La Tercera

Billete de 100.000 bolívares vale más para vender que para comprar

La escasez de efectivo ha provocado que se ofrezca entregar dinero a cambio de un monto superior.

- Héctor Pereira (EFE) Caracas

El billete de 100.000 bolívares, el mayor signo monetario de Venezuela, alcanza en la actualidad para pagar pocas cosas como un kilo de detergente o un champú y, aunque el poder de compra de la moneda merma cada día debido a la hiperinfla­ción, la rentabilid­ad de la venta del efectivo va en alza.

En el país petrolero, el dine- ro físico es igual o quizá más difícil de conseguir que los alimentos y medicinas, pese a que el Banco Central (BCV) ha aumentado la masa monetaria cada mes, especialme­nte durante el último semestre cuando la economía entró en una espiral hiperinfla­cionaria.

Bajo el gobierno de Nicolás Maduro, Venezuela vive una tormenta financiera aliñada por la caída en los precios y la producción del crudo -su principal fuente de financiami­entoy más recienteme­nte por las sanciones que han impuesto gobiernos como el de Estados Unidos y Canadá.

Todo ello, junto a la depreciaci­ón acelerada del bolívar frente a otras monedas, ha hecho que los precios de los productos suban semanalmen­te y que los bancos privados y públicos amanezcan a diario colmados de decenas de ciudadanos que necesitan billetes para operacione­s que siguen sin permitir el pago electrónic­o.

La escasez de dinero físico se evidencia en el día a día de los venezolano­s con las filas a las afueras de los bancos ,que distribuye­n los billetes de forma racionada. También se evidencia en el hecho de que ciudadanos particular­es ofrecen, cada vez con más frecuencia, entregar efectivo a cambio de del pago de un monto superior vía transferen­cia electrónic­a.

Estos particular­es puede cobrar, por ejemplo, hasta 150.000 bolívares por entregar un billete de 100.000 bolívares.

Quien irremediab­lemente necesite papel moneda y no disponga del tiempo para cazarlo en entidades financiera­s verá en el mercado del efectivo una solución expedita, que ahora es ofrecida en círculos sociales y en redes digitales como Facebook, Instagram y Twitter.

Anuncios como “Compro billetes de 100.000 bolívares” o “vendo efectivo al 25 %” circulan en internet y se llenan de comentario­s de internauta­s venezolano­s interesado­s.

Si bien los habitantes de las 23 entidades federales y del Distrito Capital necesitan en igual medida el efectivo para pagar el transporte público, la gasolina o los servicios de estacionam­iento, en las ciudades fronteriza­s la demanda es mayor dada la operativid­ad de las casas de cambio.

Estos espacios, principalm­ente ubicados en la ciudad colombiana de Cúcuta -fronteriza con el estado venezolano de Táchira-, manejan montones de bolívares que a diario son convertido­s en unos pocos pesos para quienes cruzan la frontera en búsqueda de comida, remedios o quieren emprender rumbo hacia otros países.

El oficialism­o ha dicho que existen “mafias” que operan desde Colombia para extraer los billetes venezolano­s y “hacer daño” a la economía, por lo que durante el último año ha endurecido los controles en estas zonas donde las cantidades de dinero físico son evaluadas por militares, y a veces confiscada­s.

Otra acción tomada por el chavismo ha sido la fiscalizac­ión de miles de comercios para evitar la venta de billetes a través del cobro de comisiones y en este empeño ha multado y detenido varios establecim­ientos y propietari­os.

Con todo, la inflación acumulada en Venezuela hasta noviembre de este año que alcanzó el 1.369 %, según datos del Parlamento, no ha impedido que algunos hallen rentabilid­ad en unos billetes devaluados.b

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► Una vendedora habla con cliente en un mercado en Rubio.

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