“Va a ser realmente muy difícil aprobar un recorte a la tasa corporativa”
Economista jefe para Chile de Citi: El banco de inversión estadounidense se muestra optimista sobre las perspectivas para la economía local en 2018 con una proyección de crecimiento de 3,2%.
Mucho antes de que Sebastián Piñera ganara la segunda vuelta, Citigroup ya tenía una visión alentadora sobre el panorama económico de Chile durante el próximo año, ya que el banco de inversión estadounidense confiaba en que el ex presidente regresaría a La Moneda en marzo.
A juicio de Jorge Pastrana, economista jefe para Chile de Citi, el presidente electo va a tener que demostrar que ese optimismo “no es un invento”, para lo cual deberá negociar fuertemente con el Congreso para lograr avances en su programa. En ese sentido, ve “muy difícil” la posibilidad de recortar la tasa del impuesto corporativo.
En esta entrevista, el experto analiza los desafíos y prioridades de la próxima administración y la situación fiscal para los siguientes cuatro años. Si bien se anticipan mejoras en esta materia, Pastrana alertó que “el país se va a quedar muy corto de esos años en los que tenía un superávit fiscal”.
Tras el triunfo de Sebastián Piñera, ¿ven un cambio en la perspectiva económica de Chile? Algunas agencias han reconocido una leve alza en el sesgo de crecimiento para próximo año...
Nuestro pronóstico de crecimiento del PIB para 2018 es de 3,2% y lo hemos tenido en ese nivel por algunos meses. No modificamos nuestro pronóstico a raíz de la segunda vuelta porque, a pesar de las sorpresas de la primera vuelta, nuestro escenario base siempre contempló una victoria de Sebastián Piñera.
¿Se justifica el optimismo que mostró el mercado tras el balotaje?
El optimismo viene de mucho antes. Los resultados de la primera vuelta generaron bastante incertidumbre y se tradujeron en cambios sustantivos en los precios de los activos. Lo que vimos la semana pasada fue solamente un regreso al optimismo que había antes de la primera vuelta. Antes de la primera vuelta, los precios de los activos incorporaban, en su totalidad, un triunfo de Piñera.
¿Cuáles serán los mayores desafíos que enfrentará el gobierno?
El gobierno entrante va a tener que demostrar que ese optimismo por el cambio de administración no es un invento. Para ello, va a tener que negociar intensivamente con las diferentes fuerzas políticas para poder instrumentar varias de sus propuestas.
¿Cuáles deberían ser las prioridades de la nueva administración?
La prioridad del gobierno entrante debería ser intentar revertir o modificar algunas de las políticas de la administración anterior que deterioraron la confianza. Entre las políticas que dañaron la confianza están las reformas tributaria y laboral.
¿Cómo ve la situación fiscal en los próximos cuatro años?
Nuestro escenario base asume que el déficit fiscal corriente (no el estructural) bajaría a cerca de 2% del PIB hacia el final de la administración de Piñera. Si bien es una mejora –actualmente el déficit es de aproximadamente 3% del PIB– , el país se va a quedar muy corto de esos años en los que tenía un superávit fiscal.
¿Será posible reducir el déficit fiscal y estabilizar la deuda pública como plantea Piñera?
La estabilización de la dinámica de la deuda puede ser resultado de un mayor crecimiento económico, de una reducción del déficit primario, de menores tasas de interés o de una combinación de todo lo anterior. Si el mayor crecimiento económico efectivamente se da y el gobierno se aprieta el cinturón, le sería posible estabilizar la deuda pública.
¿Cómo puede el gobierno complementar las fuertes demandas sociales con la responsabilidad fiscal?
Lo difícil es precisamente acotar los gastos al tiempo que tienes tantas demandas sociales. Por ello es necesario hacer un gasto público más eficiente y que el gasto social esté realmente focalizado en los sectores que más lo necesitan.
Piñera ha propuesto reducir el impuesto corporativo a 25%. ¿Podrá aprobarse este recorte en un Congreso fragmentado?
Va a ser realmente muy difícil que con la nueva composición de las cámaras se pueda aprobar un recorte a ese impuesto.
En caso de que las empresas paguen una menor tasa, ¿esos menores ingresos se compensarán con un mayor crecimiento? ¿Es riesgoso en materia de recaudación?
En el corto plazo una reducción en la tasa impositiva de las empresas inevitablemente se traduciría en una reducción de los ingresos y, en ausencia de otras medidas, en un mayor déficit fiscal. Pudiese ser que en un periodo de tiempo más largo, el gobierno recupere esos ingresos por una mayor recaudación que fuese resultado de un crecimiento económico más alto. Pero ese mayor crecimiento económico probablemente vendría, en su mayoría, de elementos ajenos a la baja en la tasa impositiva.
¿Cuánto menos se podría recaudar?
A la fecha no hemos publicado un estimado del efecto de la reducción de ese impuesto en la recaudación.
Si hay mejoras en el crecimiento y la situación fiscal, ¿es factible que el país recupere las notas de calificación que perdió este año?
Si se dan esas mejoras, sí sería factible que recupere el terreno perdido. Sin embargo, esa recuperación no sería inmediata.
¿Cuánto tiempo podría tomar?
Tomemos, por ejemplo, a México como una de los casos recientes en América Latina. A raíz de la reducción de su calificación crediticia por la crisis de 2008-09, a ese país le tomó cuatro años recuperar el escalón que perdió.