EL VOTO “ANTI”
SEÑOR DIRECTOR
Soy uno de muchos chilenos que en este balotaje votará en contra de uno de los candidatos y no por su candidato, como se esperaría. Me pregunto por qué hemos llegado al voto “anti” y quisiera compartir mis reflexiones.
A todos nos resulta más fácil saber qué no nos gusta, que saber claramente lo que nos gusta. Sin embargo, se supone que cuando votamos por un candidato lo hacemos porque tiene cualidades que admiramos. Por lo anterior, es contradictorio que la segunda vuelta presidencial parezca depender fundamentalmente del voto en contra de los candidatos. Por un lado están los que consideran a la Nueva Mayoría un desastre y votarán en contra de Guillier para evitar que su sector político siga llevando al país a un despeñadero; por otro lado, están los que estiman que un nuevo gobierno de Piñera sería un grave retroceso para Chile que, en esta administración, ha avanzado en la conquista de importantes derechos sociales.
Los primeros votarán por Piñera y los segundos por Guillier como “mal menor”. Ninguno de los dos candidatos se ve como irreprochable y el centro político ha desaparecido.
Como la elección se ve estrecha, la ganará el candidato que logre más votos en contra de su contendor, no el que conquiste más votos de adhesión a su persona.
La situación es deplorable. Se podría haber evitado si nuestros políticos (de ambos sectores) hubiesen conocido mejor la falta de compromiso cívico del pueblo chileno. El voto es un derecho y no una obligación, lo que debería ser cambiado. Además de asegurar una participación amplia del electorado en la selección de representantes, este voto obligatorio expresaría más sanamente las aspiraciones del electorado.
Patricio Contreras