“CENSO Y ENVEJECIMIENTO”

SEÑOR DIRECTOR

En editorial reciente titulado como esta carta, La Tercera analiza algunas cifras del último censo, que muestran que Chile avanza de modo natural hacia la última fase de transición demográfica propia de todo proceso de urbanización.

El censo 2017, en relación al de 2002, muestra que la población total aumenta 2,45 millones a una tasa de 1,01% anual. Los mayores de 65 años aumentan en 779 mil, a una tasa promedio anual de 3,35%, al tiempo que los menores de 15 se reducen en 365 mil, a una tasa de -0,65%, es decir, los pasivos crecen en 414 mil personas. En cambio, las personas entre 15 y 64 años, en edad de trabajar, crecen en 2,2 millones a una tasa de 1,25% con lo cual la tasa de dependencia se reduce de 0,51 a 0,46 pasivos sobre activos.

Entre los dos censos el número de personas mayores de 65 años crece a una tasa de 3,35% anual, mientras el PIB lo hace en 3,58%. Esto satisface la sencilla regla de viabilidad para que un esquema de pensiones de reparto pueda reajustarlas a la misma tasa que crecen las remuneraciones, sin modificar la tasa de cotización, edad de jubilación o proporción de adultos mayores en el sistema no contributivo: que el número de pensionados crezca un poco menos que el PIB.

En efecto, entre 2002 y 2017, el número de cotizantes AFP creció a una tasa anual promedio de 3,34%, igual que los mayores de 65, lo cual permite reajustar las pensiones de éstos igual que las remuneraciones imponibles, que crecieron un 2,5% anual en ese período. Parece, entonces, equivocada la promoción del ahorro -inviable para dar buenas pensiones- y la descalificación del reparto, que sí las mejora en forma sostenible.

Manuel Riesco