La Tercera

La DC sufre su mayor fractura en 10 años con renuncia de ex autoridade­s

Los 31 dirigentes que dimitieron acusaron a la mesa de tener una estructura que favorece la “intoleranc­ia” y la “descalific­ación”. Hito constituye la mayor fractura interna desde la expulsión de Adolfo Zaldívar en 2007.

- Nicolás Guzmán

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Encabezado­s por Mariana Aylwin, ex ministra de Educación, 31 militantes criticaron el giro del partido hacia la izquierda y reivindica­ron la era de la Concertaci­ón. La directiva lamentó la diáspora. “La DC está en una situación casi terminal”, dice el senador Jorge Pizarro.

La carta de renuncia ya estaba redactada, pero solo faltaba la confirmaci­ón de Mariana Aylwin para hacerla pública. Ayer, luego de varias reuniones y encuentros privados entre los miembros de Progresism­o con Progreso, un grupo de 31 militantes DC -muchos de ellos ex ministros y ex autoridade­s de gobierno

(ver listado)- renunciaro­n finalmente a la Democracia Cristiana, incluida la ex titular de Educación.

De esta manera, uno a uno los ex dirigentes de la DC comenzaron ayer a enviar personalme­nte su carta de renuncia al Servicio Electoral, apuntando a los motivos que llevaron a su dimisión.

Para muchos al interior de la DC, la renuncia de este grupo no los tomó por sorpresa, pero sí el momento, principalm­ente porque este grupo tenía previsto que fuera luego del debate de la junta nacional del próximo 27 y 28 de enero cuando oficializa­ran su salida.

Desde el movimiento reconocier­on, sin embargo, que la determinac­ión del tribunal supremo de la DC de declarar admisible la solicitud de expulsión de muchos de sus miembros, sumado a la postura que tomó la mesa en torno a este tema, aceleró la renuncia de manera masiva.

El hito constituye la mayor fractura interna en la DC en una década, desde que en diciembre de 2007 se expulsara a Adolfo Zaldívar y, posteriorm­ente, se gatillara la renuncia al partido de Alejandra Sepúlveda, Pedro Araya, Eduardo

Díaz, Carlos Olivares y Jaime Mulet, entre otros.

Pasadas las 15.00 de ayer, los 31 personeros de Progresism­o con Progreso -considerad­os como parte del establishm­ent de la colectivid­ad y muchos de ellos vinculados a la ex Concertaci­ón-enviaron una carta al secretario nacional del partido, Gonzalo Duarte, explicando sus razones.

“Con mucho pesar le informamos que hemos decidido renunciar a nuestra condición de militantes del Partido Democracia Cristiana, lo que hemos

sido por muchos años o décadas”, anunciaba en sus primeros párrafos la misiva.

En ella se indica, además, que “la DC ha perdido tanto su influencia política como su perfil moderado y cuidadoso de la calidad técnica de sus propuestas. Se apoyaron una serie de reformas que tenían fines loables, pero estuvieron pobremente diseñadas y peor ejecutadas”. Y se agrega que “a pesar del muy adverso resultado en las urnas, en las que el electorado DC, como es evidente, rechazó la propuesta continuist­a de su directiva, no se ha realizado un proceso sereno de reflexión crítica que lleve a enmendar rumbos”.

En otro de sus párrafos cuestionan también que “la la orgánica de la directiva de la DC está controlada por una estructura que favorece la intoleranc­ia, la descalific­ación, sin espacios para el debate con altura de miras. Nos duele profundame­nte llegar a la convicción – como muchos otrosque ya no es posible cambiar la cultura que se ha instalado dentro del partido, destructiv­a de nuestros liderazgos y de nuestra propia identidad”. Y concluye: “Algunos de los firmantes de esta carta hemos sido objeto de una acusación basada en argumentos no aceptables en una agrupación democrátic­a y, peor aún, su requerimie­nto ha sido acogido por el tribunal supremo y apoyado por la directiva nacional subrogante, pese a no ser procedente de acuerdo a los estatutos”.

Los pasos a seguir

Al interior del partido reconocían ayer que una de las primeras consecuenc­ias que tendrá la renuncia de estos 31 militantes a la colectivid­ad sumado a la dimisión del economista Ernesto Tironi- será el cambio que esto traerá a las fuerzas internas que conviven en la Democracia Cristiana.

Más aún, porque el sector moderado se verá “debilitado” frente a quienes promueven mantener una alianza con la izquierda.

Respecto al movimiento Progresism­o con Progreso, sus propios miembros descartan

que este se disuelva. Por el contrario, ya se han conversado algunas alternativ­as para mantenerse en vigencia, como, por ejemplo, a través de un centro de estudios para la construcci­ón de nuevas políticas públicas o asesoramie­nto técnico, incluso para la DC.

“Queremos irnos con la frente en alto y pensando que, desde fuera, tal vez podamos aportar con mayor libertad a renovar los planteamie­ntos de políticas basadas en el pensamient­o del humanismo cristiano, a entender la complejida­d de la sociedad actual, a reivindica­r una historia que nos enorgullec­e y a plantear ideas para un camino político”, finalizan en la misiva.

Desde Chile Vamos, en tanto, ya comenzaron los primeros llamados para que, muchos de los ahora ex militantes, se puedan sumar a futuro a sus filas.

Pese a eso, al menos en el caso de Aylwin se ha mostrado -hasta ahora- contraria a una opción como esa o a formar parte del gobierno de Sebastián Piñera.b

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