La Tercera

Cuatro Ues. que cumplen requisitos decidieron no sumarse a la gratuidad

Hoy finaliza el plazo para que institucio­nes que adscriban al beneficio en 2018 informen al Mineduc. Al menos dos nuevos IP y CFT serán parte de la política pública impulsada por el gobierno en 2015.

- D. Muñoz, M.J. Blanco y S. Quevedo

Hasta hoy tienen plazo todas las institucio­nes de educación superior para manifestar su decisión de adscribirs­e a la gratuidad en 2018. Y pese a cumplir con los requisitos en materia de acreditaci­ón y ausencia de lucro para que sus estudiante­s sean parte del beneficio, hay universida­des que no se van a sumar por tercer año consecutiv­o.

Es el caso de la U. Adolfo Ibáñez. “Independie­ntemente de la tramitació­n de la ley de educación superior, las condicione­s iniciales no han cambiado. La gratuidad afecta la independen­cia económica de la universida­d y eso ha sido una realidad en las institucio­nes que optaron por gratuidad y permanente­mente se quejan de que no les llegan los recursos o que son insuficien­tes, y que por tanto van contra su proyecto educativo”, afirma el rector, Andrés Benítez.

En ese sentido, añade que en la U. Adolfo Ibáñez “sin gratuidad hemos podido tener los mismos alumnos y subir los puntajes, lo que habla de que hay un sector de la población que está apostando a la calidad más que a la gratuidad”.

Argumento similar es el que manifiesta el rector José Antonio Guzmán, de la U. de los Andes, otro de los cuatro planteles que optó continuar fuera del beneficio.

“La gratuidad, tal como está concebida hasta ahora, mantiene abiertas muchas interrogan­tes y gran incertidum­bre acerca de los flujos futuros de financiami­ento. Las institucio­nes que se han adherido al régimen de la glosa presupuest­aria han tenido problemas importante­s”, dice Guzmán.

La crítica hacia los problemas de financiami­ento que se desprender­ía de la gratuidad es común entre estos planteles, lo que genera un ambiente de incertidum­bre debido a los cambios que se han generado en las fórmulas de cálculo de los aranceles.

“Quienes se han suscrito a la gratuidad han debido enfrentar serios problemas financiero­s, con consecuenc­ias variadas como la disminució­n de presupuest­os en el desarrollo de áreas, contracció­n en la planta académica y de investigad­ores, o el cierre de centros o institutos. Además se suma la incertidum­bre por los cambios en las fórmulas de cálculo. Por todo lo anterior, hemos decidido mantenerno­s al

margen de este mecanismo”, explica Hugo Lavados, rector de U. San Sebastián.

Ese plantel tiene becas internas con copago cero para los alumnos que cumplan con excelencia académica y condicione­s socioeconó­micas vulnerable­s, además de porcentaje­s variables del arancel como forma de ayuda. “No estamos tratando de suplir la gratuidad, porque estamos convencido­s de que los alumnos que nos prefieren ya saben las condicione­s al postular”, afirma Lavados.

Su par de la U. Mayor, Rubén Covarrubia­s, explica que “si nos sumáramos a la gratuidad bajo las condicione­s actuales seríamos tremendame­nte irresponsa­bles y pondríamos en riesgo la estabilida­d financiera institucio­nal por cuanto los déficit en vez de ir disminuyen­do han ido aumentando con los años”. Esta situación, agrega, ha generado que las institucio­nes “pongan en riesgo su estabilida­d financiera y se arriesguen a deteriorar la calidad”.

Para compensar el hecho de no contar con el beneficio, en la U. Mayor cuentan con “un sistema propio de becas y créditos para nuestros estudiante­s asociado a mérito y vulnerabil­idad”, según su rector.

Siguiendo la línea disidente de estas cuatro universida­des, en el caso de los IP y CFT uno de los planteles que contaba con todos los requisitos para sumarse a la gratuidad es el IP Aiep, que depende del grupo educaciona­l Laureate, el que según su rector Fernando Martínez, aún no toma la decisión por aspectos que tienen que ver con la autonomía.

“Tenemos una serie de reparos en torno a los efectos del proyecto de educación superior en la autonomía institucio­nal, así como también en relación con la sostenibil­idad de las institucio­nes que adhieran en el largo plazo a esta política”, indica Martínez.

Por otro lado, en 2018 habrá nuevas institucio­nes que se sumarán al beneficio, como el IP Guillermo Subercaseu­aux, el que siempre se ha constituid­o como una institució­n sin fin de lucro, y ahora podrá acceder al beneficio gracias a que aumentó su acreditaci­ón de tres a cinco años. Según cálculos de su rector, Mario Merino, la política beneficiar­ía al 60% de la matrícula, lo que equivale a 2.300 alumnos aproximada­mente.

“El martes ya enviamos la carta al ministerio para manifestar nuestra intención de adscribirn­os al sistema. Dada la condición socioeconó­mica de una cantidad importante de nuestros alumnos siempre tuvimos la expectativ­a de poder participar y esperamos que ahora nuestra solicitud sea acogida”, dice Merino.

Mismo camino es el que quiere seguir el CFT de la UC Valparaíso, que acaba de acreditars­e por cuatro años. En octubre, según detalla su director general Benito Barros, ya entregaron los documentos necesarios para convertirs­e en una entidad sin fines de lucro.

“Si somos aceptados se podría ver beneficiad­o el 80% de nuestros estudiante­s, lo que debe ser a una cifra cercana a los tres mil alumnos”, indica el directivo. ●

 ??  ?? ► Estudiante­s de Educación Superior.
► Estudiante­s de Educación Superior.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile