. ACUERDO PARA EL BREXIT: UN PRIMER PASO
SEÑOR DIRECTOR
La Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados rechazó el proyecto de reforma al Capítulo XV de la Constitución. El proyecto presentado por la Presidenta Bachelet y enmarcado en el itinerario de cambio constitucional, proponía la incorporación de una convención que se encargaría del reemplazo de la Constitución. Como varios advertimos en su momento, el proyecto asume los quórums más elevados de reforma, sujetándose a las mismas “trampas” que la demanda ciudadana quiere superar. Por seguir sujeto al veto de la minoría (condimentada con la indecisión de quienes se abstuvieron), era difícil que el mismo tuviera éxito. Lo que ocurrió la semana recién pasada es prueba de ello.
Para superar esas trampas es necesario activar la capacidad constituyente del pueblo, liberándolo de las ataduras que impiden su agencia política, mas no –esto se ha reiterado hasta el cansancio, pero las caricaturas fuerzan la aclaración– de la manifestación institucional. Por ello este rechazo abre el camino a que otro proyecto de reforma constitucional, menos demandante en materia de quórums y por ende más libre de las ataduras legadas por la dictadura, vea la luz. Se trata de un proyecto (Boletín 10014-07) que, contando con respaldo tanto parlamentario como técnico, propone reformar el texto constitucional para permitir al Presidente de la República convocar a la ciudadanía a un plebiscito. Este permitirá que sea la ciudadanía la que decida si desea una nueva Constitución (o una Constitución propiamente tal) y de conformidad a qué mecanismo. Es allí donde se juega la agencia político-constituyente del pueblo y no en las urgencias que, dicho sea de paso, desaparecieron luego del fracaso anunciado.