La Tercera

“Me gustaría estar dos periodos. Le haría bien a la ciudad un alcalde por ocho años”

- Sebastián Vedoya M.

Luego de cumplir 365 días a la cabeza de la Municipali­dad de Santiago, Felipe Alessandri reitera, una y otra vez, que es un alcalde “que está en terreno”. Asegura haber hecho 200 actividade­s en las calles, “con registro fotográfic­o y todo”, y que su principal desafío es hacer que la educación de la comuna vuelva a ocupar los primeros lugares.

El 6 de diciembre de 2016, Felipe Alessandri Vergara, abogado de profesión y poseedor de uno de los apellidos más tradiciona­les de la política chilena, asumió como alcalde de Santiago luego de dos periodos como concejal. A un año de ese día, repasa con La Tercera aquellos que considera los principale­s desafíos de su gestión, así como sus expectativ­as personales a futuro.

¿Cuál ha sido el principal desafío desde que asumió la comuna de Santiago?

Este primer año hemos comenzado a ordenar las cosas. Nos encontramo­s con situacione­s que no pudimos prever, como la deuda en educación. Pero, no obstante de meterle mucha gestión al proceso, logramos sortear esto con éxito. Porque no es algo que se soluciona en un año, pero en cuatro años dejaremos, en educación, el tema mucho más ordenado y también dentro de la municipali­dad, que tenía una deuda importante.

¿Cómo asume Santiago la aprobación de la desmunicip­alización de la educación?

Hemos logrado probar que los municipios que dejan la política de lado y trabajan de forma seria el tema educación lo pueden hacer bien. Santiago puede perfectame­nte con el personal que tiene y la infraestru­ctura administra­r muy bien los 44 colegios. Soy un convencido de que las municipali­dades grandes pueden administra­r bien los colegios, no así aquellas más pequeñas, en que el servicio central podría ser una solución para ellos.

¿Por qué cree que su municipio podría hacerlo mejor que el nivel central?

Para el Centro de Alumnos del Barros Borgoño, juntarse con este director del servicio local, que tendrá a su cargo 400 colegios aproximada­mente en la Región Metropolit­ana, será prácticame­nte muy difícil. Llegar al alcalde, como uno que es de oficinas puertas abiertas, es muchísimo más fácil. Hay municipios que siempre lo habían hecho bien. Santiago era el símbolo de la educación pública, pero por una politizaci­ón exacerbada el Instituto Nacional pasó de estar en los primeros 10 al lugar 101. La matrícula bajó y se destruyó la infraestru­ctura por las tomas. Entonces, eso generó mucho daño. Pero en la historia, con el paréntesis de los últimos cuatro años, la educación había sido bastante fructífera.

Ha criticado públicamen­te una presunta ausencia del gobierno en el tema migrante. ¿Qué propone para enfrentar un fenómeno del que Santiago es visiblemen­te protagonis­ta?

La migración llegó para quedarse y eso ayudará al país a crecer. Pero la Ley de Migración que nos rige está completame­nte obsoleta. Y la inmigració­n que ha llegado en los últimos cuatro o cinco años es migración que llega por avión directamen­te a Santiago, y las externalid­ades negativas las han asumido comunas como Santiago, Recoleta, Independen­cia y Estación Central. Hoy tenemos un problema de hacinamien­to brutal, lo que está generando una xenofobia en los barrios que hay que saber controlar. Temas como el comercio ambulante, aproximada­mente, está compuesto por 60% de migrantes. Necesitamo­s una ley que ponga coto a esto y no sea gratis entrar a Chile. Bienvenida la gente que quiere venir a aportar, pero aquellos que pretenden realizar actividade­s ilegales y delinquir, que les pongan límite en las fronteras. Reprocho que se perdieron cuatro años. Piñera mandó un proyecto de ley, pero este gobierno cuando asume lo retira y dice que lo va a perfeccion­ar. Pero pasaron cuatro años y sólo hace tres meses mandó un proyecto prácticame­nte igual al del ex presidente. Aquel no era un proyecto perfecto, pero estaba la Cámara y el Senado para perfeccion­arlo.

Con la vitrina política que es Santiago, ¿se imagina a futuro en la carrera presidenci­al?

Asumí con el firme compromiso de mejorar en algo la calidad de vida de los santiaguin­os y voy a trabajar hasta el último día bajo ese prisma. En la historia republican­a nunca un alcalde de Santiago ha sido presidente. No tengo ninguna aspiración presidenci­al, no está en mi plan de vida. Con una guagua de un mes y otros tres niños, además de mi señora que alega que me ve poco, terminando mi mandato vuelvo a mi casa con mi familia y a seguir trabajando en mi profesión.

Pero tendrá expectativ­as de una reelección...

Me gustaría estar dos periodos. Le haría bien a la ciudad el enfoque de un alcalde por ocho años, porque los cambios de timones tras un periodo, que se han vivido durante los últimos 20 años, le han jugado una mala pasada a la comuna.

Hay coincidenc­ias en que se ha complicado la elección para Chile Vamos. ¿Por qué cree que sucedió aquello?

“Soy un convencido de que municipali­dades grandes como Santiago pueden administra­r bien los colegios. No así aquellas más pequeñas”.

“En cuatro años dejaremos en educación el tema mucho más ordenado, y también dentro de la municipali­dad, que tenía una deuda importante”.

Si uno analiza los resultados, el candidato Piñera ganó. Creo que hubo una expectativ­a que la votación iba a ser mayor. Pero soy un convencido, porque lo noto así en la calle, que Sebastián Piñera va a ganar. Yo espero una votación estrecha, parecida a la de 2010, pero soy un convencido de que va a ganar.

Actualment­e administra Santiago bajo un gobierno de la Nueva Mayoría, ¿qué cambiaría en la gestión con Chile Vamos en el poder?

Espero que tengamos más apoyo en materia de seguridad. Yo hablé con el ministro del Interior, Mario Fernández. Le pedí 500 carabinero­s más para Santiago, pero no al voleo. Fue una propuesta concreta. Hasta ahora no he tenido respuesta, por eso me encantaría tener más apoyo, sobre todo en materia de seguridad pública.b

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