Futuro del PPD
PIÑERA Y SUS PARTIDOS PERMANECIERON UNIDOS, ELEVARON SU INFLUENCIA Y CUENTAN CON VASTOS RECURSOS. LA CENTROIZQUIERDA HA DECLINADO EN TODOS ESOS CAMPOS.
Al iniciar 2018 ojalá apacigüemos las emociones y calmemos el espíritu para observar los hechos políticos con serenidad. La derrota de la Nueva Mayoría ha sacudido profundamente al progresismo y obliga a repensar como nunca antes desde la dictadura. A 30 años de su creación, el PPD se encuentra en su momento más crítico. ¿Cómo encarar lo que viene? Lo primero es indagar las causas del triunfo de la derecha y de nuestra derrota, a pesar del enorme esfuerzo desplegado por Alejandro Guillier. Segundo, esbozar los ejes de un nuevo proyecto progresista y, en ese marco, definir un nuevo rol del PPD. Propuestas apresuradas surgidas del desconcierto, sin entender la magnitud de lo ocurrido, sin atisbar un nuevo rumbo, ahondarían la crisis. El PPD debe convocar a una gran consulta a sus militantes e independientes en todo el país, recoger su sentir y propuestas. No hacerlo y elegir una directiva mediante arreglos de cúpula, sería navegar en la oscuridad y dejar en la intemperie a los nuevos dirigentes. Esa tarea se puede realizar en los próximos dos o tres meses, con una directiva provisoria que reciba un mandato específico de sintetizar las ideas fuerza y sugerir un rumbo que sea sometido a un Consejo General, previo a la elección. Así, quienes postulen tendrían orientación, respaldo y ánimo para avanzar y, junto a otras fuerzas, organizar una oposición cohesionada y levantar las banderas del futuro.
Hoy no sabemos por qué una proporción tan alta de chilenos votó por Piñera, contrariando la creencia del rechazo mayoritario al neoliberalismo, al maridaje de dinero y política, a las élites que concentran el poder, al abuso y a la desigualdad. Sostuvimos que a mayor participación crecía la opción de Guillier. Tampoco ocurrió así. La derecha interpretó mejor a los chilenos y chilenas. Piñera y sus partidos han venido trabajando en serio desde hace años, se mantuvieron unidos, han acrecentado su influencia cultural y cuentan con vastos recursos financieros.
La centroizquierda ha declinado en cada uno de esos campos. Sus partidos están debilitados. Es esencial renovar, debatir cuáles son los ejes de un nuevo proyecto, qué aspiraciones mueven a los sectores populares y nuevas clases emergentes, qué coaliciones formar, cómo incorporar y respaldar a las nuevas generaciones y estar presentes en movimientos y organizaciones sociales. El PPD debe encabezar las luchas por superar los retos del futuro. Aprobar una nueva Constitución en democracia debe ser el objetivo principal de su programa. Y, paralelamente, impulsar la innovación tecnológica con protección del medio ambiente, la inclusión social enfatizando las oportunidades, alentar el emprendimiento junto con reducir la desigualdad y fortalecer la capacidad y eficiencia del Estado y de la sociedad civil. El PPD es un partido indispensable en el progresismo y es nuestro deber renovarlo. Con unidad y optimismo se puede.