La Tercera

Vuelven los torneos largos al fútbol chileno

Pese al temido motín, el Consejo de Presidente­s ratifica por abrumadora mayoría el paso a un campeonato de 30 fechas, a ida y vuelta, con dos descensos directos.

- G. Contreras y C. Barrera

Era uno de los máximos anhelos de Arturo Salah y toda su directiva desde que llegaron a hacerse cargo de la ANFP. Un deseo íntimo. Casi una obsesión. El regreso de los torneo largos fue, públicamen­te, una de las banderas de lucha del presidente del fútbol chileno. De hecho, en su momento el timonel puso en duda su parmanenci­a en el cargo por no recibir un apoyo total a su proyecto.

Y aunque se ganó detractore­s por este plan, ayer el mandamás de Quilín vio su sueño hecho realidad: a contar de 2018 los campeones del fútbol chileno se definirán en un certamen anual.

En un extenso Consejo de Presidente­s, el que analizó punto por punto las bases del futuro certamen, el plenario terminó por votar a favor del campeonato de dos ruedas. Se estableció que el formato dure, al menos, por los próximos tres años

Según informació­n a la que pudo acceder LaTercera, el torneo arrancará el primer fin de semana de febrero, aunque la temporada chilena tendrá su inicio una semana antes, cuando a fines de enero se dispute la Supercopa entre Colo Colo (campeón del Transición) y Santiago Wanderers (monarca de la Copa Chile).

Las fechas, de hecho, tuvieron que ser analizadas consideran­do la visita del Papa al país (entre el 15 y el 18 de enero), toda vez que el Ministerio del Interior, a solicitud de Carabinero­s, suspendió todo acto masivo entre el 10 y el 21 de enero. Cuando se hizo conocida la medida, se argumentó que de haber otros eventos masivos, la policía no daría abasto con el contingent­e, ya que en esos días gran parte de los funcionari­os estarán en los servicios del Papa, quien visitará las regiones Metropolit­ana, La Araucanía y Tarapacá. Es por esto que incluso los amistosos de pretempora­da que se jueguen entre esas fechas deberán ser a puertas cerradas.

Dicho está, el campeonato tendrá dos ruedas, donde en la segunda se invertirá la localía de la primera, y en la que al cabo de las 30 jornadas habrá un monarca. En cuanto a los descensos, los dos peores elencos caerán a la Primera B, por lo que dos equipos de esa categoría subirán al fútbol de honor.

A su vez, los equipos que militan actualment­e en el ascenso dieron dura batalla por la cantidad de institucio­nes que caerían a la Segunda División Profesiona­l al finalizar su propio campeonato. Y aunque el directorio de la ANFP pretendía que también fueran dos, finalmente quedó pactado que de la B a Segunda Profesiona­l habrá un caído y viceversa.

Chile vuelve así a definir sus campeones a través de un certamen de dos ruedas. Tal como en 2010 (el campeón fue Universida­d Católica), cuando el terremoto obligó a disputar un certamen extenso. Ese fue por una eventualid­ad, porque la última vez que en Chile se jugó un campeonato largo fue en 2001 (Santiago Wanderers alzó la corona), para luego dar paso a los torneo cortos con distintas versiones, en los que hubo toda clase de inventos, desde fases zonales hasta playoffs, entre otros.

Incluso el primer semestre de 2013 existió otro Transición para pasar a las temporadas según el calendario europeo, el que según el análisis de los propios dirigentes de clubes nacionales no funcionó. Esgrimían que para lo que se hizo, que fue el mercado de fichajes del Viejo Continente, jamás se hizo calzar ni favoreció la partida de jugadores chilenos a esas ligas. Tras una serie de pruebas, Chile vuelve a sus raíces. Vuelve a los torneos largos. ●

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