un físico digno de cualquier deportista juvenil, este ciudadano de sangre palestino-libanesa y nieto de egipcios se esfuerza por ser el mejor.

Y tanto esfuerzo ha dado frutos, ya que en su trayectoria como deportista senior ha conquistado diversas medallas en los mundiales de atletismo de su categoría.

Su pasión por el deporte comenzó a temprana edad. “Entre los seis y los nueve años, mi papá, que había sido vicecampeón chileno, me enseñó a boxear. Pero después vio que era muy alto. ‘No sirves, porque te van a pegar mucho y no quiero verte sufrir’, me dijo. Así que empecé a hacer fútbol; jugué seis años en las cadetes de Palestino y un año en la juvenil de la U. Ahí tuve como entrenadores a Washington Urrutia, Ulises Ramos y Luis Ibarra y de compañeros a Pellegrini y Carepato Rodríguez”, relata.

Sin embargo, por consejo de su progenitor se inclinó por continuar una carrera ligado a los estudios, alejándose del fútbol.

Aprovechando su velocidad, comenzó a practicar atletismo en sus ratos libres, lo que le permitió ser tres veces campeón chileno de 400 metros.

El trabajo lo llevó a recorrer distintos lugares del continente, como Brasil, Argentina, Colombia y México. En este último país, se interiorizó en el fondo y se convirtió en gran figura, siendo 11 veces campeón.

Su rutina incluye casi cinco horas diarias de entrenamiento, lo que le permite seguir soñando con cosas grandes a los 66 años.