La Tercera

“La DC está en una situación crítica, casi terminal”

Ex presidente de la colectivid­ad sostiene que “esta es la crisis más profunda que ha tenido el partido desde su fundación” y advierte que corre el riesgo de desaparece­r. A su juicio, la DC ha perdido la capacidad de “conducir” a los ciudadanos. “Debemos t

- Nicolás Guzmán

En la provincia de Limarí, Región de Coquimbo, el jefe del comité de senadores de la Democracia Cristiana (DC), Jorge Pizarro, se enteró ayer de la reuncia de 31 dirigentes -muchos de ellos ex autoridade­s de gobierno- a su militancia en el partido. Entre ellos se encontraba liderando el grupo la ex ministra de Educación Mariana Aylwin.

¿Cuál es la situación actual de la DC?

Esta es la crisis más profunda que ha tenido el partido desde su fundación. No solo por los malos resultados electorale­s, sino también porque hemos perdido la capacidad de liderar y conducir a los ciudadanos. Ese es el tema de fondo. Y me parece que eso es lo que hay que retomar, reconocer primero entre nosotros la cruda realidad que estamos viviendo y, segundo, entender que lo que hay que hacer es lo mismo que hizo Frei y Tomic en su tiempo, y luego Aylwin y el propio Frei-RuizTagle: entender que la Democracia Cristiana nació a la vida política para hacer los cambios necesarios en nuestro país.

¿Se han realizado las autocrític­as necesarias en la dirigencia del partido por los hechos que llevaron a la DC a estar en su peor momento?

Lo que necesitamo­s es tiempo, serenidad y generosida­d política para hacer frente a esta crisis. Tiene que haber un diálogo y un debate crudo al interior del partido respecto a los temas de fondo. Y a partir de ahí generar un proceso que nos lleve a las definicion­es que el partido necesita de manera prioritari­a para poder enfrentar el próximo tiempo. Y en esto me refiero a que debemos terminar con tener dos, tres o cuatro visiones de liderazgo de partido frente a temas que son clave para la ciudadanía.

¿Y de qué manera pueden convivir todas las facciones internas que existen en el partido?

Como hemos convivido siempre desde que el partido nació a la vida pública. Este dilema que tenemos hoy no es nuevo para el partido, se viene dando desde su creación. Últimament­e andamos discutiend­o qué pasa con las ramas, pero no con los troncos ni con el bosque.

¿Se refiere a las declaracio­nes cruzadas entre distintos dirigentes? Carolina Goic ha acusado que hubo muchos parlamenta­rios que no apoyaron su candidatur­a presidenci­al…

Yo prefiero entender que lo que la Democracia Cristiana está viviendo es un proceso de deterioro progresivo desde hace bastante tiempo. No puede ser casualidad que muchos de nuestros potenciale­s liderazgos no han sido capaces de encantar o interpreta­r mejor a la opinión pública, y eso es un tema que lamentable­mente viene ya de hace muchos años. Creo que de nada sirve recriminar­se o hacer política interna frente a una crisis tan grave como la que tenemos a través de los medios de comunicaci­ón. Lo importante aquí es que hay que asumir la realidad que vivimos, es responsabi­lidad de todos salir adelante. Y mi llamado es a tener generosida­d política. Hemos perdido el respeto interno y

CRISIS DE LA DC “Prefiero entender que lo que la DC está viviendo es un proceso de deterioro progresivo desde hace bastante tiempo”.

LIDERAZGOS DEL PARTIDO “No puede ser casualidad que muchos de nuestros potenciale­s liderazgos no han sido capaces de encantar o interpreta­r mejor a la opinión pública”.

la capacidad de reconocer en los otros argumentos que pueden ser tan válidos como los nuestros.

¿Qué le pareció la renuncia de 31 militantes, incluida Mariana Aylwin?

Son dolorosas las renuncias, y más aún cuando se hacen públicas y sin un esfuerzo interno. Y he sabido de la renuncia de algunos de ellos porque creen que estamos con los comunistas, y de otros, en tanto, porque creen que estamos con la derecha. Eso me parece un error. Pero es parte de la crisis que estamos viviendo. Y, por lo tanto, hay que asumirla y enfrentarl­a. Si queremos salir adelante hay que partir no solo con una actitud personal de reconocimi­ento de todos los errores o aciertos cometidos, sino también por tener la generosida­d y la voluntad de respetar a futuro la institucio­nalidad del partido. Ahí hemos fallado. Cuando cada uno de nosotros puede decir lo que se le ocurra o lo dice de manera pública, entonces les estamos fallando a los chilenos y al partido. Este proceso hay que asumirlo sin ansiedad, hay que asumirlo con celeridad y hay que asumirlo mirando el futuro. En el partido no sobra nadie. A mí me duele cada vez que conozco la renuncia de un militante.

¿Fue un error tratar de resolver el tema en el tribunal supremo de la Democracia Cristiana?

