Error y verdad a medias
En 2009 hubo recesión, y en mi gobierno la economía creció” dijo Piñera en el último debate. “En 2009 no hubo recesión” retrucó Guillier. La realidad es que 2009 registró tres trimestres consecutivos de crecimiento negativo, lo que técnicamente constituye una recesión. Guillier, por lo tanto, cometió un error. ¿Fue deliberado el error de Guillier? No creo, porque es un error fácil de advertir. De hecho, Piñera se hizo un festín con ese incidente. Prefiero pensar que, en el calor del debate, se tropezó en un área que no es su especialidad.
La frase de Piñera es verdadera, pero es una verdad a medias. Y las verdades a medias pueden ser tramposas y manipuladoras. ¿Es que el gobierno de Bachelet 1 manejó mal la economía, y que el de Piñera la manejó bien? ¿Hizo trampas el candidato con su verdad a medias? No lo condenaré sin pruebas, pero su historial no lo favorece.
El principal debate económico en la primera parte de Bachelet 1 era porqué el Estado ahorraba todo el sobreprecio del cobre cuando Chile tenía tantas necesidades. De hecho, no hay registros históricos de niveles de ahorro público y de ahorro nacional tan elevados como los de esos años. Ni antes ni después. En 2008 se desencadenó la crisis “sub-prime” en los países desarrollados, por lejos la más grave y profunda desde la Gran Depresión, y cuyas consecuencias seguirán repercutiendo en el futuro. Y Chile tuvo miedo económico, una vez más. Pero la sociedad a veces nos sorprende. En ese caso y en medio de la recesión a la que aludía Piñera, la Presidenta fue premiada con un aumento vertiginoso de su popularidad y de aprobación a su gestión. Mal que mal, ahorró durante las vacas gordas y nos sentimos económicamente más seguros. Ese capital político le permitió ganar holgadamente la elección de 2013. Incluso muchos empresarios votaron por ella. ¡Cómo estarán de arrepentidos!
El ajuste de la economía chilena en esos años tuvo la forma de una “V”. Se cayó rápido, pero también se salió rápido. También, en la post crisis de 2008, el precio del cobre recuperó y sobrepasó los altos registros previos y Chile, al igual que la mayoría de las economías emergentes, vivió una bonanza. Y Piñera fue presidente en ese contexto, con viento a favor.
Como los vaivenes (ciclos) económicos pueden inducir a error (y a verdades a medias), el Ministerio de Hacienda convoca desde hace más de 25 años a un grupo de especialistas para estimar el “PIB tendencial” (el nivel del PIB limpio de recesiones y recalentamientos), que da mejor cuenta del crecimiento estructural de la economía. Pues bien, el crecimiento estructural de Chile en el gobierno de Bachelet 2 será inferior al del de Piñera. Ése, a su vez, fue inferior al de Bachelet 1 que, a su vez fue inferior al de Lagos, y así. O sea, la economía chilena viene desacelerando su crecimiento estructural desde hace casi 20 años. Y según las últimas proyecciones del FMI, lo seguirá haciendo en los próximos 5 años. Mala cosa.
¿Y por qué? Porque los países que más crecen son los que más aumentan su productividad. Y la productividad actual de Chile (PTF) es equivalente a la de comienzos de la decada del 2000. Es decir, crecimiento nulo de la PTF. ¿Y qué hicieron Bachelet 1, Piñera y Bachelet 2 para revertir esto? Poco y nada. ¿Y qué han dicho los candidatos al respecto? Nada. Mi instinto es que el equipo programático de Gullier está más consciente de esto y que, si son escuchados por el candidato, hay más chance que Chile vuelva a tener una economía vigorosa. Por eso, pero no solo por eso, mi voto es para Guillier.