La Tercera

El Far West atrapa a Froome

Del “ya no son los tiempos del Lejano Oeste”, que decía el campeón del Tour, a tener que defenderse de dopaje y de quejas por agravio de compañeros.

- Ignacio Leal

Ahora, cuando ya no queda nada más que explicar el porqué de la muestra adversa, Chris Froome sale en su defensa. Y como todas esas veces en que negó el uso de cualquier sustancia prohibida, ayer volvió a hacerlo. “He intentado, durante toda mi carrera, demostrar que el ciclismo ya no es lo que era. Llevo 10 años siendo ciclista, corriendo con asma y tratando los síntomas. Conozco las reglas y los límites, y nunca los he superado”, aseguró en una entrevista a la BBC.

La muestra del 7 de septiembre, donde se le detectó la presencia de 2.000 nanogramos de Salbutamol, el doble de lo permitido por la UCI, lo amenaza con quitarle su segundo título de la Vuelta a España, pero sobre todo su credibilid­ad.

Como todos, cada vez que se le ha consultado por el consumo de sustancias dopantes, Froome ha sido enfático en recalcar que eso no va con él. Inevitable­mente, pese a todo lo que pueda decir, su imagen ha quedado manchada por su excesivo uso de Salbutamol. Aunque él no lo cree así: “Mi legado no está manchado. Entiendo, por supuesto, que esto pueda sorprender a mucha gente, pero defiendo lo que he dicho siempre y reitero que no he infringido las reglas y no he tomado más de la cantidad permitida. Estoy seguro que al final la verdad saldrá a la luz”.

“Puedo entender la reacción de la gente, sobre todo dada la historia de nuestro deporte. Sin embargo, este es un caso totalmente diferente: no es un test que haya dado positivo”, apuntó. Sin embargo, con los antecedent­es a la vista y un extraño secretismo por parte de la UCI, el caso sólo levanta suspicacia­s.

Quien salió a ventilar su indignació­n ante la pasiva actitud de las autoridade­s fue el ciclista alemán Tony Martin. El cuatro veces campeón mundial de contrarrel­oj, calificó de “escándalo” que el británico no haya sido automática­mente suspendido tras su resultado adverso acusó a la UCI de haber intentado tratar el asunto discretame­nte. “Estoy totalmente furioso. En el caso de Froome hay claramente dos pesos, dos medidas”, afirmó en su web.

“Lo que ocurre aquí es inconsecue­nte, anti-transparen­te, anti-profesiona­l e injusto”, continuó. Lo cierto es que para la UCI, el Salbutamol es algo así como un dopaje a medias.

Froome se suma a varios casos de resultados adversos por Salbutamol. Los más próximos son los italianos Petacchi y Ulissi. Al primero se le detectaron 1.320 nanogramos y recibió un castigo por el TAS con un año de suspensión tras dar positivo en el Giro de Italia de 2007; en 2015, Ulissi dio 1.900 nanogramos y fue castigado por nueve meses por el Comité Olímpico Suizo, no por la UCI.

Antes, en 1994, a Induráin también se le detectó esta sustancia y la UCI no lo castigó. No estaba prohibida. Tampoco a Rominger y Ballerini, ambos salvados por “uso terapéutic­o”.

Froome, que renegó una y otra vez de la trampa, ahora está en el radar de todos. “Ya no son los tiempos del Lejano Oeste en el ciclismo”, llegó a decir. Habrá que ver. ●

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► Froome, ayer en Mallorca tras entrenar.

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