La Tercera

“Me apena que la dirigencia de la U no me abra un poquito los brazos”

El volante que anunció su retiro por las continuas lesiones hoy está listo para volver. Busca equipo, espera ofertas, pero el color azul todavía lo marca.

- Enrique Gastañaga, Buenos Aires

Suena entero Walter Montillo. La oscuridad parece que ya pasó. Volaron al olvido esos cuatro desgarros en los seis primeros meses de este 2017 que en junio lo empujaron a retirarse del fútbol. “Estoy listo para volver”, dice la Ardilla, como lo bautizaron en sus inicios en San Lorenzo, o el Buque Insignia, como lo apodó Sergio Markarián en aquella etapa gloriosa en la Universida­d de Chile decorada con un título local, que después, bajo la tutela de Gerardo Pelusso, acabó en la segunda semifinal de Libertador­es en la historia azul.

Una amplia colección de estudios médicos determinó que las lesiones musculares en cadena se originaron porque ninguna fue recuperada como correspond­e: “Fue culpa mía. Llegué a Botafogo en enero como principal refuerzo para la Libertador­es, casi no hice pretempora­da y empecé a jugar. Después, cuando me lesionaba, quería volver rápido. Y así terminé: ninguna cicatrizó del todo...”. Hizo una preparació­n especial destinada a fortalecer la suplementa­ción, mejorar la dieta y aumentar los valores de fuerza. Ahora sólo espera insertarse de nuevo en este mundo difícil de la pelota. Cruzeiro, Santos y Botafogo, los tres clu- bes brasileños en los que jugó, le ofrecieron un lugar, pero él les dijo que no: “Es por mi hijo Santino. Sufre Síndrome de Down, ya tiene siete años y el portugués lo complica para avanzar. Me dijo su sicólogo que lo ideal para él sería vivir en un país donde se hable español”. Por eso se trata de las últimas horas de la familia Montillo en Río de Janeiro. Walter, junto a su esposa Melina y sus hijos Valentín y Santino, andan de despedida en despedida. Pasarán unos días por Buenos Aires, mientras se define su futuro.

¿Qué camiseta esperará a este 10 tan singular de 33 años? ¿Cuántas chances existen de que retorne a la U? ¿En qué condicione­s vuelve a jugar? Montillo, en el mano a mano con La Tercera, se dispone a un juego de preguntas y respuestas que será híper abierto. De entrada, avisa: “No vuelvo para jugar un par de partidos y despedirme del fútbol. Me siento fuerte para volver y jugar hasta que me dé o me canse. Yo di un paso atrás, pero ahora estoy dando varios para delante”.

¿Algún club chileno lo llamó para ofrecerle sus instalacio­nes para realizar la etapa de recuperaci­ón?

No, no ninguno.

¿Y ahora, para jugar, existe la posibilida­d de hacerlo en Chile?

Puede ser. Mi representa­nte está trabajando algunos temas. Tengo un profundo cariño por Chile y por los chilenos. En el momento más delicado de mi vida, siempre estuvieron conmigo, con mi hijo Santino y con mi familia. Del Síndrome de Down de Santino nos enteramos recién cuando él nació. Pero no era sólo eso. También tuvo muchos otros problemas en distintas partes del cuerpo, en el corazón, en el intestino. Por eso le hicieron cuatro cirugías en dos años. Yo iba a entrenar y volvía al hospital, salía de la concentrac­ión un rato y me iba al hospital... Dormía en el hospital prácticame­nte. Fueron momentos durísimos y la gente siempre me apoyó. Por eso el cariño. Y por eso yo quería volver a la U.

¿Por qué dice “quería”? Habla en pasado. ¿No hay chances de que a partir de enero vuelva a ju-

gar en la U?

Si la U me hubiese querido, ya estaría todo cerrado. No lo doy por caído, porque el campeonato todavía no terminó. Pero la verdad, hoy lo veo muy difícil.

En las redes sociales se observa que los hinchas de la U desean que regrese y lo tratan con muchísimo respeto. ¿Eso qué significa para usted?

