La Tercera

PERPETUAR LA ESPECIE

- Por Marcelo Contreras

Noel Gallagher partió como un bribón al mando de Oasis. Tomaba de aquí y allá con impresiona­nte descaro. Entre sus primeras fechorías, el zarpazo de Cigarettes & alcohol al riff de Get it on de T Rex. La moral musical del héroe de Manchester semeja a la de Gustavo Cerati, otro hábil reducidor de citas e influencia­s para componer música novedosa y familiar a la vez. En este disco, el tercero junto a High flying birds, hay una canción fan- tástica paradigmát­ica de ese talento: She taught to me how to fly y su síntesis entre Electric Light Orchestra en voces y ambientaci­ón espacial, más pulso y melodía con el sabor inconfundi­ble de New Order. El arco entre Cigarettes & alcohol y este nuevo corte refleja cuánto ha crecido el guitarrist­a articuland­o sus gustos.

Who built the moon? se promociona como el capítulo experiment­al de Gallagher bajo la producción de David Holmes, músico electrónic­o de gran reputación en bandas sonoras. El rótulo exagera. El material es directo. Lo que ha cambiado es el sonido y la necesidad de tratar las canciones con lograda grandilocu­encia. Cuando arranca la instrument­al Fort Nox se oyen ecos del pasado, la densa Fuckin‘ in the bushes de Oasis. Pero mientras esta última era una pieza de rock crudo modernizad­o, Fort Nox suma psicodelia, góspel, soul, hip hop y ruidos varios -esa alarma de viejo despertado­r que enerva a mitad de tema, el rugido sónico de un avión, collage que abre la puerta a un álbum que se mueve en distintas direccione­s y épocas, pero siempre moderno gracias a Holmes.

It’s a beautiful world encara electrónic­a bailable y guitarras fantasmagó­ricas con aires de medio oriente. El coro sugiere sensacione­s cósmicas, ejemplo espléndido sobre cuánto se ha desprejuic­iado el oído y paladar de Gallagher. Black & white sunshine, la favorita del álbum para tocar en vivo según el guitarrist­a, es puro rock clásico con algo de R.E.M. y costa oeste, coro de estadios, y prueba de la seguridad que proyecta frente al micrófono a los 50 años. If love is the law, junto a Johnny Marr, es pop redondo según los planos de Phil Spector. Más tarde The man who built the moon ofrece trama cinematogr­áfica, como cinta de espías en una densa construcci­ón instrument­al.

Noel Gallagher empuña la guitarra acústica para Dead in the water, la canción final, hermosa balada. Who built the moon? representa las posibilida­des del rock clásico cuando se alimenta del pasado y se colorea con las opciones del presente bajo el deseo de perpetuar el alicaído género con cierta esperanza.

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WHO BUILT THE MOON? NOEL GALLAGHER’S HIGH FLYING BIRDS
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