No hay que olvidarse que estamos en un partido político y las instancias políticas del partido son su junta nacional, sus directivas comunales y regionales, su consejo nacional, la mesa y también el tribunal supremo del partido, que es el tribunal de un partido político. Por lo tanto, sus decisiones o sus apreciacio­nes son políticas. Ahora, pensando en el futuro, lo que tenemos que hacer es apoyar el esfuerzo de la mesa que está tratando de arti-

cular este debate para que se pueda desarrolla­r de manera ordenada y ojalá que con la comunidad. Pienso que ese ejercicio es fundamenta­l. Si no lo hacemos, entonces todo lo que se plantee de lo que tenemos que hacer como oposición no tiene destino. Si no redefinimo­s nuestro rol, ¡qué sentido tiene pensar cómo nos vamos a articular con otros para ofrecerle un proyecto de sociedad al Chile del futuro! No lo vamos a poder hacer, porque no vamos a tener ni claridad nosotros mismos. Tenemos diferencia­s, sí, y grandes diferencia­s. Llegó el momento de enfrentarl­as, pero desde adentro. Esa es mi convicción.

Usted hablaba del rol de la mesa. ¿Estaría de acuerdo en que se alcanzara un consenso entre las distintas facciones?

El tema del partido hoy pasa por las definicion­es, por las decisiones. No pasa por quién conduce, si es que no se tiene claridad con lo que se va a hacer o se va a plantear al país. Para eso, primero el debate, luego quién lidera. Ojalá nos demos todo el tiempo que sea necesario. No tenemos por qué hacer al revés las cosas, elegir una directiva para luego empezar a debatir. Ya va a estar debilitada desde el inicio porque se va a elegir no en torno a propuestas, sino en torno a las cuotas de poder a que cada uno de ellos aspire. Eso me parece a mí absurdo, y por eso hablo de generosida­d política interna.

La directiva actual, sin embargo, pretende que existan elecciones internas en marzo o a más tardar en abril…

Si a mí me dicen que en estos dos meses podemos hacer este ejercicio, fantástico, pero si se demora tres o cuatro meses, está bien. No nos podemos casar nosotros mismos, como hemos hecho tantas veces, solo por un tema electoral y no por un tema de contenido. Eso es lo que ha llevado a que la Democracia Cristiana esté en una situación crítica, casi terminal diría yo. Por eso, si nos equivocamo­s, podemos terminar rápidament­e.

¿El partido está en riesgo de desaparece­r?

Sí, sin duda.

“Es incompatib­le el proyecto de Piñera con la DC”

¿Qué domicilio político debe tener la DC desde el próximo 11 de marzo?

Nuestro partido nació para ser vanguardia, un partido que está por la justicia social, la libertad y por el respeto irrenuncia­ble por los derechos de la persona. Francament­e, nada de lo que he dicho lo puedo encontrar en ningún partido de derecha.

El encargado de la Fundación Konrad Adenauer en Chile, Andreas Klein, solicitó que la DC se abriera a llegar a acuerdos con el próximo gobierno de Sebastián Piñera ¿Coincide con sus declaracio­nes?

Los que plantean eso como un tema están absolutame­nte fuera de la realidad. Los ciudadanos nos pusieron en la oposición a todos los que formamos parte de la Nueva Mayoría ¿Cómo vamos a hacer esa oposición? Cada par- tido lo debe definir. Hoy, caer en el absurdo de que yo no quiero más a los comunistas o que me gusta más la derecha, me parece un debate que no tiene ningún sentido. No avanza a nada, más bien confunde.

¿Por qué?

Porque la gente se va quedando con la minucia y no va con el tema de fondo.

En el Partido Comunista convocaron a una alianza desde la DC hasta el Frente Amplio. ¿Usted se abriría a un entendimie­nto con ese bloque?

Vuelvo a decir: tenemos que consolidar­nos nosotros a partir de nuestra precaria realidad, y de ahí en adelante construir.

Algunos no han descartado tampoco un entendimie­nto con Chile Vamos…

Algunos sectores de la derecha han estado interesado­s en dar declaracio­nes para generar problemas de este tipo ¿Para qué? Para dividir. Hay un viejo refrán que decía que para gobernar hay que dividir. Y claro, algunos de los nuestros han caído en ese juego, pero yo no voy a caer en ese juego y la Democracia Cristiana tampoco. Me parece muy burdo. Además, ya se hizo en el gobierno de Piñera anterior, y bueno, la experienci­a ya la tienen quienes pisaron el palito.

¿Cree que pueda darse que militantes de la DC o quienes renunciaro­n esta semana se vayan al gobierno de Piñera?

Es tan incompatib­le el proyecto de Piñera con lo que la DC ha sostenido por 30 años, que lo veo muy difícil. Ahora, si alguien lo anuncia y lo hace, es porque no tiene nada que hacer en el partido. Y, además, creo que Piñera es bastante más inteligent­e como para cometer el mismo error dos veces, porque puede tener ropa tendida. Y por el contrario de lo que espera, lo que va a generar va a ser un repudio y un rechazo completo de quienes no estamos en esa postura.

“Es incompatib­le el proyecto de Piñera con lo que la DC ha sostenido por 30 años”.

“Caer en el absurdo de que yo no quiero más a los comunistas o que me gusta más la derecha, me parece un debate que no tiene ningún sentido. No avanza a nada, más bien confunde”.

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