Me pone muy bien. Es un orgullo. Me gustaría volver a la U por el cariño de los hinchas. Yo creo que me agradecen que seguí jugando en el peor momento de mi vida. Porque yo no sabía si Santino pasaba la próxima noche, eh. Y también, por supuesto, lo de la gente se debe a lo futbolísti­co. Fueron años muy lindos. Ganamos un título local y llegamos a semifinale­s de la Libertador­es por segunda vez en la historia del club, todo gracias a jugadores que éramos amigos, un gran grupo.

Imagine que se presenta la oportunida­d de sentarse a negociar con la U. ¿El club tendría que poner mucho dinero para contratarl­o?

Todo lo contrario. Yo a la U no volvería por plata; jugaría solamente por un salario. Pero si un club no te quiere pagar un salario es directamen­te porque no te quiere. No arriesga nada. Una contrataci­ón más fácil que la mía no pueden tener, pero bueno... Se lo pierden. Ojo, tampoco eso me desespera, eh. Simplement­e, respondo a lo que me preguntas. Es una cuestión de sentimient­os. Siempre soñé con volver a la U y entrar caminando a la cancha con mi hijo Santino de la mano, para mostrarle a toda la gente que se preocupó por él que hoy está bien. Cuando Santino estuvo muy mal, pusieron banderas con su nombre en la cancha. Armaban cadenas de oración, a una hora determinad­a todos rezaban por él. Me ha tratado muy bien el pueblo chileno, y en especial la gente de la U.

Ya dio varias señales en el último tiempo de querer volver a la U. ¿Por qué cree que no le dan una oportunida­d?

No sé. Me apena que la dirigencia de la U no me abra un poquito los brazos. Como le decía, el club me dio cosas a mí, pero yo también al club. Creía que por ese vínculo por ahí se podía dar el regreso, pero bueno... A veces uno espera cosas de vuelta que no llegan. Los dirigentes sabrán. Por ahí adentro hay alguien que no quiere que yo vuelva.

¿A quién se refiere?

Dos veces estuve con el pase en la mano y nunca me llamaron.

¿De quién sospecha?

No sé. Yo sólo me pregunto si hay alguien en la U que no quiere que vuelva.

¿Cómo es su relación con el presidente Carlos Heller?

A Heller lo conozco desde que yo jugaba en la U. El no era el presidente en ese momento, pero estaba en el club, se acercaba a los jugadores. No éramos amigos, pero nos veíamos bastante seguido. Es más, hasta hemos viajado juntos. Una vez fuimos a ver a Iberia, su equipo, que estaba en la B. Y varios jugadores cenamos con él en su casa. No yo solo. Le repito: éramos varios. El presidente sabe muy bien lo que pienso y lo que siento. Mis sentimient­os los conocen todos. No hace mucho fui a ver un partido de la U con mi hijo. Ellos pueden querer a otro jugador. Y está bien. Pero a esta edad no me voy a callar nada. Digo lo que pienso.

En un probable regreso a la U, ¿No le tendría miedo al fracaso, a borrar aquella excelente imagen que dejó?

Para nada. Si uno tiene miedo, no puede jugar al fútbol. Yo tengo mucho para dar todavía. Anhelaba volver a la U por mi hijo, pero si no es ahí será en otro lado.

Al principio, decía que su representa­nte está negociando con algún otro club de Chile que está interesado en usted. ¿A qué equipo se refería?

A Unión Española. Ahí hay una linda posibilida­d.

¿Martín Palermo lo llamó?

No, no. No hablé con Palermo. Y es lógico. Están definiendo el campeonato, se están jugando el título. No puede pensar en otra cosa. Veremos cómo termina todo.

QUÉ LE PIDE A AZUL AZUL

“Yo a la U no volvería por plata; jugaría solamente por un salario. Pero si un club no te quiere pagar un salario es directamen­te porque no te quiere”.

¿OTRA OPCIÓN EN CHILE?

“Unión Española. Ahí hay una linda posibilida­d. No hablé con Palermo. Y es lógico. Están definiendo el campeonato, se están jugando el título”.

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► Montillo, por Botafogo, ante Colo Colo en la Libertador­es 2017.

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